Desde que comenzó la epidemia en Wuhan (China) el pasado diciembre, el coronavirus se ha convertido en foco de atención mundial. Los expertos no le quitan importancia, pero consideran clave aportar algunos datos sobre sus características a la opinión pública para evitar la alarma social infundada y excesiva. Un dato: la gripe común causó más muertes en España en un año que el coronavirus en todo el mundo a día de hoy

1. Muy contagioso pero no tan letal. A fecha de 25 de febrero, más de 2.600 muertos y 80.000 contagios en todo el mundo, la mayoría en China. La enfermedad se ha extendido en casi dos meses a 37 países, pero lo cierto es que no tiene una gran tasa de letalidad. La OMS ha informado de que es del 0,7% fuera de Wuhan. En China, ha habido 2.618 muertes de 77.632 casos registrados (3,37% del total). Como mínimo el 97% de los infectados se curan sin problemas.

2. Ancianos y/o con complicaciones. La mayoría de las personas muertas en China por el coronavirus eran gente muy mayor o con patologías previas. Al igual que la gripe puede contagiar a personas de todas las edades, pero afecta más a las más débiles en su salud y es más grave cuando coincide con otras enfermedades (asma, diabetes o cardiopatías).

3. El coronavirus frente a la gripe. El mejor referente para medir la mortalidad del coronavirus es la gripe común. Pese a su rápida capacidad de transmisión, frente a los aproximadamente 80.000 afectados y los casi 2.700 fallecidos, la última campaña de gripe en España causó 525.300 casos y 6.300 muertes (un 1,2%, más que el 0,7% de letalidad del coronavirus). En un año, la gripe ha tenido más casos y muertes en España que el Covid-19 en todo el mundo.

4. Pandemia no significa más peligro sino mayor extensión geográfica. La estrategia de contención en China con las cuarentenas no ha funcionado; por eso, la OMS afirma que "es momento de prepararse para la pandemia". Una epidemia es una enfermedad que se propaga por un país; una pandemia se extiende a varios.

5. Las mascarillas no son la panacea. Las mascarillas son cada vez más habituales pero muchos casos completamente inútiles. La OMS desmiente que el coronavirus se propague muy lejos a través del aire. Lo hace a través de las gotículas que se generan cuando una persona infectada tose o estornuda. De gotículas de saliva o de secreciones de la nariz, pero "estas son demasiado pesadas para propagarse a grandes distancias", según el organismo de la ONU. Llegan hasta un metro y no a ocho como se ha dicho.