Especialistas en historia y arqueoastronomía afirman que ha habido una campaña institucional de manipulación, falseamiento y engaño con el objetivo de hacer creer que la cueva C6 de Risco Caído fue un observatorio astronómico, y niegan que en el lugar haya marcadores de este tipo.

José Barrios, profesor de Matemáticas en la Universidad de La Laguna y doctor en Historia, y el geógrafo Eustaquio Villalba señalan que la declaración de Risco Caído como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en julio de 2019 fue posible porque el propio Cabildo de la isla negó ante la Unesco que tuviera prueba alguna de la existencia de marcadores astronómicos en la citada cueva del municipio grancanario de Artenara.

Barrios, cuya tesis doctoral versó sobre los sistemas de numeración y los calendarios de las poblaciones bereberes de Gran Canaria y Tenerife en los siglos XIV-XV, detalla que desde la inclusión de la cueva 6 de Risco Caído en la lista tentativa para ser reconocida como Patrimonio Astronómico de la Humanidad en 2015, manifestó públicamente en una comunicación a los Coloquios de Historia Canario Americana de 2016 que no existía evidencia científica alguna de su carácter astronómico.

"De hecho, demostré que el informe remitido por el Cabildo de Gran Canaria que sirvió para incluir a Risco Caído en la lista tentativa estaba manipulado y que la referencia bibliográfica que supuestamente documentaba los marcadores astronómicos era completamente falsa", advierte.

Por ello informó de este extremo a la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario y a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias, así como a dos de los principales asesores de la candidatura, a los que comunicó "los graves problemas que tenía la cueva C6 de Risco Caído desde el punto de vista de sus supuestos valores astronómicos y geométricos".

Sin embargo, "todos mis esfuerzos por encauzar la situación cayeron en saco roto", lamenta.

José Barrios y Eustaquio Villalba señalan que han tenido acceso al expediente del proceso de nominación de Risco Caído como Patrimonio de la Humanidad, también disponible en el sitio web de la Unesco, y que contiene dos documentos claves para entender las circunstancias exactas de dicha declaración.

El primer documento, fechado el 21 de diciembre de 2018, contiene una petición de información del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) dirigida al embajador de la Delegación permanente de España ante la Unesco, Juan Andrés Perelló, con copia al Cabildo de Gran Canaria.

En este documento G. Bourdin, director de la Unidad de Evaluación del ICOMOS, traslada al embajador las graves dudas del Consejo sobre la interpretación astronómica de la cueva y su relación con los motivos triangulares, y señala que la forma en que se discuten estos extremos en el dossier de nominación está fuera de lugar.

La respuesta del Cabildo no se hizo esperar y en febrero de 2019 contestó a la petición de reconsiderar la interpretación astronómica de la cueva C6.

"En primer lugar, la Comisión Científica que elabora el dossier, presidida por Julio Cuenca, hace una consideración general sobre las debilidades propias de la evidencia arqueoastronómica disponible y abandona cualquier intento de certeza sobre la función astronómica de la cueva C6, que pasa a ser una mera posibilidad", explica Barrios.

Pero el punto central de la respuesta, prosigue José Barrios, se encuentra en la parte en la que la Comisión se posiciona "sin tapujos" sobre la posible función astronómica de la cueva, al afirmar que ni del dossier de la candidatura ni de los informes que la avalan se puede deducir que hayan probado algún tipo de función astronómica de los triángulos púbicos y muchos menos, que estos actúen como marcadores astronómicos.

Una hipótesis así tendría que ser validada por estudios futuros, se indica en la respuesta del Cabildo de Gran Canaria.

"Dicho de otra manera, la propia Comisión Científica negó oficialmente que de sus trabajos se deduzca, en modo alguno, la existencia de marcadores astronómicos en la cueva".

Esta retractación "en toda regla" explica por qué el ICOMOS retiró sus observaciones sobre la interpretación astronómica de la cueva, propiciando su aprobación por la Unesco: "no hay dudas, porque el propio Cabildo señala que no hay marcadores", subraya Barrios.

Por su parte Eustaquio Villalba indica que, para su sorpresa, en septiembre el arqueoastrónomo Juan Antonio Belmonte afirmó, en una conferencia en el Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife, que la cueva C6 del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria ni es un observatorio astronómico ni es un calendario de las actividades agrícolas pues carece de marcas para señalar los solsticios y los equinoccios.

"Es más, dijo que Risco Caído no se presentó a la Unesco como observatorio astronómico de los pobladores prehispánicos de la isla, sino como uno más de los elementos que integran el Paisaje Cultural de las Cumbres de Gran Canaria", añade Villalba.

Tampoco hay evidencia que avale la existencia de hierofanías -manifestaciones de lo sagrado- en la cueva, pues los juegos de luces y sombras se prestan a multitud de interpretaciones "y, por supuesto, no prueban nada. La ciencia se basa en hechos y no en conjeturas totalmente subjetivas", puntualiza.

Barrios y Villalba piden al Cabildo de Gran Canaria que deje de promocionar la cueva C6 de Risco Caído como un observatorio astronómico, que explique lo sucedido "y que depure todas las responsabilidades científicas e institucionales que se deducen de este lamentable episodio de manipulación interesada" de las evidencias científicas e históricas