Javier García atiende al teléfono casi sin reparar qué número aparece en la pantalla de su móvil. Con un cálido recibimiento al otro lado de la línea se muestra muy agradecido de recibir llamadas de aquí y de allá, especialmente de diferentes medios de comunicación, ya que es consciente de que pueden ampliar su mensaje de concienciación para la población. "Estoy bien", es lo primero que resalta este paciente, uno de los más de 700 contagiados por Covid-19 en las Islas. Acto seguido, vuelve a resaltar su mensaje, pues ahora entiende por qué todo el mundo debe respete lo mandado por las autoridades sanitarias e insta a hacerlo, pero no sin mandar un mensaje de esperanza: "Lo superaremos".

El canario vivió los carnavales como lo ha hecho los últimos años. Tanto él como el grupo carnavalero que preside, Las Celias, esperaban con ilusión esta fiesta, como todos los años. Con el espíritu arrollador y entusiasta que le caracteriza, el presidente del grupo disfrutó durante días de la fiesta y estuvo celebrando este esperado evento con el resto de miembros del grupo de carnavaleros. Días después, el pasado 13 de marzo empezó a encontrarse mal. Pasó "un calvario" durante los siguientes seis días hasta que ingresó en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) dando positivo en Covid-19. Hoy, se encuentra mucho mejor de esta enfermedad emergente, se muestra positivo y sabe que lo frenaremos, pero llama a la calma y a la responsabilidad. "El tiempo que tardaremos en hacerlo no lo sabemos, pero está claro que está en nuestras manos frenarlo".

Concienciar a la población

Para intentar concienciar a la población sobre la necesidad de seguir tajantemente las normas impuestas por el Gobierno estatal, García decidió, en un momento en el que la enfermedad le daba un respiro, grabar un vídeo explicando su situación y su experiencia en el hospital. "Quédense en casa, es la única manera de que este virus se frene", explica en dicho vídeo que tan solo unas horas después ya había dado la vuelta a toda Canarias.

"Estoy muy contento de que haya llegado el mensaje", explica. Y lo está porque durante estos días se ha concienciado de que el Covid-19 no es una simple gripe, es una enfermedad grave y se debe tratar como tal. "No es una broma", insiste. Por ello, García hace hincapié en la importancia de que la población en general trate de evitar el virus, especialmente para poder dar un respiro a los profesionales sanitarios y al sistema, que, como ha podido comprobar de primera mano, "está colapsado". Ahora espera que su mensaje pueda llegar a calar en la sociedad canaria para que nadie tenga que verse obligado a caer en una cama hospitalaria por la afectación de esta patología. "La enfermedad es muy grave", insiste, y reclama más material para los sanitarios.

Él más que nadie es consciente de la situación límite a la que se están enfrentando los sanitarios, porque desde que está ingresado, ya hace una semana, sus cuidadores se lo han repetido en diversas ocasiones. "No hay material para que los profesionales se puedan cubrir y lo necesitan para protegerse", insiste el canario, que lanza una reflexión: "Si no se cuidan, ¿qué va a ser de nosotros?". Y es que la saturación de los centros hospitalarios es una razón más que puede conllevar a que los sanitarios se contagien y son ellos los que están día a día al pie del cañón. "Si protegemos a quienes nos cuidan, lo estaremos haciendo mal", reclama García.

La forma en la que se contagió es aún para García y para sus médicos un misterio. Aunque sus sospechas están puestas en la propia celebración de los carnavales, pues los síntomas comenzaron a hacerse palpables justo en la ventana de tiempo posterior a la festividad que terminó el 1 de marzo, su neumóloga se lo rebatió. "Me dijo que podía haber ocurrido en cualquier lugar", afirmó.

Los primeros síntomas

A partir de mitad de este mes fue cuando empezó a sentir los primeros síntomas que le indicaban que algo iba mal. "Tenía dolor de cabeza, fiebre y la garganta inflamada", explica. La fiebre empezó a ser mucho más elevada, así que decidió llamar a su médico, que finalmente determinó que era necesario ingreso hospitalario.

Lo peor, hasta el momento, como afirma, ha sido el dolor de cabeza y por las noches, la fiebre alta. "A veces cuando me levanto bruscamente es cuando peor lo paso", explica. Pero hasta él se está dando cuenta ya de qué puede hacer para controlar al Sars-Cov2, que anda haciendo de las suyas por su cuerpo. Aún con tos, afirma que "está saliendo" adelante.

"Me estoy recuperando y estoy mejor. Mi neumóloga me ha dicho que igual el viernes puedo estar en casa", afirma el presidente de Las Celias sin perder la sonrisa y el buen ánimo que le caracterizan. Eso sí, una vez en su domicilio tendrá que continuar una vigilancia exhaustiva de los síntomas y deberá seguir tomando el tratamiento, que, de momento, consiste en "muchas pastillas". "Creo que como ven que estoy bien, saturo adecuadamente y que camino, van a intentar dejar una cama libre para alguien que esté peor", sostiene consciente de la situación en la que se encuentra el centro hospitalario.

Evitando un gasto innecesario

De hecho, el paciente da un ejemplo que para él remarca la necesidad de que se le conceda más material a los sanitarios. "Hasta ahora me han estado trayendo el tratamiento a distintas horas, pero el martes decidieron empezar a traerlo solo por la mañana", narra el paciente. Al preguntar a sus enfermeros y médicos la razón de este cambio tan brusco que reducía sus oportunidades de interacción directa con otras personas, los sanitarios se limitaron a decirle la verdad: es por seguridad. "Están evitando el gasto innecesario de mascarillas, guantes y las batas que usan", explica García, que señala que en algunos casos estos materiales sanitarios de protección se están utilizando durante más de 24 horas.

Remarca que debemos estar orgullosos -porque él lo está y mucho- de la atención sanitaria con la que cuentan las Islas. "Me atienden estupendamente y son muy solícitos", subraya, y agradece a todos ellos que, a pesar del miedo, los nervios y el cansancio, estén velando por su salud, su seguridad y, sobre todo, que se sienta lo más arropado posible.

De hecho, la situación le ha demostrado el alto valor humano que caracteriza al personal sanitario de las Islas. "Me miman, me tratan con muchísimo cariño", explica el paciente, que espera en los próximos días abandonar la habitación en la que ha permanecido aislado la última semana. Sin embargo, ese lado bueno también tiene un lado negativo: "Me hacen sentir tan bien que a veces me siento mal por ellos, porque no tienen medios", resalta. Por eso vuelve a insistir una vez más en su mensaje: "No salgan de casa si no es estrictamente necesario". "Dejemos esa novelería de salir a un lado; si podemos comprar una vez pan y congelarlo, será mejor que exponerse tantas veces", concluye.