El hundimiento de los mercados, contagiados por el pánico al coronavirus, no encuentra suelo. Las medidas de los gobiernos y las que anunció ayer el Banco Central Europeo (BCE) para plantar cara a los riesgos de la pandemia decepcionaron a los mercados. El Ibex 35 español, en línea con el resto de grandes parqués europeos, cayó a plomo. Se dejó un 14,06% de su valor en su peor sesión. El selectivo de la Bolsa española bajó hasta los 6.390 puntos, a los niveles del verano de 2012, cuando apretaba la gran recesión, y acumula un descenso del 23,7 % en lo que va de semana, que podría convertirse también en la peor de su historia.

Las medidas económicas de contención no están surgiendo efecto inmediato. Ayer era el día del BCE y su nueva presidenta, Christine Lagarde. Presionado por las bajadas de tipos de Estados Unidos e Inglaterra, el Banco Central Europeo tenía que mover ficha en la partida contra el coronavirus pero su jugada ha decepcionado a los inversores, que esperaban mucho más desde el flanco monetario.

El BCE decidió mantener los tipos de interés en la zona del euro (una decisión que fue unánime según Lagarde), aprobó comprar más deuda (120.000 millones más hasta fin de año) y garantizar suficiente liquidez en la zona del euro ante la pandemia. Además baja las exigencias de capital para los bancos y les permite que operen temporalmente por debajo de sus actuales requerimientos de capital. Lagarde apuntó que, "incluso, si [la crisis] es de naturaleza temporal, tendrá un impacto significativo en la actividad económica", en concreto ralentizará la producción como resultado de la interrupción de las cadenas de suministro y reducirá la demanda interna y externa. El BCE ha revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento para la eurozona este año hasta el 0,8% (1,1% previsto en diciembre), hasta el 1,3 % en 2021 (1,4 % en diciembre) y ha dejado invariable el 1,4% en 2022.

Lagarde pidió a los gobiernos de la zona del euro una respuesta de política fiscal "ambiciosa y coordinada para apoyar las empresas y los trabajadores en riesgo" pero no logró tranquilizar a los mercados. El Ibex 35 sufrió el mayor desplome de su historia, del 14,06%, y quedó en los 6.390 puntos. Todos los valores cerraron en negativo (32 de ellos por encima del -10%). El índice bursátil español pierde ya más de la tercera parte de su valor desde el inicio de la expansión de coronavirus por Europa y en lo que va de semana el desplome acumulado ya es del 23,7%, camino de su peor semana de la historia.

El jueves negro se propagó, con la fuerza del coronavirus, por los principales parqués europeos. El índice selectivo de la Bolsa de París, el CAC-40, sufrió el mayor desplome de su historia, del 12,28%. La Bolsa de Milán cerró a la baja y su índice selectivo FTSE MIB se hundió un 16,92%, su mayor caída en una jornada desde 1998. El selectivo de Fráncfort se desplomó un 12,24%, su segunda mayor caída histórica. Y la Bolsa de Londres cayó un 10,9%, su mayor retroceso desde 1987. Wall Street abrió la sesión de ayer con sus tres indicadores hundiéndose un 7%, por lo que tuvieron que paralizarse las operaciones 15 minutos, en una reacción de pánico por la prohibición de viajes de Europa a Estados Unidos durante un mes, y a su reanudación el parqué mantenía las pérdidas en un nivel similar. Cerró perdiendo un 9,99%. La prohibición de Washington sobre los vuelos con origen en Europa supone un nuevo revés sobre las perspectivas globales de consumo de petróleo.