Tenerife es la isla canaria más afectada por coronavirus Covid-19. Son doce los casos activos por esta nueva patología y, actualmente, se está investigando al menos los contactos directos de cuatro focos de infección. Uno es el médico lombardo, otro el italiano de La Laguna que viajó a su país, una persona residente en Santa Cruz de Tenerife y, el último, un profesor del Colegio Salesianos en La Orotava. Esto ha provocado que todos sus contactos más o menos directos estén ahora mismo en aislamiento preventivo. Ayer se constataron tres casos más en las Islas, uno en Tenerife, relacionado con uno de los positivos en aislamiento domiciliario, y dos turistas holandeses en Gran Canaria.

En estos momentos, según la información proporcionada por la Administración sanitaria regional, hay 19 casos activos en las Islas, 12 de ellos (el 70%) en Tenerife. Entre los casos activos en la isla hay cuatro que pertenecen al grupo de ciudadanos italianos hospitalizados, tres de los cuales están asintomáticos y uno de ellos continúa con síntomas. Del resto de positivos en la isla, solo uno de ellos está hospitalizado y el resto se encuentra en aislamiento domiciliario. El último caso se constató en la mañana de ayer y es un contacto directo de una de las personas que estaban ya en aislamiento domiciliario.

La operación salida del H10 Costa Adeje Palace culminará hoy, junto a la finalización de las medidas restrictivas de aislamiento impuestas por la justicia y la Administración canaria. Y es que, en esta madrugada ha culminado el periodo de vigilancia de 14 días establecido para el aislamiento de esta cepa de coronavirus. En la mañana del lunes quedaba poco más de 200 huéspedes en el alojamiento hotelero de lujo. Todo esto ocurre en un escenario en el que Canarias no está siendo la peor parada. En toda España ya se acumulan más de 1.000 casos de coronavirus y el Ministerio de Sanidad plantea tomar medidas más estrictas en los dos principales focos de contagio: País Vasco y Madrid.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó ayer que "la amenaza de que haya una pandemia se ha vuelto muy real", después de que el número de casos de Covid-19 haya superado los 100.000 contagios en más de un centenar de países. "Es preocupante que tantos países se hayan visto afectados tan rápidamente, el número de casos muestra que la amenaza de pandemia se ha vuelto muy real, pero ésta podría ser la primera pandemia en la historia que seamos capaces de controlar", señaló Tedros en rueda de prensa.

La OMS declaró su última pandemia global en 2009, con la gripe A, y en esta ocasión ha advertido que no habría una hipotética declaración oficial con el Covid-19, ya que se ha dejado de usar ese término en su medición de epidemias, aunque la palabra podría utilizarse de forma coloquial si importantes focos de contagio se declaran en los cinco continentes. "No nos preocupa la palabra, pero sí la reacción que provoque, y queremos que ésta sea la de seguir luchando, no la de abandonar", afirmó al respecto el director ejecutivo de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan.

Tedros añadió por su parte que "gobiernos, empresas, comunidades, familias e individuos pueden ayudar a controlar esta epidemia" e insistió en que "con acciones prontas y decisivas podemos frenar el virus". El médico etíope subrayó que pese al número de casos, más del 90 por ciento de ellos siguen concentrados en cuatro países (China, Corea del Sur, Italia e Irán), y recordó que en el territorio chino, donde se originó el brote en diciembre, la tasa de recuperación de los afectados ronda el 70 por ciento. "Las áreas con transmisión entre las comunidades siguen siendo el mayor desafío, y debemos aumentar los esfuerzos para prevenir el contagio y reducirlo a focos más controlables", señaló Tedros, para añadir que en los países con transmisión comunitaria no se debe dudar en usar medidas tales como cierre de escuelas o cancelación de eventos multitudinarios. Añadió que países como China, Italia, Japón, Corea del Sur, Singapur y Estados Unidos, entre otros, ya han activado medidas de emergencia que pueden servir de ejemplo.

En cuanto a Gran Canaria, la turista italiana de 61 años que se convirtió el pasado jueves en la primera persona diagnosticada de coronavirus se encuentra ingresada, desde el domingo, en la Unidad de Medicina Intensiva (UMI) del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria. La mujer sufre una neumonía bilateral y se encuentra en estado "grave", lo que la ha llevado a precisar intubación orotraqueal y ventilación mecánica. Por su parte, la Consejería de Sanidad del Ejecutivo autonómico aclaró que la paciente se mantiene "estable" dentro de la gravedad.

Asimismo, una de sus tres amigas que la acompañaban en su visita a Canarias - también infectadas por el agente patógeno- tuvo que ser valorada ayer en el Servicio de Urgencias del mismo centro por presentar "síntomas leves a nivel respiratorio". Posteriormente, esta mujer de 60 años fue trasladada "en silla de ruedas" por el túnel que une a este centro con el Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias, donde está siendo supervisada en una zona de aislamiento. Cabe resaltar que ambas pacientes son hipertensas.

Lo cierto es que la extranjera que registró el primer caso de Covid-19 en la Isla ingresó el pasado sábado, alrededor de las 19.00 horas, en una planta del Materno -la misma en la que ahora se encuentra su compañera- por experimentar problemas de retención urinaria. Hasta ese momento, la afectada, al igual que sus tres acompañantes, se encontraba en situación de aislamiento domiciliario en una vivienda vacacional de Arinaga. Poco tiempo después de su llegada al complejo sanitario se le practicó una radiografía de tórax, -entre otras pruebas diagnósticas- que permitió confirmar la patología neumónica. Fue durante la jornada dominical cuando los especialistas derivaron su ingreso a la UMI del Insular, pues la del Materno solo trata a pacientes en edad pediátrica.

Según detallan las mismas fuentes, el traslado fue "tormentoso" y se llevó a cabo a través del citado túnel. En este caso, la paciente fue transportada "en la misma cama en la que se encontraba en la zona de aislamiento" y, únicamente, "provista de una mascarilla". "Se ha seguido el mismo protocolo que marca el transporte de cualquier otro paciente que sufre una complicación de su enfermedad y que requiere ingreso en la UMI", informan. Sin embargo, esta decisión ha sido rechazada por muchos profesionales sanitarios. "Por este espacio transita el personal, se traslada a otros pacientes y se transporta la comida de los enfermos que se encuentran ingresados en el Materno", detallan.