La intensa calima del pasado fin de semana finalmente ha afectado a la atención urgente en las Islas, pero no en la medida en la que se esperaba. Ayer, por primera vez en la semana, se produjo un ligero aumento de la demanda de unos 50 pacientes por cada uno de los hospitales grandes de Canarias con respecto a principios de semana. Según datos proporcionados por la Consejería de Sanidad, el hospital que habría atendido más casos urgentes ayer habría sido el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, con 269 pacientes, seguido del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín (244), el Hospital Insular de Gran Canaria (243) y el Hospital Universitario de Canarias (219).

Esto supone un pequeño repunte con respecto a principios de semana, cuando se registraron 194 urgencias en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) y 189 en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. Estos datos son muy similares a los que se registraron al principio de la onda epidémica, lo que se explica tanto porque aún Canarias se encuentra en fase epidémica por el virus de la gripe como por la incidencia del polvo en suspensión en la salud de la población. Se debe recordar que los efectos de la calima son palpables al menos 48 horas después de estar expuesto a este fenómeno meteorológico adverso. El número normal de pacientes atendidos suele rondar los 220.

El paso del virus estacional por el Archipiélago se ha saldado, de momento, con 24 fallecidos. Un número aún muy alejado de los 68 registrados en la temporada pasada, aunque todavía es temprano para decidir si este año el índice de mortalidad ha sido menor. Y es que la Dirección de Salud Pública cerró la temporada 2018-2019 en la semana 20, y los datos actuales pertenecen aún a la semana 8.

Aún es epidemia

El virus aún tiene un comportamiento epidémico, aunque sigue perdiendo fuerza, de tal manera que se sitúa en una incidencia de 235,59 casos por cada 100.000. Se mantienen, como en toda la temporada actual, las incidencias altas en los grupos de edad correspondientes a los menores de edad hasta los 14 años. En total se han notificado hospitalariamente 566 casos sin criterio de gravedad y otros 209 graves. En ambos casos, la cepa que más ha infectado a la población del virus de la gripe en esta temporada sigue siendo la de gripe AH1N1, la pandémica de 2009, seguida de la tipo A(H3N2) y la B. Más de la mitad de los casos graves que se han registrado pertenecían al grupo de edad de entre 15 y 64 años. De los que se conoce el estado de vacunación (siete de cada 10) el 90,54% no se había vacunado para enfrentarse a la gripe en esta temporada.

En estos casos graves, la complicación más frecuente fue la neumonía (66,67%), seguida de síndrome de distrés respiratorio agudo (30,50%), coinfección bacteriana (21,99%), fallo multiórgano (5,67%) y shock séptico (7,80%). Siete de cada diez ingresados, además, contaba con un factor de riesgo que podía empeorar su estado de salud. El más frecuente fue la enfermedad cardiovascular crónica (42,29%), seguida de la enfermedad obstructiva crónica (33,52%), diabetes (29,89%), inmunodeficiencia (25,29%), enfermedad renal crónica (19,76%), obesidad mórbida (7,59%), y enfermedad hepática crónica (4,22%). Con respecto a la semana pasada, se ha incrementado en cuatro el número de defunciones. La mayoría han sido causadas por la gripe pandémica AH1N1. Se trata de 12 hombres y 12 mujeres, 15 pertenecían al grupo de edad de mayores de 65 años, 8 al de 15-64 años y uno al grupo entre 5 a 14 años. De ellos, 24 tenían algún factor de riesgo. Sólo diez tenían registro vacunal, estando ocho sin vacunar en esta temporada. Por tanto, la letalidad de los casos graves es del 13,79%.

Con los datos de los que se dispone ya se puede determinar que la situación de epidemia de la gripe este año comenzó con una semana de antelación con respecto a la temporada pasada, pues superó los umbrales en la segunda semana del año. Además, este año se ha extendido más que en la temporada pasada. Concretamente, en 2018-2019, la tasa de incidencia máxima que se alcanzó fueron 154,16 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que este año ha llegado a superar los 300 casos por cada 100.000 habitantes. Ese pico de casos se notificó en la semana seis, lo que corresponde a principios de febrero.

En toda España, la tasa global de incidencia de gripe ha descendido hasta los 97,8 casos por 100.000 habitantes, una disminución significativa respecto a la semana previa, que marca el fin de la epidemia a nivel nacional. Se señala un nivel de intensidad bajo, una difusión todavía extensa y una evolución decreciente. Continúa observándose un descenso en la tasa de detección de (H1N1)pdm09 (quinta semana consecutiva), a la vez que se observa una estabilización en la de virus tipo B.

A nivel nacional

La tasa acumulada de casos graves se estima en 12,2 por cada 100.000 habitantes. Nueve de cada diez se había contagiado de virus tipo A, y la mayoría en su subtipo H1N1. El 79% de los pacientes con información disponible presentaban factores de riesgo de complicaciones de gripe. En los adultos los factores de riesgo más prevalentes son la enfermedad cardiovascular crónica (33%), la enfermedad pulmonar crónica (27%) y la diabetes (27%), y en los menores de 15 años la enfermedad pulmonar crónica (7%), la inmunodeficiencia (3%) y la enfermedad cardiovascular crónica (3%). Desde el inicio de la temporada, la letalidad entre los casos graves hospitalizados es del 13%, concentrándose el 79% de los casos en los mayores de 64 años. El 56% de las defunciones fue en hombres y el 95% tenían factores de riesgo.