En un mundo dominado por las prisas, por el afán de estar continuamente en movimiento y de ir de un lado a otro pasar más de un día seguido en casa puede convertirse en una auténtica pesadilla para quienes no están habituados a hacerlo.

La situación se vuelve aún más compleja cuando este encierro responde a la necesidad de evitar una pandemia como la que vive el mundo. Es el momento de ensayar nuevos modos de vida y también de mirar a la historia y tomar ejemplos lejanos, pero interesantes. Isaac Newton era un joven estudiante en el Trinity College de Cambridge cuando el Reino Unido sufrió la gran plaga de peste bubónica que se cobró a un cuarto de la población londinense.

Newton fue uno de los ciudadanos afectados por ese "distanciamiento social" decretado, una herramienta de salud pública que ha regresado esta semana de forma inesperada para tratar de frenar la propagación del nuevo coronavirus.

Cambridge envió a los estudiantes a casa para continuar sus estudios. Newton se fue a Woolsthorpe Manor, la finca familiar a unas 60 millas al noroeste de Cambridge.

Aquel año se conoce en la biografía de Newton como su "annus mirabilis", el "año de las maravillas". Trabajó en sus teorías sobre óptica y€un buen día se fijó en el manzano que se veía desde su ventana en Woolsthorpe. El resto es historia bien conocida.

La peste bubónica fue, en última instancia, causante del descubrimiento de la ley de la gravedad. No aspiramos a tanto, pero este tiempo de "confinamiento", también puede servir para que cada uno descubra esa manzana particular que le golpea en la cabeza. Así que nada de dramas y manos a la obra para rentabilizar el tiempo, y a la vez hacerlo provechoso y agradable.

Cuantas veces posponemos una tarea doméstica por falta de tiempo, una llamada o un simple pararse a pensar en las cosas importantes. Es el momento de hacerlo. Tenemos tiempo: ese oro del que hablaba Benjamin Franklin cuando popularizó la frase que relaciona al reloj con el metal dorado.

Llegan días en los que la mente se pone a prueba y es mejor que nos encuentren preparados. La psicóloga Mónica Castro considera fundamental marcarse una rutina y no alterar demasiado los horarios de sueño y alimentación.

Los paseos y salidas al gimnasio están restringidos así que habrá que hacer ejercicio físico casero. Es el momento ideal para rescatar los vídeos de Jane Fonda o se Cindy Crowford. Bailar, hacer yoga y saltar son otras posibilidades al alcance de todos.

Otra opción es llamar a todos esos familiares y amistades para los que nunca hay tiempo; leer las decenas de libros pendientes, ordenar los armarios y de paso también poner un poco de orden en el alma.

Si hay niños en casa resulta vital hacer de estos días algo especial y entretenido. Existen múltiples plataformas educativas con contenidos en internet. Montar un colegio casero, con horarios y temas también ayudará a los más pequeños a no olvidar los hábitos de trabajo.

La propia casa también adquiere una dimensión especial como refugio y lugar de protección, ella y sus habitantes. Esta oportunidad de dejar a un lado las prisas es ideal para reflotar aquellas largas conversaciones y tertulias de antaño, hasta con nuevos sistemas como la videoconferencia, para incorporar a otras personas.

Ante esta emergencia sanitaria es recomendable "leer información veraz y contrastada, no dejarnos llevar por la histeria y los bulos, y que el discurso interno que nos gobierne se base en esas premisas. Sin duda los organismos e instituciones públicas están lanzando un mensaje fundamental y es apelar a la responsabilidad y el sentimiento cívico individual, formulado en primera persona con ese 'Yo me quedo en casa', uno de los hastags que de estos días". Así lo asegura el psicólogo Raúl Perales Acedo, autor del blog "Progressio", experto en coahing y liderazgo.

Mirar viejas fotos, escribir un diario, cuidar las plantas, cambiar de lugar un mueble, colgar esos cuadros que llevan meses esperando€y mantener la calma y el sosiego. Las posibilidades son infinitas, con un poco de suerte, no habrá tiempo suficiente para agotarlas.