La mascarilla no protege del contagio de Covid-19, el virus solo se propaga a un metro de distancia y el patógeno en ningún caso se ha creado en un laboratorio. El coronavirus tampoco puede desplazarse grandes distancias por el aire porque las gotículas -su principal vía de transmisión- son muy pesadas, ni puede permanecer nueve horas en una superficie porque "su cubierta de proteínas" solo le permite vivir sin huésped unos minutos. Pero, sobre todo, "el coronavirus no es como la gripe", porque la gripe "es peor".

Así lo dejó claro ayer el investigador y director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, Jacob Lorenzo, que puntualizó que, en realidad, la familia de los coronavirus tiene más relación con los resfriados, por lo que admitió que ha "dejado de compararlo con la gripe". El científico compareció ayer, como una iniciativa de la Universidad de La Laguna (ULL), en la charla Mitos y realidades sobre el coronavirus, donde creó un espacio donde poder preguntar sus dudas sobre esta nueva enfermedad que afecta a los humanos.

Que la crisis del coronavirus Covid-19 haya llegado en pleno boom de las redes sociales es lo que le ha permitido elevarse en bastante ocasiones como trending topic mundial. Esta situación, unida a una ingente cantidad de investigaciones que se están realizando a toda prisa -algunas incluso con conclusiones contradictorias-, el desconocimiento general de cómo evoluciona el nuevo patógeno y las aparatosas medidas de seguridad adoptadas por los distintos gobiernos autonómicos y estatales han sido suficiente para formar un caldo de cultivo que ha disparado una cantidad ingente de bulos y mitos a su alrededor en poco más de dos meses.

"La gente no entiende por qué se están tomando medidas tan estrictas", remarcó Lorenzo, que recordó que tanto los países como la Organización Mundial de la Salud (OMS) tienen un único objetivo en mente: "evitar que otro virus entre en circulación".Las alertas de la OMS

Justamente en este punto, insistió en que las continuas alertas de la OMS sobre la expansión del patógeno no están tan dirigidas a los países a los que actualmente está afectando el virus, sino a aquellos más pobres. "Tenemos que ayudarles intentando frenar la expansión de esta infección", insistió Lorenzo, porque para ellos será mucho más complicado afrontarla. "Me preocupa mucho África", insiste el investigador, que afirma que esta enfermedad puede "arrasar" en esos países. Y es que, mientras los países en los que se está propagando mayormente el virus son aquellos con sistema sanitario más robusto, se está constatando que aquellos a los que está llegando y cuentan con una infraestructura más endeble tienen más probabilidades de sufrir en mayor medida las consecuencias del nuevo brote de coronavirus. Es el caso, por ejemplo, de Irán, donde la letalidad ha alcanzado el 3,3% en poco tiempo.

"Nuestra preocupación ahora está puesta en Marruecos, Argelia, Túñez, Senegal, Egipto y Nigeria", explicó Lorenzo. En cada uno de estos seis países hay un caso activo respectivamente. Pero quizás uno de los mitos más comentados ha sido la de asimilarlo a un contagio por gripe. Debido a sus síntomas (tos, dolor de garganta, fiebre y sensación de falta de aire) y tras constatar que las muertes se producen eminentemente en la población más vulnerable (la mortalidad alcanza el 14,8% en la población mayor de 80 años), las autoridades y sanitarios han decidido compararla con esta otra enfermedad para disipar dudas ante la población. No obstante, como señala Lorenzo, "los coronavirus se parecen más a los resfriados" porque la gripe "es más fuerte". Actualmente -aparte del Covid-19- "hay 4 coronavirus leves circulando, que son los que provocan estos catarros", explicó.

Una amplia familia

Pero los coronavirus pertenecen a una amplia familia de virus, por lo que también pueden tener cepas más graves. En esta lista se encuentra por ejemplo el causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esas infecciones suelen causar fiebre, tos y dificultad para respirar y, cuando se agravan, pueden causar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, insuficiencia renal e, incluso, la muerte.

En todo caso, el empeño de los gobiernos, con sus aparatosos protocolos, es tratar de evitar que "haya otro virus entre nosotros". Con otros se consiguió -el SARS de 2002 logró erradicarse-, pero con este, "por la importante circulación de personas y mercancías por el mundo", está costando un poco más. No obstante, como señala Lorenzo, "en Canarias se está haciendo muy bien". El investigador, que es vocal del comité científico de Canarias por la alerta del coronavirus, se congratuló de que, hasta el momento, no haya habido ningún caso local en Canarias: "todos son importados".

Por eso, entiende que "el protocolo está funcionando". De hecho, como señaló, en algunos países, como en China, las nuevas medidas tomadas parecen estar ralentizando el avance del Covid-19. Lo único que pide el investigador es "paciencia" y confianza en el sistema sanitario y en los profesionales que están buscando una vacuna o un tratamiento para poder hacer frente a esta nueva infección.