Una característica aparente de la ciencia moderna es su abandono de la Metafísica, que se manifiesta por la sustitución de la pregunta ¿qué es? por ¿cómo es?". Las posibles respuestas a esta segunda pregunta se obtienen midiendo magnitudes que serán representadas por medio de variables, de tal manera que hacer ciencia consiste en encontrar relaciones matemáticas entre estas variables. El uso de instrumentos de medición para obtener valores conduce a la matematización de la Ciencia, es decir, se sustituye la metafísica por la matemática. Una de las magnitudes fundamentales de la ciencia es el tiempo, y su medición se basa en el concepto de simultaneidad. Decimos que el tranvía llega a las siete porque su entrada en la estación y el hecho de que las agujas del reloj alcancen cierta posición son sucesos simultáneos. Ahora bien, el concepto de simultaneidad presenta algunas dificultades cuando los observadores de los diferentes eventos se mueven unos con respecto a los otros. Supongamos que Ana y Elena están situadas en los puntos A y B, respectivamente, junto a la vía del ferrocarril. Ambas tienen sus relojes sincronizados y disponen de un flash. Yo me encuentro en el punto medio M del segmento AB y mi reloj también está sincronizado con los de ellas. Exactamente a la hora en punto María pasa frente a mí, viajando en un vagón a cierta velocidad hacia la derecha. A la hora en punto también, Ana y Elena disparan sus flashes. Cierto tiempo después me llegan dos destellos simultáneos procedentes de ambos flashes, lo que confirma que los relojes de Ana y Elena aún están sincronizados. Sin embargo, María no puede estar de acuerdo con esta simultaneidad. En efecto, durante el tiempo que la luz tarda en llegar a mi posición, María se habrá acercado a Elena (alejándose de Ana) por lo que recibirá antes el destello de Elena. En consecuencia, los destellos no serán simultáneos para ella. Tenemos, pues, dos eventos que para un observador son simultáneos, mientras que para la observadora que viaja en el vagón no lo son. Luego, si podemos cuestionar la simultaneidad de dos eventos, en la que se basa la medida del tiempo, también podremos cuestionar la medida de éste. En "Conversations with Albert Einstein", el físico R. S. Shankland escribe: "Pregunté al profesor Einstein cuánto tiempo, antes de 1905, había trabajado en la teoría de la Relatividad. Me dijo que empezó a los 16 años [...]. Abandonó muchos intentos fallidos, "¡hasta que se me ocurrió que el tiempo era sospechoso!" ".

¿A qué se refería Einstein al sospechar del tiempo? Se refería a las concepciones metafísicas que sobre el tiempo imperaban a finales del siglo XIX, tales como la suposición de que existe un tiempo universal y absoluto que es igual para todos los observadores. Pues bien, la sustitución de estas ideas llevó a Einstein y otros físicos y matemáticos a encontrar otras concepciones metafísicas sobre el tiempo que sirviesen de estructura mental por las cuales hacer pasar la información que recogemos por medio de la medición. En resumen, la ciencia se desarrolla "normalmente" por medio de la aplicación de la Matemática, pero los grandes saltos se producen por el planteamiento de nuevas visiones metafísicas de lo que nos rodea.