Practicante de un deporte autóctono canario, pura esencia de un pueblo que, por desgracia, puede perderse entre tanta globalización. Natural y residente en un mundo rural y campesino que corre el riesgo de ser absorbido por los tiempos modernos. Pero, sobre todo, mujer. O mejor dicho, mujeres. En todas sus condiciones, edades y estados. Una doble vía reivindicativa, la de la tradición y la femenina, marca el acto de encuentro de disciplinas deportivas de las islas que reúne en la Casa del Ganadero de San Diego, en La Laguna a medio centenar de féminas entre bueyes y yuntas.

Carreras de barcos -esos que se ven en las romerías de tierra adentro como la de San Marcos en Tegueste-, Arrastre de ganado, Juego del Palo, Garrote, Lucha Canaria o Salto del Pastor. Deportes canarios y de los canarios desde hace siglos. La cita tiene una peculiaridad: esta vez son practicados exclusivamente por mujeres.

Bajo un sol de justicia, impropio de esta época del año, el circuito está marcado y los animales preparados ante la atenta mirada desde la grada de cientos personas. El speaker Luis de la Cruz da el pistoletazo de salida mientras Santiago Cacho, presidente de la Federación Canaria de Arrastre se desvive para que todo salga bien.

Unas cincuenta mujeres posan juntas. Desde distintos campos del deporte autóctono pero unidas por sus camisas violetas. En vez de un minuto de silencio por las víctimas de la violencia de género anuncian todo lo contrario, "mucho ruido", antes de despedirse con la fórmula "Ajul y salud".

Julia Martínez, segoviana de nacimiento pero vasca cuando levanta piedras, y Garazi Arrutia, vizcaína de Bilbao calientan en un lado Ellas son las invitadas de excepción. No defraudan con una exhibición de deportes autóctonos de Euskadi.

Julia, que comparte esta actividad con la halterofilia, levanta una piedra de 78 kilos. Lo que levanta Garazi es al público. Lleva a los presentes al borde de la emoción y el sufrimiento con sus varias vueltas a un circuito cargada con 31 kilos en cada mano. En ellas lleva las txingas que simulan las cántaras con las que las lecheras vascas recorrían los caseríos. La gente estalla en aplausos cuando termina. Pura hermandad Canarias-Euskadi como canta Luis de la Cruz micrófono en mano.

Les quedaba otra prueba durísima por matadora: el yunque. También la superaron con creces. Ambas coincidieron en una doble reflexión: "Encantadas de estar aquí y de compartir espacio con estas mujeres que representan las tradiciones canarias. En un día, además, tan especial y clave como el 8 de Marzo en el que tenemos mucho que reivindicar para visibilizar el trabajo de todas las mujeres". Acaban con un mensaje: "Demostramos que podemos con todo". Forzudas con ideas claras.

Las exhibiciones se van sucediendo bajo un sol de justicia. La pequeña Paula, de 10 años, arrastra varias veces su peso y muestra un dominio de la yunta excepcional para su edad. La cantera garantiza el futuro.

Lucía Báez, de 13, llega desde Valle Tabares. Procede de una familia de tradición en el Juego del Palo y confirma su alto nivel. Practica desde los 7 años una disciplina que califica de "muy bonita" y por la que "todos tenemos que luchar para que perdure". Respecto a la lucha de las mujeres opina: "Puede parecer que ya se ha conseguido, pero eso es en la teoría porque en la práctica queda mucho por hacer".

Muy joven es también Naomi con apenas 18 años recién cumplidos. Luchadora en el Guamasa ya estuvo el año pasado en un acto que cree "necesario e importante" porque "demostramos lo que valemos en deportes que hasta no hace mucho quedaban reservados a los hombres". Piensa que "todavía nos quedan por alcanzar más metas aunque hemos avanzado. Estoy orgullosa de contribuir a dar pasos hacia la igualdad".

Si ellas son jóvenes, la palmera, de Breña Alta, Rosa Concepción es la voz de la experiencia. Cuenta que "empecé en el arrastre hace 24 años y llevo 48 de mis 67 como ganadera". Ya vino el año pasado a una cita que le parece positiva y para repetir más a menudo. Apuesta por "tradiciones muy nuestras, sobre todo en el campo, que se pierden y no debería ser así". La fecha la ve "muy bien para reivindicar los derechos de las mujeres", pero propone "ir todos en paralelo, hombres y mujeres. Por el mismo camino del entendimiento y el diálogo aunque reconozco que hay situaciones de avasallamiento que no se pueden permitir. Unidos mejora la sociedad en general".

Carmen Díaz pertenece al colectivo Aguere de Salto del Pastor. Acude junto a su compañera Mónica. Llega a este deporte por su confesado amor "a la historia y la geografía de Canarias". Tras comenzar en el Juego del Palo pasa a esta disciplina propia de los antiguos pastores de las islas. Tiene claro que "participo para visibilizar a las mujeres para que no se nos ningunee en ninguna actividad. Ni en el deporte ni en otras como la ciencia o el arte".

Nanda Donate muestra su pasión por el garrote. Tanta que afirma: "Con uno bueno en la mano no habría violencia de género". No lo sabía en ese momento, pero tras dialogar con EL DÍA fue homenajeada por la enorme labor que hace con niños y niñas discapacitados en la enseñanza del garrote adaptado. "Las técnicas son iguales, sólo que no se explican en el mismo orden", resume. Y concluye: "Integración e inclusión son claves. Las buscamos con un método que se resume en su frase: Yo puedo, ¿y tú? Dos palabras lo funden todo: respeto y socialización".

Nanda empezó con el Palo pero el Garrote "me enamoró". Se muestra "orgullosa de manejar la herramienta de trabajo y lucha de los antiguos canarios". Y, siendo mujer, "demostrar que ellas estaban en la primera línea de batalla en esa actividad humana de nuestros antepasados. Eran unas auténticas heroínas".

Su resumen vale como epílogo de la jornada: "Este tipo de encuentros son fundamentales para visibilizar a la mujer del campo y ganadera. Acabar con el estereotipo del pañuelo y la cabeza baja. Somos mucho más que eso". Fuerza de mujer canaria.