La crisis del Covid-19 ha modificado los hábitos de los deportistas profesionales por la suspensión de competiciones en todas las categorías e incluso de los entrenamientos en grupo. Pero también le ha cambiado el paso a la población acostumbrada a realizar ejercicio físico por su cuenta, por salud o simplemente por placer, por diversión... Los cierres de gimnasios, de clubes y de instalaciones deportivas privadas y municipales se han ido anunciando a lo largo de la semana a la par que se ha ido reduciendo la presencia de deportistas al aire libre en lugares normalmente frecuentados por practicantes de carrera de fondo, ciclismo, patinaje, calistenia... El entrenamiento casero ha empezado a coger fuerza como alternativa temporal y los consejos y tutoriales para llevar a cabo rutinas exclusivas fluyen más que nunca en las redes sociales.

El efecto del coronavirus se ha notado en cualquier foco de actividad deportiva. "En principio, la gente quiso seguir entrenando, pero a partir del jueves, cuando se cancelaron las clases, sí empezaron a producirse las cancelaciones sin que llegaran a ser muy significativas". Lo explica Alejandro Pozo, director del Centro de Entrenamiento APH, situado en el Callejón Bouza de la capital tinerfeña. De un día para otro, se pasó de una sensación de "preocupación" por parte de los usuarios a su casi nula presencia en este gimnasio. "El viernes sí bajó bastante la afluencia y ya por la tarde no hubo entrenamientos", detalla el responsable de un centro que cerrará a partir del lunes "hasta nuevo aviso".

Antes de llegar a este punto, siguiendo los consejos publicados por las autoridades sanitarias, se activaron los protocolos básicos para evitar riesgos. "Incorporamos gel antibacterial al entrar al centro de entrenamiento, aumentamos la frecuencia con la que limpiamos toda la maquinaria y las colchonetas y los bancos, le recordamos a los clientes que el uso de las toallas es importante....", enumera Pozo.

La medida ha sido unánime. En La Orotava, por ejemplo, también cesa una de las principales ofertas en este sector. Ricardo Hernández, del Fitness Center RH, anunció la "difícil decisión" de realizar un paréntesis en su actividad a lo largo de 14 días "por responsabilidad social y por respeto a los clientes", dado que "el problema no está en subestimar el riesgo de contraer la enfermedad, sino en el de contribuir a propagar la epidemia".

Tampoco se permite el acceso a clubes sociales que albergan complejos polideportivos, como el Círculo de Amistad XII de Enero o el Real Club Náutico, por citar a dos de las principales referencias tinerfeñas. La alternativa pública igualmente ha dejado de ser un recurso: la piscina Acidalio Lorenzo lucía vacía ayer, en el pabellón Quico Cabrera no se veía el constante ir y venir de deportistas, técnicos... Y así en cada instalación de este tipo.

El pulso ha ido bajando, llegando casi al mínimo, no solo en lugares especializados, sino también en la calle, en espacios en los que el deporte forma parte del paisaje. El aspecto de la santacrucera avenida de Anaga ayer, incluso antes de la declaración de alarma del Gobierno, no era el mismo que el de hace dos o tres días; igual que el del camino de Las Peras, en La Laguna...

Toca, por tanto, adaptar las rutinas a otros ámbitos. Por ello, al tiempo que han confirmado sus cierres, muchos gimnasios han ido publicando consejos para entrenar en casa con sesiones metabólicas en las que no se necesitan muchos elementos. La cuestión es no perder el pulso deportivo.