¿Por qué se caracterizan los coronavirus?

Un coronavirus es un virus de tipo genómico RNA -ácido ribonucleico- que comparte familia con otros que ya se han aislado en épocas anteriores como pueden ser el síndrome respiratorio agudo grave -SARS- y el síndrome respiratorio de Oriente Medio -MERS-, y genéticamente son diferentes al virus de la gripe. Cabe destacar que estos virus viven habitualmente en los animales, aunque pueden infectar a los seres humanos -virus zoonóticos-. De hecho, una de las preocupaciones es que cuando el virus muta y afecta al sistema inmunológico de los humanos puede tener una respuesta más agresiva en estos, pues el virus se encuentra en un ambiente poco habitual.

¿Considera que es preocupante el índice de mortalidad que presenta esta patología?

Hasta el momento, se ha observado que esta enfermedad presenta un índice de mortalidad muy inferior al virus del SARS o el MERS, e incluso, al de la gripe. Este último causa la muerte a unas 6.500 personas cada año. En este sentido, la evolución del nuevo coronavirus está siendo tranquilizadora y se está comportando como un virus respiratorio común.

¿En qué se diferencia el Covid-19 del virus de la gripe?

En realidad, las diferencias son muy poco notorias. Y es que el Covid-19 produce una sintomatología muy parecida a la gripe, siendo lo más destacado la aparición de golpes de tos seca, fiebre y disneas. Por su parte, la gripe se caracteriza por provocar dolores osteomusculares generalizados y una intensa mucosidad, además de tos y fiebre. Sin embargo, la disimilitud más relevante es que para la gripe ya hay estudios muy avanzados y vacunas, mientras que a día de hoy no tenemos un tratamiento específico para abordar el coronavirus. Asimismo, el Covid-19 cuenta con una capacidad de infectividad que duplica a la de la gripe, por lo que es fácilmente contagioso.

¿Qué daños puede provocar esta enfermedad en los pulmones?

Lo que se ha observado es que el virus afecta, sobre todo, a personas mayores y con enfermedades cardiorrespiratorias asociadas. En los casos más complejos, si el virus invade las vías aéreas inferiores puede producir una inflamación que puede cursar con neumonía. Cabe resaltar que las neumonías víricas, a diferencia de las bacterianas, tienden a afectar a los dos pulmones de forma diseminada, lo que las hace más graves por tener más probabilidades de causarle más complicaciones a los pacientes, pudiendo incluso provocarle la muerte.

¿Qué tipo de terapias están probando los especialistas?

Lo cierto es que ya hay publicados algunos resultados con antivíricos que se emplean para el sida, y que parece que han demostrado eficacia. Además, se está probando el Tamiflú, el medicamento para tratar la gripe A, para averiguar si puede ser útil también para tratar esta nueva enfermedad. También, se están haciendo estudios con el fosfato de cloroquina, habitualmente empleado para la artritis reumatoide. Todo esto se está realizando con el plasma de pacientes que han sufrido la afección. Mientras tanto, se siguen realizando ensayos para hallar una vacuna efectiva contra esta enfermedad. No obstante, este proceso no es sencillo e implicará varios meses de trabajo, por lo que no creo que esté disponible hasta el próximo otoño.

El uso de mascarillas ha provocado un intenso debate. ¿Es partidario de emplear este mecanismo de protección para evitar el contagio?

El uso de mascarillas es uno de los grandes problemas que hemos tenido con esta crisis epidémica. Y es que el miedo es mucho más contagioso que el propio virus. Hay que tener en cuenta que existen dos tipos de mascarillas. Por un lado, se encuentran las quirúrgicas, que se caracterizan por impedir la expulsión de gérmenes. Estas suelen ser utilizadas por los profesionales sanitarios y por aquellos pacientes que requieren aislamiento respiratorio. Por otro, encontramos las FFP, que son unas mascarillas más gruesas y acartonadas, que evitan que entren gérmenes desde el exterior. Precisamente, son estas últimas las que tenemos que utilizar los sanitarios cuando tenemos aislados a los pacientes afectados por el Covid-19, para así poder estar en contacto permanente con ellos, sin correr riesgos. Por tanto, el empleo de estos objetos debe reducirse al ámbito sanitario y a los pacientes inmunodeprimidos que deben acudir a los hospitales para recibir sus correspondientes tratamientos.

¿Qué medidas recomienda para prevenir que se siga extendiendo la afección?

Sin duda, el lavado de manos es muy útil para evitar, en general, cualquier infección vírica respiratoria. Cuando tosemos o estornudamos tendemos a poner la mano, lo que hace que los gérmenes se repartan por el ambiente al realizar acciones tan cotidianas como saludar o tocar algún objeto. Esto no tiene por qué realizarse con soluciones hidroalcohólicas, sino que bastaría con hacer uso de agua y jabón y prolongar el lavado más tiempo del habitual.

¿Debería estar preocupada la población de nuestro país si el virus llega a alcanzar el grado de pandemia?

No. Esto solo significaría que el virus se ha distribuido a nivel mundial en un grado más que considerable. Sin ir más lejos, la gripe es una pandemia, al igual que lo fue el SARS o el MERS. Cuando la OMS ha decretado esta alerta sanitaria, lo que ha intentado es que se activen protocolos sanitarios para evitar que el virus llegue a diseminarse por los países menos desarrollados , donde la población no cuenta con la excelente accesibilidad sanitaria que tenemos nosotros.

¿Considera que es recomendable evitar los desplazamientos a otros países?

La Organización Mundial de la Salud no ha restringido los desplazamientos, pero sí que recomienda evitar viajar a aquellos destinos en los que existe una importante epidemia, como pueden ser China, Corea, Japón e Italia. Por tanto, el hecho de eludir movernos por el mundo no se consolida como una medida útil. En este sentido, bastaría con identificar las zonas en las que se ha registrado un aumento muy importante de nuevos casos.

¿Cree que esta enfermedad podría ser abordada en los domicilios de las personas afectadoa?

Ahora mismo, se está abogando por tratar a los pacientes en sus domicilios, si presentan una buena evolución en los centros hospitalarios. Sin embargo, este paso requerirá la colaboración de los individuos y un compromiso de que va a cumplir el proceso de cuarentena. En ese momento, los profesionales le realizaremos visitas diarias y mantendremos también contacto telefónico con ellos. Esto está siendo planteado por el Ministerio de Sanidad, que recientemente ha lanzado un protocolo de manejo domiciliario para pacientes aquejados por la enfermedad de Wuhan, después de que la Sociedad Española de Hospitalización a Domicilio se haya puesto en contacto con el órgano del Gobierno para ofrecerles esta posibilidad. Sin embargo, todavía este debate está sobre la mesa.