La batalla por poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas es imparable, a pesar de los innumerables escollos alimentados por una sociedad dominada históricamente por el género masculino. En Canarias los datos revelan una realidad en la que aún se bosqueja una larga travesía por surcar para construir una comunidad equitativa. La brecha de género se atisba en prácticamente todos los ámbitos: las mujeres gozan de peor salud, perciben salarios más bajos, encabezan la mayoría de los contratos parciales, sufren una mayor tasa de paro, son las principales responsables del cuidado de los hijos y de las tareas del hogar, están más empobrecidas y, además, la representación femenina en las administraciones públicas y en cargos de responsabilidad es minoritaria. Lo que, en conjunto, ralentiza el avance hacia la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres pero, lejos de mermar las fuerzas de las reivindicaciones, cada año estas se intensifican especialmente llegado el mes de marzo.

Pese a que, aun siendo más longevas, las mujeres canarias gozan de una peor salud que los hombres, según el informe Brechas de género 2019 elaborado por el Instituto Canario de Igualdad (ICI), dependiente de la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias. Este documento apunta que las desigualdades de género, el peso de las responsabilidades del cuidado sobre su salud y los efectos de la triple jornada que desempeñan las mujeres -la laboral, las tareas domésticas y el esfuerzo para mantener las redes afectivas que descansan sobre ellas-, genera más achaques crónicos y unas peores condiciones de vida.

35 años para cerrar la brecha

Según otro estudio, elaborado por Gestha, cauterizar la grieta salarial entre mujeres y hombres en el Archipiélago supondrá unos 35 años. Esta organización, que representa a los técnicos de Hacienda, estima que Canarias es la región donde las divergencias entre géneros son menores, pero no porque los salarios sean más equitativos sino porque las empresas isleñas pagan de media unos 4.000 euros menos a los hombres respecto a las retribuciones que perciben en el resto del territorio estatal. Para igualar el sueldo de ellas al de sus compañeros, las mujeres canarias deberían cobrar un 15,6% más.

A pesar de que las féminas cuentan con más estudios universitarios -diplomatura (60,98% frente a 39,01%) y licenciatura, máster o doctorado (53,35% frente a 46,64%)-, "los hombres ganan sistemáticamente más que las mujeres, lo que les permite tener un poder adquisitivo inmediato superior y una generación de pensiones a su vez superior a la de las mujeres", según recoge el informe del ICI. "Las desigualdades salariales están relacionadas con el tipo de rama de actividad, la categoría y nivel profesional" pero, sobre todo, vienen determinadas por "los complementos salariales sujetos a factores subjetivos y marcados por roles, prejuicios y estereotipos de género". La presencia desigual de uno y otro sexo en las diferentes profesiones no solo incide en la generación de renta, sino que también contribuye a la construcción de roles y estereotipos de género y en las relaciones de poder entre mujeres y hombres.

El tipo de jornada y la consiguiente retribución económica, explica el estudio de la Consejería, son elementos estructurales de la desigualdad por razón de género y perpetúan los roles en la pareja en cuanto a la asunción de las tareas domésticas y responsabilidades del cuidado de los familiares dependientes, atribuidas históricamente a las féminas por asignación social y el peso de las tradiciones. En este sentido, en las Islas, el 69,73% de los contratos a tiempo parcial corresponden a mujeres, mientras que el 30,2% están encabezados por hombres, por lo que la precariedad laboral es un factor determinante a la hora de decidir quién de los dos miembros solicita una excelencia para asumir los cuidados de los niños, adultos mayores o enfermos. Y esta correlación se convierte en un círculo difícil de romper. En 2017, expone el ICI, un total de 900 personas solicitaron una excedencia laboral para ocuparse del cuidado de los familiares dependientes, de las que 757 fueron mujeres y 143 hombres; lo que supone una brecha de 68,22 puntos porcentuales. La fisura en las tareas domésticas está prácticamente cerrada en el 1,46%, según el documento del Instituto Canario de Igualdad.

Pobreza cronificada

La suma de todos estos factores está suponiendo la cronificación de la pobreza entre las féminas. No en vano, el 51,76% de las mujeres se encuentran en riesgo de pobreza severa en términos globales, frente al 48,24% de los hombres. En esta línea, la percepción de pensiones y el tipo de contribución que unas y otros ingresan muestra también la desigualdad en función del género. Así, el número de mujeres que perciben subvenciones no contributivas representa el 66,50% frente al 33,49% de hombres. Mientras que los datos se invierten cuando se trata de las pensiones de jubilación contributivas derivadas del trabajo, de las que los hombres son mayoritariamente los beneficiarios como consecuencia de la menor presencia de las mujeres en el mercado laboral.

Respecto a otros ítems reflejados en el informe elaborado por la Consejería regional de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud, cabe destacar que en cuanto a la distribución del tiempo de ocio, las mujeres canarias dedican más espacio al disfrute de la familia, a realizar actividades sociales, a formarse en talleres o clases de idiomas y a la participación en asociaciones para la reivindicación de derechos. Por su parte, los hombres destinan más tiempo al deporte, a los amigos y a la política.

Sobre esta última actividad, la política, la Ley de Igualdad aprobada en 2006 y que obliga a los partidos a concurrir a las elecciones con listas paritarias, es decir, que el número de personas de cada sexo no sea superior al 60% ni inferior al 40%, ha supuesto un impulso para la representación y participación de las mujeres en las instituciones públicas. En la primera legislatura del Gobierno de Canarias (1983-87), entre los diez consejeros que formaron el Ejecutivo solo se encontraba una mujer, Loly Palliser, quien gestionó la cartera de Turismo.

Si bien hubo que esperar ocho años hasta el nombramiento de una nueva consejera, en 2003 el equipo de Gobierno empezó a ser paritario. Y en la pasada legislatura, en la bancada del Parlamento de Canarias había más mujeres (32) que hombres (28). Esta tendencia progresiva se repite en la política municipal del Archipiélago, donde la presencia de mujeres al frente de un consistorio no fue numerosa hasta el año 2003, con 13 alcaldesas. Y aunque la cifra ha ido aumentando, en la actualidad, de los 88 municipios canarios solo 16 mujeres ostentan el bastón de mando como máximas ediles frente a 72 alcaldes.

71 mujeres asesinadas

En cuanto a la violencia machista, 71 mujeres han sido asesinadas en el Archipiélago por su parejas o exparejas desde que se empezó a registrar la cifra en 2003. El ICI recoge en su informe que el Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia del Gobierno de Canarias (Samvvg 112) recibió en 2018 un total de 14.002 llamadas, de las que 7.468 fueron de emergencia, 3.663 de urgencia y 2.871 de información. En este sentido, señala que los dispositivos de emergencia para mujeres agredidas (DEMA) atendieron a un total de 1.237 mujeres en 2018, de las que 331 necesitaron y recibieron acogida inmediata, de hasta 96 horas, junto con 179 menores.