El temor al coronavirus está hundiendo las reservas en los hoteles de Canarias. La patronal reconocía el pasado jueves que la caída de las ventas oscilaba en los establecimientos de las Islas entre el 20 y el 40%, un desplome que llega ya al 60%. De hecho, en el sector hablan abiertamente de la casi paralización de las ventas. "La situación es muy complicada; las reservas se han parado", subrayó ayer el director general de la cadena hotelera Cordial Canarias, Nicolás Villalobos. De momento, los alojamientos del Archipiélago mantienen las puertas abiertas, pero "se nos están vaciando", puntualizó Villalobos. Los hoteles de Dreamplace, que como Cordial Canarias es otra de las firmas punteras del sector, están al 63% de ocupación, cuando deberían estar al 85%. Es más, su director comercial, Jordi Estalella, casi da por descontado que llegará a reducirse al 50% en algún momento de las cuatro próximas semanas, es decir, que una de cada dos camas quedará libre. Una sensible reducción que, con todo, para sí quisieran muchos otros hoteles del Archipiélago. "Al menos nuestra situación no es dramática", explicó Estalella.

La coyuntura ya era delicada antes de que el Gobierno central desaconsejara coger el avión salvo en casos en los que sea imprescindible. Una recomendación necesaria desde el punto de vista sanitario pero que supone un golpe directo al mentón de la primera industria regional. Por si fuera poco, España prohibió ayer los vuelos directos desde Italia y la mayoría de las aerolíneas ha cancelado sus operaciones en el país transalpino. La difícil situación que atraviesa el Estado mediterráneo había desembocado en que fueran precisamente los italianos los que más reservas estaban cancelando para las próximas semanas. Pero ahora, con el bloqueo aéreo del país, el turismo transalpino prácticamente desaparecerá en lo que queda de marzo y abril. Sin embargo, lo que más preocupa no es tanto el mercado italiano, con el que ya nadie en el sector contaba a corto plazo, como la evolución de las reservas y las cancelaciones de los turistas extranjeros en general.

Las ventas han caído a mínimos y las cancelaciones, que hasta ahora afectaban mayoritariamente a reservas para fechas próximas, empiezan a producirse a meses vista. "Las cancelaciones a 15 días ya han pasado a ser a tres meses", explicó el director comercial de Dreamplace Hotels. Así pues, la preocupación que hasta el momento se centraba en los dos próximos meses alcanza ya al verano. En el sector tienen claro que lo que queda de marzo y sobre todo los 30 días de abril, incluida la Semana Santa, serán de los peores que se recuerden, con lo que el objetivo primero es que la temporada estival quede libre de sobresaltos.

El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), el tinerfeño Jorge Marichal, expuso que no tienen por qué producirse cierres en las Islas. Marichal hizo hincapié en que en el fondo se trata de "una cuestión de confianza", algo en lo que también puso énfasis el vicepresidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de la provincia de Las Palmas, Tom Smulders. "Esto no es China, donde un señor trabaja empujando a la gente para que pueda entrar en el metro; esto es Canarias", enfatizó Smulders, muy crítico con las fake news que se vierten en las redes sociales sobre la situación del turismo en la Comunidad Autónoma.

La patronal descarta así que vayan a producirse cierres de hoteles en el Archipiélago por la caída de la clientela (la cadena Room Mate sí ha cerrado temporalmente tres de sus alojamientos en Madrid) pero de igual forma reconoce que dependerá en buena medida de la ayuda que reciba el sector desde la Administración pública. "Habrá que ajustar para no morir con las botas puestas; no lo deseamos, pero habrá que afrontar medidas", apuntó por su parte el director de Cordial Canarias. La petición unánime es que al menos se flexibilicen los plazos para el pago de impuestos y cuotas de la Seguridad Social, lo que daría mayor liquidez a las empresas para poder superar la crisis. Para evitar, en definitiva, "males mayores".

Uno de esos "males mayores" sería la destrucción de puestos de trabajo. Las empresas están, en general, manteniendo las plantillas, pero el secretario general de Sindicalistas de Base, Manuel Fitas, adelantó que la cadena Meliá despidió entre el viernes y el lunes a 22 trabajadores de cuatro de sus hoteles en el sur de Tenerife "sin convocar al comité de empresa, sin consensuar y sin estudiar medidas alternativas", agregó el representante sindical. De hecho, Fitas afirmó que "es la única empresa que despide". "Las cancelaciones que se registran alcanzan al 30% de las reservas, pero lo preocupante es que entran pocas nuevas reservas. Ese es el virus de verdad", sentenció el secretario de Sindicalistas de Base.