Una grúa retira los módulos prefabricados que fueron instalados hace hoy dos semanas en el exterior del hotel H10 Costa Adeje Palace para el uso del personal sanitario y los efectivos de las fuerzas de seguridad que han trabajado en el dispositivo establecido en el exterior del recinto durante la cuarentena. Poco más se mueve en las inmediaciones del hotel, que el martes puso fin al cierre preventivo y empezó a recibir nuevos clientes. Los comercios cercanos -aglutinados en el centro comercial San Sebastián- siguen tan poco frecuentados como lo estaban cuando el aislamiento estaba vigente. "Solo están los periodistas", lamentaba hace unos días una trabajadora de una tienda. Ahora, ni siquiera eso.

La afluencia de clientes al centro comercial era muy baja ayer, pese a que el agradable tiempo -sol entre alguna nube dispersa y un calor más que soportable- invitaba al paseo. Los efectos de la reapertura del hotel son todavía casi imperceptibles. Al centenar de huéspedes que el martes decidió prolongar su estancia se suman ahora unos cincuenta que tenían prevista su llegada ayer, pero el nivel de ocupación -tiene cerca de un millar de plazas- sigue siendo mínimo. En una cafetería, un camarero señala a su alrededor cuando se le pregunta si la nueva puesta en marcha del H10 ha contribuido a mejorar algo las visitas al lugar. La respuesta es obvia. La facturación del local se desplomó hasta tal punto desde el inicio de la cuarentena que sus responsables optaron por cerrar. El pasado lunes volvieron a abrir sus puertas después de diez días, pero la recuperación se presenta larga. "Va a ser un mes muy complicado", dice el trabajador. En la terraza, mientras los monitores de televisión emiten los resúmenes de la jornada de Liga de Campeones del martes, solo hay dos personas.

El cierre temporal de otro de los comercios -dedicado a la venta de ropa de baño- ha sido más largo aún: quince días. "A veces entra un cliente, pero con eso no arreglas mucho", indica su dependiente. Una parafarmacia cercana también ha reabierto tras una pausa de dos semanas y su aspecto es muy similar al de todos los locales que la rodean. La empleada que la atiende lamenta la confusión generada por la falta de información y las noticias falsas y constata, por lo ocurrido en otras boticas, el incremento de las ventas de mascarillas y geles desinfectantes. "Cuando el ser humano tiene miedo es de lo que no hay", comenta.

"Ha terminado bien"

En el exterior del hotel, un grupo de cuatro taxistas aguarda por algún cliente. Cuentan que la crisis creada por el coronavirus ha afectado al negocio y sigue haciéndolo. "El turismo ha bajado, y los que vivimos de él lo tenemos difícil", afirman. Uno de ellos aporta un toque de optimismo. "Lo mejor es que la situación del hotel ha terminado y lo ha hecho bien", opina. Relata, en este sentido, que los huéspedes que han abandonado el hotel durante estas dos semanas y que han utilizado su vehículo han elogiado cómo se les ha atendido durante el proceso de aislamiento.

Aunque se muestran críticos con el hecho de que la cuarentena haya acaparado la atención de los medios en estos días, destacan noticias positivas, como la ofrecida por el grupo de turistas que ha decidido prolongar su permanencia en el establecimiento. "Esta mañana la compartí en el grupo de whatsapp", dice uno de estos trabajadores del transporte. Uno de los temores del colectivo es que, al llevar el hotel el nombre del municipio sureño, los hechos puedan afectar al destino turístico.

El positivo de un ciudadano italiano alojado en el H10 -médico de profesión- llevó al Gobierno de Canarias el 24 de febrero a decretar el aislamiento del complejo hotelero. Posteriormente se detectaron otros seis casos: cinco correspondientes a acompañantes del primer infectado, todos ellos procedentes del país transalpino y entre los que figuraba su mujer, y una británica sin relación con este grupo, que llegó un día antes del traslado del primer paciente a un centro hospitalario. El 27 de febrero comenzó a producirse la salida de clientes, condicionada a que fueran sometidos a seguimiento activo en sus domicilios. Los últimos turistas confinados pudieron salir este martes, aunque alrededor de un centenar de clientes ha decidido continuar en el hotel, algunos por un periodo de seis meses.