Los incontables agradecimientos de Sonia empiezan por sus padres, Anselmo y María, que le inculcaron la pasión por los documentos desde su profesión de administrativos. Ellos le han acompañado durante sus 33 años -34 en junio- en una trayectoria vital paralela al asociacionismo desde muy pequeñita. Su reconocida tozudez ha sido un factor fundamental para llegar a ser la primera profesional con discapacidad intelectual, síndrome de Down, que forma parte de la prestigiosa a nivel mundial Federación Internacional Business and Professional Women (BPW).

La primera reflexión: "La clave contra el machismo es la educación, tanto en casa como en el colegio. Pero no se puede hacer mucho desde las clases contra los hábitos en el entorno más cercano".

Sonia desglosa más agradecimientos. En primer lugar a esos colectivos los que ha pertenecido y donde se formó como Trisómicos 21 Down Tenerife. Además, ha realizado cursos sobre oficina, informática, atención al cliente... Y aún hoy mantiene su formación.

Desde hace casi cuatro años -con sucesivas renovaciones- trabaja como auxiliar de oficina en Teidagua, empresa de aguas de La Laguna, a la que se incorporó de la mano del programa de empleo de Sinpromi. Ha contado siempre con el apoyo de su preparadora laboral, María Jesús Fariña, y de la asociación Jaslem. Más agradecimientos.

Residente en Radazul, municipio de El Rosario, se graduó en Educación Secundaria (ESO) en el IES Anaga en el año 2005. Tiene, entre otros, el título de Técnica en Panadería y Pastelería, que obtuvo en el IES Virgen de Candelaria. Pero la frialdad del currículum se rompe ante la calidez de quien destaca de sí misma el hecho de ser "torrontuda", pero, sobre todo, "una buena persona".

Buenas personas es lo que ha encontrado donde ha trabajado. De prácticas durante períodos de once meses en Alcampo La Laguna como auxiliar de caja o en la tienda de Pull and Bear en la calle Castillo de Santa Cruz. También en la empresa Clece, en varias facultades de la ULL o en la Autoridad Portuaria. Y ahora en Teidagua -así, Teidagua, "no se confunda"- También lo agradece.

"No he visto nunca ningún episodio de machismo", sentencia Sonia respecto a sus compañeros de empresa. Es "una más". Su tarea se divide entre el trabajo dentro y fuera de la sede. Explica: "Clasifico y distribuyo correspondencia, hago fotocopias, escaneo, imprimo... Lo que haga falta y lo que hace un auxiliar". Cuando sale lleva y recoge documentos "en el Cabildo, Ayuntamiento, Gerencia de Urbanismo o Correos". Resume: "Me gusta mi trabajo".

Asegura "llevarse muy bien" con todos sus compañeros y jefes. "Nunca me he sentido infravalorada ni como mujer ni por mi discapacidad". Conoce lo que es el techo de cristal, pero "no lo he vivido tampoco". Gracias de nuevo.

Sonia se considera "muy sociable". Es evidente que tiene empatía. Su panorama vital es el de la normalidad y la autonomía como el de cualquier otra mujer. Por eso usa el transporte público, guagua o tranvía, de manera habitual.

Valora "la importancia para el avance y la mejora de las mujeres de movimientos como el feminista o el 8M". Vuelve al principio: "Lo importante es la educación. Si se mejora ahí, habrá mejoría".

Sonia se presentó en Madrid a unas oposiciones a ordenanza de la Seguridad Social. Las aprobó pero quedó tercera de la lista y no pudo entrar. No desfalleció, "como nunca ha hecho", apunta su madre. Esta y su padre son "mis referentes en la vida". Más gracias.

Otro agradecimiento final. A la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales Charter 100, delegación en Tenerife de BPW, por "darme la oportunidad de integración". Integración y normalidad sin machismo. Gracias.