Era la alma mater de alma materLa Pinza Rafael Cobiella era un hombre bueno, un hombre que se preocupaba por lo que les sucedía a su familia y a sus amigos, a sus pacientes -aunque hiciera años que no los trataba o estuviera ya jubilado- y, en general, a toda aquella persona que se cruzaba en su camino. Los amigos del pediatra recuerdan que esa generosidad lo condujo a crear, hace varias décadas, La Pinza, un grupo formado para ayudar a todo aquel que lo necesitaba y que permitió que, durante años, una pandilla de tinerfeños sin muchas cosas en común se reunieran periódicamente para almorzar, conversar y arreglar los problemas de los demás.La Pinza

"¿Te acuerdas cuando mataste a Esteban?" Ese era el especial saludo que siempre regalaba Cobiella al que fue alcalde de Puerto de la Cruz, Salvador García Llanos. El también periodista rememora que "di por muerto a Esteban, que era un repartidor de prensa en el Puerto, un Miércoles Santo y publiqué el obituario un día después, pero resultó que no había fallecido. Rafa me lo estuvo recordando toda la vida". La amistad y la confianza es lo que caracterizó la relación de ambos portuenses durante toda su vida: "Su familia y la mía fueron vecinos, en la calle Blanco", recuerda García Llanos.

"Tuve una relación de amistad con todos los hermanos, pero con Rafa, aunque no teníamos la misma edad, fue especial", afirma García Llanos, quien destaca que, desde que se hizo pediatra, "no dudó nunca en ayudar a todo aquel que se lo pidió; siempre estuvo dispuesto a gestionar todo lo que estaba en su mano".

"Era discreto y cuidaba a sus amigos. Nunca tuvo deseos de figurar, sino todo lo contrario", sentencia García Llanos, quien añade que "jamás pidió nada a cambio porque era una persona que hacía el bien sin esperar nada". Su vinculación con Puerto de la Cruz también lo convirtió en un hombre familiar y que cuidaba mucho las relaciones de siempre. "Cuando hablábamos de alguien no tardaba ni medio segundo en establecer los vínculos familiares y cuando se producía algún accidente o algún fallecimiento siempre se preocupaba por el núcleo más cercano a la víctima", afirma Salvador García Llanos, que concluye que "era el perfecto heredero del más puro estilo Cobiella".

Cobiella y Nicolás Rodríguez Münzenmaier, vicepresidente del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), se conocían desde que eran pequeños y en los últimos años recuperaron la amistad gracias al interés del primero por fomentar el conocimiento sobre Puerto de la Cruz. "Tuvo ideas magníficas que hemos hecho nuestras y estamos trabajando en ellas para que vean la luz en breve", adelanta Münzenmaier, quien destaca el "amor que sentía Rafa por su pueblo".

A Cobiella le interesaba la historia del municipio que lo vio nacer y, a través de su profesión, tuvo la oportunidad de relacionarse con personas de todos los estratos que abrieron su mente a los más variados conocimientos. De este modo, propuso al IEHC la publicación de algunos libros de carácter divulgativo sobre los personajes más destacados de la historia del municipio portuense. "Esperamos que puedan ver la luz entre los próximos meses de abril y mayo", afirma Münzenmaier, quien añade que "era muy modesto y se hubiera cabreado si hubiera visto que lo situábamos como precursor de esta idea, pero creo que es un buen homenaje póstumo".