La sanidad privada canaria entra en juego para colaborar en la atención a los pacientes infectados por coronavirusSatisfacción entre los empresarios por poder ayudar en este momento crítico. Ese es el mensaje transmitido ayer, porque no es tiempo de enfrentamientos, lo que no evita que sotovocce deslicen su sorpresa por el tiempo que ha tardado el Gobierno canario en echar mano de sus recursos ante la gravedad de la situación. Solo acogerán pacientes libres del Covid-19, con lo que la pública se centrará en la lucha contra la pandemia.

Fue una de las primeras decisiones adoptadas en la mañana de ayer por el Comité de Gestión de Emergencia Sanitaria del Gobierno de Canarias, el órgano de reciente creación con el que el presidente Ángel Víctor Torres ha generado un segundo mando único regional centrado en el ámbito estrictamente sanitario. "Que se activen todos los mecanismos necesarios para que las clínicas privadas de Canarias aporten todas las camas disponibles para la atención de los problemas sanitarios derivados del Covid-19", detalló el organismo en el comunicado remitido tras su primer cónclave. Sólo en Tenerife existen en la actualidad alrededor de 500 camas concertadas vacías. Más de 200 aporta Gran Canaria. En realidad son muchas más. En concreto "todas" las disponibles que en cada momento tengan los hospitales y clínicas privadas, según explicó el presidente de la patronal de este sector en Las Palmas, Sebastián Sansó. Los empresarios mantuvieron en la tarde de ayer una reunión con el comité, que presidió el jefe del Ejecutivo de Canarias.

Existía curiosidad por conocer el tono del encuentro tras la distancia que había colocado entre ella y los empresarios de la Sanidad la consejera del área Teresa Cruz. Sin embargo, esta pandemia ha impuesto un paréntesis en el tiempo de la política. La realidad atropella a Cruz, defensora de la tesis de la sanidad pública como única vía. El presidente canario ha echado mano de integrantes de su Gobierno con experiencia pasada en el ámbito sanitario y ha creado un comité absolutamente pragmático para tiempos de guerra. De ese modo, la consejera comparte ahora órgano con Conrado Domínguez, director del Servicio Canario de Salud (SCS) en la pasada legislatura y del que decidió prescindir. Sebastián Franquis, sin embargo, lo repescó en ese momento para ocupar el puesto de secretario general técnico de la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Vivienda.

Otro asiento es para José Julián Istúriz, actual director general de Patrimonio y Contratación. ¿Por qué él? Porque es en buena medida padre del 112. ¿Cuándo? Hace más de 20 años, justo cuando estrenaba el cargo de director del SCS Román Rodríguez, actual vicepresidente del Ejecutivo autonómico y consejero de Hacienda; que también forma parte del Comité de Gestión de Emergencia Sanitaria.

Por tanto, las asperezas se quedaron en la puerta de la reunión -por videoconferencia con Tenerife- de la tarde de ayer. Sansó destacó la "cordialidad" como una de las características principales y la ausencia de cualquier cuestión sobre la mesa que no fuera colaborar en la solución del problema.

Hasta ayer por la noche no se había decidido día y hora para un próximo encuentro en el que se bajará al detalle de la puesta en marcha de esta colaboración público-privada. "Se trata más de concretar toda la casuística que nos podemos encontrar, será una reunión más técnica", explicó el presidente de la patronal sanitaria de la provincia de Las Palmas. La que sí quedó clara es la estrategia de concentrar los casos de coronavirus en la pública. "Parece lo más lógico con los números que tiene ahora mismo Canarias", explicó Sebastián Sansó.

En definitiva, la sanidad pública celebró la decisión de entrar en la ecuación para resolver el problema al que se enfrenta la práctica totalidad del planeta. Mario Rodríguez, presidente de Grupo San Roque, señaló que en el momento actual "no hay diferencias de ningún tipo", sobre todo porque no caben "ante la magnitud" del reto que se afronta.