Los vientos huracanados del pasado fin de semana, con rachas que llegaron a superar los 160 kilómetros por hora, y la calima no solo trajeron a Canarias varias especies de insectos, especialmente libélulas y alguna langosta del desierto. También arrastraron hacia las Islas a al menos una decena de especies de aves procedentes de África. Lo ha investigado y divulgado el tinerfeño Juan José Ramos Melo, naturalista, realizador de documentales y fotógrafo de naturaleza y viajes. "Siempre han llegado a Canarias especies de aves e insectos procedentes del continente africano pero no recuerdo ver tantos ejemplares como ahora de determinadas especies", aclaró Ramos, para matizar: "En casi 30 años observando aves, nunca había visto tantas collalbas juntas en el norte de Tenerife y es la primera vez que observo la collalba desértica en Canarias pese a haberla visto multitud de veces en el oeste de África".

El experto aclara que el pasado fin de semana, como consecuencia del mal tiempo, llegaron especies de dos tipos de aves: las migratorias y las saharianas. El caso de las primeras es muy curioso pues los vientos fortísimos desviaron su trayectoria. Miles y miles de ejemplares habían comenzado su migración hacia Europa, a donde se dirigen tras recorrer miles de kilómetros para criar en primavera después de pasar el invierno en África Ecuatorial y la región del Sahel (Senegal, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Argelia, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía). Entre las pertenecientes a este grupo de las que se han visto ejemplares en el Archipiélago destacan el curruca carrasqueña ( Sylvia canstillans), el mosquitero musical ( Phylloscopus trochilus), collalba rubia ( Oenanthe hispánica), collalba gris ( Oenanthe oenenthe), alcaudón común ( Lanius senator), golondrina común ( Hirundo rustica), golondrina dáurica ( Cecropis daurica) o avión común ( Delichon urbicum).

"A los ejemplares de todas estas especies, los vientos del pasado fin de semana los catapultaron hacia Canarias cuando realizaban su viaje al norte, a Europa. Estas aves, pese a ser la mayoría de ellas muy ligeras -de 10 a 20 gramos-, aguantan volando muchos kilómetros. Son grandes atletas. No obstante, con vientos como los del fin de semana, no pudieron seguir su camino. Muchos ejemplares, de hecho, pudieron morir en el océano", aclara Ramos Melo. La excepcionalidad en esta ocasión es la gran cantidad de ejemplares que terminaron recalando en el Archipiélago.

'Arrancadas' de África

En cuanto a las saharianas, los vientos simplemente las arrancaron de sus lugares de residencia y las trajeron a las Islas. Son especies como la mencionada collalba desértica ( Oenanthe deserti), la curruca sahariana ( Sylvia deserti), el vencejo moro ( Apus affinis), la alondra ibis ( Alaemon alaudipes) y el corredor sahariano ( Cursorius cursor). "Se reproducen en las costas saharianas y el mal tiempo las habrá sorprendido", comentó el conservador tinerfeño. "El pasado martes, en la costa de Tenerife entre Los Silos y Buenavista del Norte, el compañero Pedro González del Campo y yo observamos una collalba desértica, tres machos y una hembra de collalba rubia y al menos dos hembras de collalba gris. Todo un festín de collalbas", destaca. Además otros observadores han citados varias de estas aves en las islas orientales y centrales, especialmente de collalbas desérticas, produciéndose una llegada masiva de esta especie sin precedentes.

Sobre los insectos hubo cierta preocupación al principio por que pudiera llegar una plaga de langostas del desierto a Canarias, lo que ya ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia. De hecho, en este momento se está produciendo un gigantesco brote de langostas que se originó el año pasado en Arabia Saudí y Yemen, ha llegado ya a diez países africanos -Etiopía, Somalia, Kenia, Eritrea, Yibuti, Uganda, Tanzania, Sudán, Egipto y Sudán del Sur- y amenaza con penetrar en Jordania. Hay que tener en cuenta que estas plagas arrasan los campos de cultivo. Pero Juan José Ramos Melo precisa que "no hay nada que temer". "Apenas han llegado algunos ejemplares a Tenerife y las islas de la provincia oriental, en una cantidad que se puede considerar insignificante", deja claro el naturalista, para descartar la llegada en masa de estos insectos a Canarias. "La plaga de langosta está muy lejos, a más de 5.000 kilómetros, y se mueve al sur y al este. Se dirigen a Asia y la costa del Índico, no a las Islas", zanja.

Cientos de libélulas

El temporal de viento y calima sí arrastró en más cantidad cientos de ejemplares de al menos dos especies de libélulas, que no generan ningún daño en los cultivos ni en el medio ambiente, sino más bien traen efectos beneficiosos, pues se alimentan principalmente de insectos -mosquitos y moscas entre otros-. Las especies identificadas son Anax ephippiger (Vagrant Emperor) y Sympetrum fonsconombii. Ambas tienen marcadas costumbres migratorias. "Ya se les ha visto muchas veces en las Islas pero no en las cantidades de los últimos días", detalla Ramos Melo.

El naturalista advierte que la crisis climática, cada vez más perceptible con fenómenos extremos como el que acaba de sufrir el Archipiélago, está modificando las condiciones naturales de los hábitats, lo que puede provocar nuevas invasiones o llegada masivas que se salen de lo normal. "En pocos años a lo mejor vemos nuevas especies de aves reproduciéndose en Canarias, como la misma collalba desértica o la alondra ibis, comunes en la cercana costa africana. Los cambios que se están produciendo en el medio natural de las islas pueden facilitar la colonización por parte de estas especies", concluye.