Los dos acusados del asesinato de Manuel González Medina, alias 'El Tajonero', en el barrio de Cabo Blanco, en el municipio de Arona, se contradijeron en sus declaraciones en el Juicio con Tribunal de Jurado que comenzó este lunes en la Sección II de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. El varón implicado, Jonay, reconoció plenamente ser el autor de la muerte violenta de la víctima, que su objetivo era decapitarlo y que se trató de una cuestión de supervivencia: "Era mi vida o la de él". En su declaración ante la fiscal y los dos abogados defensores, el procesado realizó una defensa exacerbada sobre la inocencia y supuesta vulnerabilidad de su entonces pareja, Ana Luisa, la otra acusada.

Mientras tanto, la mujer se desvinculó del ataque violento al ahora fallecido y llegó a decir que, después de que el afectado recibiera las primeras heridas de arma blanca en el interior de la vivienda en obras en la que vivían, lo ayudó a abandonar la edificación. Confirmó que 'El Tajonero' la había amenazado de muerte y que lo haría cuando saliera del centro penitenciario Tenerife II. La sesión estuvo marcada por el comportamiento indisciplinado de Jonay, que, enfundado en su sudadera con capucha, se levantó de forma reiterada para explicar dónde estaban cada uno cuando se produjo la primera agresión o que empezaba a hablar cuando declaraba la otra procesada o los testigos. Esa forma de comportarse llegó a alterar a la magistrada presidente del tribunal, Esther Nereida García, que lo llamó al orden una y otra vez.

Por compasión

Tras la entrada en la cárcel de Manuel, Jonay y Ana Luisa decidieron irse a vivir juntos a una casa en obras en la zona de Los Toscales, en la calle Los Leones. El acusado explicó que 'El Tajonero' , que había salido poco antes de prisión, llegó al lugar con gritos e insultos hacia la ahora acusada. Afirmó que empezó su relación con Ana Luisa por cierta compasión, ya que Manuel la agredía y la obligaba a cometer robos violentos o a prostituirse para comprar droga; "¡chiquito marido!", añadió. Tras las amenazas e insultos iniciales a Ana Luisa, esta se quedó paralizada. Después, el ahora fallecido la invitó a drogarse y Ana Luisa aportó una jeringuilla. Según Jonay, Manuel hizo un "batido de metadona y heroína" para inyectárselo a la mujer. Esta aclaró que no era ni heroína ni metadona, sino pastillas Rodifen, que, según ella, es conocida como la "cocaína de los pobres" y se consigue en prisión. Jonay, que asegura que padece un tumor cerebral avanzado, aseguró que Manuel, a la vez que inyectaba la droga a Ana Luisa, con la otra mano sacaba un cuchillo para matarla. Y entonces él le propinó una patada y lo atacó en el cuello con un cuchillo. La mujer no se percató de que 'El Tajonero' fuera a usar un arma blanca. Recordó que, cuando recibía la sustancia tóxica, Manuel le dijo: "¡Mira lo que me hizo!". Y, al levantar la cabeza, comprobó que tenía un corte grande en el cuello, del que manaba una gran cantidad de sangre.

Si el ahora procesado afirmó que la víctima cogió a Ana Luisa, le puso un cuchillo en el cuello y le pidió que le dejara salir de la casa; la mujer negó tal extremo y apuntó que ella ayudó a Manuel a salir de la obra y, cuando bajaba por la calle Los Leones, hacia la huerta donde finalmente recibió los últimos cortes en el cuello y el golpe con una piedra grande en la cabeza, lo ayudó a caminar, ya que, de forma sucesiva, se caía y se levantaba. Jonay calificó a 'El Tajonero' de "vanidoso", al que le gustaba amedrentar, agredir y robar a personas de Cabo Blanco, entre ellas a "viejitas" y "chiquillos". Reconoció que su intención era cortarle la cabeza. Los dos acusados coincidieron en que, en un determinado momento, Manuel pidió perdón a Jonay cuando ya estaba malherido en la huerta y a punto de ser golpeado con la piedra.

Los testigos que declararon ayer vieron los hechos desde la distancia y cuando ya los implicados habían salido de la vivienda en obras. Casi todos apuntaron que, tras oír los gritos, salieron y observaron que Manuel caminaba solo por delante, sin ayuda, y los dos implicados le tiraban piedras por detrás. Un primo del fallecido explicó que, al percibir el altercado, salió corriendo, cogió un palo y una piedra y se aproximó al lugar. Afirmó que observó que Ana Luisa salió de la huerta y se quedó en la calle Los Leones.

La mujer no pidió auxilio

Al acercarse, no escuchó a la acusada pedir auxilio, ni a él ni a otros vecinos. Al observar la escena de su familiar tendido en la huerta, reconoció que "me quedé en shock" y regresó a su casa. A preguntas del letrado de Ana Luisa, recordó que esta le dijo: "Tu primo está muerto". Otra vecina aseguró que ella solo vio en la huerta a Jonay, mientras que la mujer permanecía en la calzada, a la vez que insultaba a Manuel con expresiones como: "¡Cabrón, hijo de puta, mátalo!". Después de que la víctima quedara tendida sin vida en la huerta, esta ciudadana aclaró que ambos implicados salieron juntos, agarrados de la mano, hacia su lugar de residencia y después, de forma periódica, se asomaban a ventanas y balcones hasta que llegaron los policías locales. El joven que alertó a los agentes explicó que, a lo lejos, observó que alguien cogió una piedra en peso y la lanzó, pero, desde su posición, no observó dónde cayó la misma.