El tiempo puso ayer a Canarias al límite. Es imposible encontrar en las hemerotecas una combinación de tantas adversidades al mismo tiempo: vientos huracanados que llegaron a sobrepasar los 160 kilómetros por hora, una calima nunca vista que apenas dejaba ver a 400 metros en algunos puntos de las Islas y que tiñó de sepia y rojo sangre el ambiente, fuerte oleaje en la costa y temperaturas muy altas para estas fechas invernales, con máximas superiores a los 30 grados en Tenerife y Gran Canaria. Para Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias, lo ocurrido ayer, que viene de un sábado también complicado por las mismas inclemencias, es un reflejo de que "el cambio climático es una realidad".

Las consecuencias fueron muy graves: 822 vuelos y 105.000 pasajeros resultaron afectados, principalmente en los aeropuertos de Tenerife Sur, Tenerife Norte y Gando; y tuvieron que ser evacuadas unas 1.300 personas solo en Tenerife por la sucesión de incendios en seis municipios del Norte -La Orotava, Puerto de la Cruz, Los Realejos, La Guancha, Santa Úrsula y San Juan de la Rambla-, que dejaron escenas dramáticas al afectar a viviendas y edificios públicos. Asimismo, la Consejería de Educación decidió suspender hoy las clases en todos los centros isleños, incluidos los universitarios, aunque la gran mayoría de los de Tenerife no tenían actividad por ser día festivo.

Además, se produjo un reguero de incidencias como cierres transitorios de carreteras -incluidos los accesos al Parque Nacional del Teide-, caídas de árboles y elementos de edificios, suspensiones de actos, apagones puntuales y hasta la llegada de grupos de langostas del desierto procedentes de la plaga que sufren los países del cuerno de África. Las repercusiones en la salud se empezarán a sentir a partir de mañana, pues es 48 horas después de fenómenos como la calima cuando se perciben las afecciones en el sistema respiratorio.

La región más contaminada. Fue tal el nivel de calima que Canarias se convirtió ayer, de forma excepcional, en la región del mundo con mayor contaminación, según el Índice Mundial de la Calidad del Aire (AQI por sus siglas en inglés, World Air Quality Index). Santa Cruz de Tenerife registró 895 puntos y Las Palmas de Gran Canaria, 999. Hay que tener en cuenta que el aire empieza a ser insalubre con 100 puntos y peligroso, con 300. Es decir, el índice AQI isleño triplicaba el que se empieza a considerar peligroso. Por ejemplo, Pekín, la capital de China y una de las ciudades con el aire más contaminado del mundo, registró ayer índices no superiores a 250 puntos. Fue una circunstancia extraordinaria pues el índice AQI de Canarias se mantiene en buenos niveles durante todo el año.

Ante tanta adversidad sí hubo que celebrar que no se produjeran daños personales graves, tal y como subrayó el presidente canario en su comparecencia antes los medios de comunicación de anoche. El polvo en suspensión procedente del desierto del Sahara fue especialmente llamativo y dejó la tarde con una niebla rojiza y un ambiente asfixiante que nadie recordaba haber visto antes. Según el Observatorio de Izaña, situado en el Parque Nacional del Teide, su densidad llegó a duplicar la del sábado, que ya de por sí fue significativa, con 3.000 ug/m3 (la unidad de masa del sistema internacional utilizada para la concentración de polvo) en su peor momento, por 1.500 el día anterior, un valor ya elevado.

El viento alcanzó velocidades de un huracán de categoría 2 -de cinco categorías en la escala de Saffir-Simpson-, especialmente en las cumbres de Tenerife, La Gomera y La Palma. La racha más fuerte se registró en Izaña, en el Parque Nacional del Teide, con 163 kilómetros por hora; seguida por los 153 kilómetros por hora en San Juan de la Rambla (también en Tenerife) y los 140 en Arure (La Gomera). Superó los 90 kilómetros por hora en 34 municipios de Canarias y los 100 en 24, de tal manera que se llevó por delante árboles, muros, planchas de edificios y otros elementos, que explican la gran cantidad de pequeñas incidencias que se acumularon durante toda la jornada.

El cóctel climático que provocó este domingo que pasará a la historia fue una depresión aislada en niveles altos o DANA, una borrasca que se desplaza en dirección sur, unida a la posición del anticiclón atlántico en los alrededores de la Península, lo que dio lugar a su vez a viento fuerte de componente este. Esto explica la entrada masiva de calima procedente del desierto del Sahara y oleaje, según informó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), cuyos avisos sirvieron para emitir las alertas ya desde el sábado por la mañana en todo el Archipiélago.

Caos en los aeropuertos. La escenas de caos en los aeropuertos de Canarias se volvieron a repetir por segundo día consecutivo, aunque el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, aclaró que el espacio aéreo de Canarias "no llegó a cerrarse". Sí se suspendieron las operaciones en los dos principales aeropuertos de Canarias, Tenerife Sur y Gando -en este último empezaron a recuperarse lentamente pasadas las 22.00 horas de ayer-, y hubo restricciones, aunque puntuales, en el resto de aeródromos de las Islas. También hubo incidencias en las conexiones marítimas, pero que nada tuvieron que ver con lo ocurrido con las aéreas. Así, se suspendió el servicio entre San Sebastián y Valle Gran Rey (La Gomera), así como entre Playa Blanca y Corralejo (Fuerteventura).

Torres pronosticó que el transporte irá recuperando la calma en las próximas horas. Las previsiones son "optimistas", manifestó el mandatario canario con todas las reservas posibles. Por ejemplo, la alerta por calima se mantendrá hoy solo en la provincia de Las Palmas de Gran Canaria, mientras está previsto que remita a lo largo del día de hoy en la de Santa Cruz de Tenerife, así como también amainarán los vientos. Los meteorólogos, en cualquier caso, se mantendrán alerta para seguir la evolución de la DANA o gota fría, que en este caso y de forma excepcional ha traído, más que bajas temperaturas y lluvia, todo lo contrario: calor, calima y mucho viento en altura.