Obsesionarse en trasladar las clases presenciales al espacio virtual mientras los niños están en casa "es un error que puede llevar a la frustración", según algunos expertos, que recomiendan una actividad docente ajustada a la realidad para "mantener regularidad en los horarios" y que los niños sepan que "no están de vacaciones".

Mientras las familias permanecen en casa, la educación en línea "es una herramienta básica para mantener horarios, hábitos y ordenar la actividad diaria", ha afirmado en una entrevista con Efe el vocal de pedagogía y escuela del Colegio de Pedagogos de Cataluña (COPEC), Joan Gamero.

Sin embargo, se trata de "ofrecer una enseñanza competencial y no de avanzar en los temarios", ha aclarado Joan Gamero, que también es director de la escuela Oreig de Pallejà (Barcelona).

El especialista ha considerado "importante" que los niños "entiendan que este paréntesis no es lúdico" y que "tienen que dedicar un tiempo a la formación".

Acceso desigual a internet

Sobre si el acceso desigual a internet de los niños puede condicionar el nivel de aprendizaje en este paréntesis, Joan Gamero lo ha negado argumentado que "se trata de que los docentes ofrezcan propuestas con contenido competencial ajustadas a la realidad social de cada colegio".

En este sentido, apelando a la autonomía de los centros, el director de la escuela Oreig ha afirmado que la actividad docente virtual en esta situación "no puede ser un café para todos" porque "cada escuela es diferente y cada entorno también lo es".

En la actualidad, "todas las familias disponen como mínimo de un smartphone donde el profesor pueden enviar propuestas de actividades o ejercicios" y "mantener comunicación con los alumnos y las familias", ha señalado el experto.

Se trata de que "en esta situación nueva que estamos viviendo, creemos una rutina utilizando las herramientas educativas virtuales a nuestro alcance para ofrecer una enseñanza competencial" y que de este modo, como docentes "nos mantengamos también al lado de las familias" ha insistido el docente.

En el mismo sentido se ha pronunciado la profesora de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Amalia Gordóvil, que ha añadido que "debemos ajustar nuestra expectativas al contexto actual para no caer en la obsesión y la frustración".

Según Amalia Gordóvil, especializada en psicología infantil y juvenil, los niños "vivirán esta situación condicionados por como lo haga su familia" por lo que, como adultos, "debemos evitar comportamientos que puedan acabar convirtiéndola en traumática, cuando no lo es".

"Debemos adaptarnos"

Lo que estamos viviendo "no tiene precedentes" por lo que "debemos adaptarnos, siendo muy flexibles, no dramatizando y buscando un equilibrio realista" ha añadido la psicóloga.

En este sentido, Gordóvil ha recomendado a familias y profesores "reflexionar sobre lo que está ocurriendo" para "vivirlo con cierta normalidad" y "no obsesionarse con metas imposibles de conseguir" ya que, de lo contrario, "corremos el riesgo de sufrirlo como un drama y trasladar así a los niños".

La actividad docente virtual es "positiva" porque "ayuda a establecer un orden necesario" pero "no tienen sentido convocar exámenes que valoren la adquisición de conocimientos en el sentido tradicional, ni avanzar en los contenidos y currículums" ha añadido la psicóloga.

La capacidad de aprendizaje "está condicionada por la motivación y el estado emocional de niños y jóvenes" y "como adultos, debemos tener en cuenta que en estos días no asisten a la escuela ni al instituto, ni se socializan".

Por ello, la psicóloga ha insistido en "ser compresivos y rebajar o modificar expectativas", ya que en función de los valores de cada familia "dependerá en buena parte que los niños se obsesionen o no con el aprendizaje online", y ha añadido que "también de lo que nos está ocurriendo se puede aprender y vamos a aprender".

Como especialista en evaluación e intervención psicológica en el ámbito de la infancia, adolescencia y familia, Amalia Gordóvil atiende estos día vía Skype a personas que le trasladan su "frustración porque el rendimiento del teletrabajo es más bajo que el del trabajo presencial".

A todas ellas, que conviven en familia y muchas veces con niños pequeños, les traslado el mismo mensaje y es que "rebajen las expectativas laborales" porque "no estamos viviendo una situación normal".