Tranquilidad y adaptación, a través de nuevos protocolos, a la situación extraordinaria originada por la emergencia sanitaria del Covid-19. Pero también preocupación por la falta de material específico que la mayoría de los centros consultados por EL DÍA reclaman y esperan los próximos días. Es la tónica en las residencias de mayores de Canarias, unas 130, públicas y privadas, repartidas por todo el Archipiélago salvo La Graciosa. La alarma aumenta por factores externos. Por un lado, la posibilidad del contagio entre sectores de población de riesgo tanto los ancianos como los trabajadores. Por otra parte, el desasosiego de todos ante las noticias que llegan de lugares como Madrid con miles de infectados y fallecidos.

Se suspenden las visitas de familiares a las residencias de mayores y las salidas de estos de los centros. Son las dos medidas más importantes tomadas por el Consejo del Gobierno de Canarias el pasado día 11. Los acuerdos emanan del documento de protocolo emitido por el Ministerio de Sanidad que considera a los ancianos especialmente vulnerables al coronavirus. Un recorrido por las residencias canarias permite comprobar el día a día cotidiano en estos tiempos difíciles.

E Amavir: especialización. La empresa tiene 6.500 plazas de asistencia a mayores repartidas por toda España. En Canarias son 76 en Tejina y 130 entre las dos residencias de Lanzarote, en Tías y Haría. Roberto Rodríguez, Director de Comunicación, valora: "Por fortuna no hemos tenido casos en las islas donde la situación está muy lejos de la que se vive en Madrid. Y estamos preparados porque hemos tomado todas las medidas que establece el protocolo en cuanto a aislamiento y especial seguimiento a personas con patologías respiratorias". Además de subir a las redes sociales fotos y vídeos se establece un sistema de conexión telefónica con las familias cada una o dos jornadas a través de las vídeollamadas. El principal problema, apunta Rodríguez, es que "aunque tenemos un stock de material, es limitado. Estamos en comunicación con el Cabildo y la coordinación sanitaria de la emergencia para recibirlo".

E Tradición en el Concha Castro. La Residencia de Mayores Concha Castro, ubicada en el barrio de La Salud de la capital tinerfeña, es una de las más antiguas de la isla, ya que está abierta desde 1980. De carácter no lucrativo y utilidad pública, presta un servicio de carácter sociosanitario para incrementar la calidad de vida de los mayores con actividades y prestación de servicios. Antes y ahora con la pandemia. Su portavoz, Rosa Mary León, lo explica: "Estamos bien y nuestros usuarios (78) también. Incluso, lo llevan mejor de lo que esperábamos". La dirección del centro ha tomado todas las medidas y considera que de momento cuentan con el material necesario como guantes, mascarillas etcétera. Han previsto dos habitaciones para un posible aislamiento y un equipo específico para atender a quienes lo necesiten si se produce lo que nadie quiere: el contagio. León critica "las noticias que ven nuestros mayores que originan sensaciones y emociones muy negativas y los alarman". El Concha Castro ha habilitado un horario de vídeollamadas para los familiares. León acaba con un grito de esperanza: "Lo lograremos".

E Madre del Redentor; la óptica religiosa. Julián de Armas es el director de la Residencia de Mayores Madre del Redentor de El Sauzal, con 113 usuarios, y coordina la gestión del centro de Nuestra Señora de los Dolores en Icod de los Vinos (38 residentes). Para él "proteger a nuestros trabajadores es proteger a los ancianos". Afrontan la pandemia con "paz, calma y tranquilidad" y con la idea de "mantener el ánimo alto a quienes no pueden salir ni recibir visitas. Y lo estamos consiguiendo". Garantiza el contacto directo con los familiares y reconoce que "el personal tiene miedo, es lógico, pero lo afronta con una enorme profesionalidad". Solicita "material específico" porque "los trabajadores van a casa y vuelven; cumplen los protocolos pero siempre puede ocurrir. El Cabildo les ha prometido que lo tendrán esta semana y "esa es nuestra esperanza".

E La Palma: gestión pública. Catalina Casimiro es la directora de la Residencia de Mayores de Santa Cruz de La Palma, la de mayor capacidad (112 plazas) de la Isla Bonita. Cree que hay dos factores que les han favorecido. Por un lado, "la previsión porque teníamos un stock de material específico preparado". En segundo lugar, "las características del centro que es grande con solo tres de las cinco plantas ocupadas, una cafetería y amplios jardines a donde hemos trasladado la actividad diaria". Además, añade quien lleva el día de una residencia de gestión directa del Cabildo, "la estructura porque tenemos un servicio médico y de enfermería propios". Asimismo "es fundamental la información a las familias, Cada día ven al usuario a través de las vídeollamadas e interactúan con ellos". Esas familias "se han ofrecido a colaborar y nos apoyan con sus mensajes en redes". Cumplen estrictamente los protocolos e, incluso, valora, "hemos aumentado las actividades con grupos más pequeños". Todo el personal está trabajando por turnos para mantener e incluso aumentar los servicios. Aunque tienen ese stock para entre un mes y medio o dos meses más ya hemos pedido más material porque nos hará falta. Esta posible carencia "y la alarma que transmiten las noticias que los ancianos ven por la televisión" son los aspectos más negativos de esta pandemia nunca vista. El centro está blindado, el personal preparado y cada día se le toma la temperatura al entrar. Todo lo que sea necesario para dejar fuera el contagio, incluido un espacio reservado al aislamiento.

E Libres de Covid-19. Los centros de día, residencias municipales, el Hospital de Dolores para crónicos y la Residencia de Pensionistas insular en La Palma se mantienen libres del Covid-19. Según informa Ramón Pérez, a cada una de las personas ingresadas en estos centros que han presentado síntomas se le han realizado pruebas que han dado resultado negativo en todos los casos. La isla ha conseguido alejar así la pandemia de este colectivo tan vulnerable. Desde un primer momento se tomaron las medidas de protección de las personas ingresadas: cancelación de visitas, tomar la temperatura a cada mayor hasta tres veces al día y ser muy estrictos en la limpieza, desinfección y protección del personal que les atiende. Para mantener una situación de cierta normalidad en estos centros, hasta nueve de carácter residencial ubicados en toda la geografía palmera, más el Hospital de Dolores (en total algo más de 300 plazas). En la coordinación sobre la pandemia trabaja una facultativa. La atención psicológica ha sido también uno de los pilares para soportar estos días, en los que muchos mayores no llegan a entender por qué no pueden recibir visitas y necesitan de ese apoyo para poder sobrellevar el aislamiento.

E El Hierro: traslado. El Cabildo de la Isla del Meridiano ha decidido trasladar a once personas que precisan de atención sociosanitaria al Hotel Balneario del Pozo de la Salud, en Sabinosa, municipio de La Frontera. La medida aliviará a las residencias de la Isla. La empresa pública Meridiano, que gestiona este establecimiento hotelero, procedió hace unos días al cese de actividad, acogiéndose a las medidas preventivas establecidas con motivo de la propagación del Covid-19. La intención es que el establecimiento estuviera disponible ante cualquier contingencia que pudiera producirse, entendiendo que "toda infraestructura pública debe estar disponible ante una situación de alarma sanitaria".

E La Gomera: el municipio. Foco en la capital, San Sebastián, y en la gestión municipal de estos centros. Es el caso del Residencial La Inmaculada, ubicado en el casco. Cuenta con 24 plazas de las aproximadamente un centenar de la Isla Colombina -cifra similar a la de Fuerteventura por las 200 de Lanzarote o las 70 de El Hierro-. Antes del último decreto estatal, ya se habían adoptado las recomendaciones. Las trabajadoras -la mayoría es femenina- tienen equipos de protección, se han cancelado las visitas y salidas y cerrado el centro a personas que no sean de la plantilla. Además los protocolos del interior se han extendido a otros profesionales como los de la recepción de suministros. Asimismo, desde el momento en el que se detectó el primer caso en la isla y en España, en el mes de enero, se realizó acopio del material de protección necesario. No obstante, explican fuentes del centro "ya hemos trasladado la necesidad de renovarlo ya que calculamos que nos queda para una semana más" Un ejemplo diferente es el del centro ubicado en el pueblo de Vallehermoso, también de titularidad municipal -como el de Valle Gran Rey, más dos de gestión del Cabildo- donde las mismas fuentes apuntan que "están mucho más justos de material". Cuenta también con 24 plazas asistenciales a la espera de ese suministro.