Fedola es una referencia de la hostelería en Canarias. Nació en Tenerife, pero se ha expandido hacia otras islas. Victoria López ha pilotado la trayectoria de la organización en los últimos años, después de que su padre, Fernando López, a quien considera su referente, decidiera retirarse y dejar sobre las espaldas de una de sus cuatro hijos -tres mujeres y un varón- la responsabilidad de liderar el grupo. Ella ya había tenido su propio negocio, pero cuando se introdujo en la empresa familiar lo hizo en "las mismas tareas en las que empieza cualquiera". Sí notaba que cuando acompañaba a su padre a alguna reunión, en ocasiones la trataban como la hija de". "Si iba el hijo de, no pasaba nada, pero con una mujer delante sí había cierta incomodidad", relata. También recuerda que dentro de su propia empresa se la cuestionó "muchísimo" por si era ascendida por su capacidad o por ser hija de su padre.

Todos esos reparos ya han sido salvados, al igual que las dudas que pudieron surgir en un primer momento. "La gente me apoya muchísimo en la presidencia del grupo", constata López. También en las relaciones con otros empresarios se ha ganado "poco a poco el respeto", pero al principio se sintió "no escuchada y en muchos casos cuestionada" en sus opiniones. "Hoy mantengo unas relaciones cordiales con muchísimos compañeros del sector", afirma.

A juicio de esta empresaria, "el principal obstáculo" que se interpone en el objetivo de una plena igualdad es "cambiar la mentalidad de que las mujeres están limitadas por ser madres o decidir serlo". Tiene claro que este prejuicio "es muy común", tanto que se ha propuesto que en su empresa esas trabas no existan. "Es una pena que las mujeres apostemos cada vez menos por ser madres a causa del miedo, y es increíble cómo podemos infundir ese temor. Eso no puede ser", expone Victoria López con rotundidad.

Asegura que no le preocupa que alguna de sus trabajadoras se quede embarazada. De hecho, las mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en sus hoteles y que se encuentran en esta situación cuentan con compañeros junto a ellas preparados para relevarlas para que puedan "tener su final de embarazo tranquilas en casa, preparándose, y luego sus meses de baja de maternidad". Además, y a la vista de la extensión a los varones de los permisos relacionados con la maternidad, se pregunta si los empresarios deberán también rechazar a los trabajadores masculinos porque pueden disfrutar de cuatro meses de baja o en algún momento tendrán que abandonar su puesto para recoger en el colegio a un hijo que ha enfermado.

"La educación que recibimos en casa es la base fundamental de los valores", contesta López cuando se le pregunta por la vía más adecuada para avanzar hacia la igualdad y erradicar el machismo. "Si los niños ven a un papi o a una mami que reparten las tareas, que cocinan los dos, que ambos los recogen en el cole o que los llevan al médico... Ahí está la base". Un papel similar desempeña la educación reglada, "que los niños y las niñas no se distingan por el uniforme, que no haya colegios de niños o niñas". En ambos aspectos, "las cosas están cambiando". "Ya estamos educando a nuestros hijos por ese camino", celebra.

Aunque no coincide con algunas formas "extremas", la hotelera ve esencial el papel de reivindicaciones como el 8-M. "Si no hacemos un poquito de escándalo, no se nos escucha", dice. Estos movimientos son más necesarios sin cabe porque, en su opinión, "todavía hay mucho machismo escondido en la sociedad".

Algunas manifestaciones de este machismo las ha vivido en primer plano: desde los empresarios que le preguntaban a su padre si estaba loco por elegirla para sucederlo -no les hizo caso- a un episodio relativamente reciente en el que acudió a una reunión y tuvo que salir de la sala hasta que se decidiera si podía participar en ella. "Me arrepentí de no haberme ido y plantarlos, pero luego recapacité y pensé Esto lo voy a cambiar".