Enrique pintó siete puntos en un folio de forma que no había tres en la misma línea recta. Maite observó que usando tres puntos cualesquiera de los que había dibujado Enrique, se puede pintar un triángulo que los tiene como vértices. Y Santiago se entretuvo dibujando los treinta y cinco triángulos. Elena se preguntó: ¿Puede haber una línea recta que toque todos los triángulos?