Afirma que el primer reto de los padres y las madres es conocer internet y las redes.

No hace falta tener un máster, pero el conocimiento es algo básico. E incluyo los videojuegos. Si tu hijo empieza en ese mundo no puede ser que tú lo ignores todo. Deberías conocer las normas y la edad para la que están permitidos.

"Podemos darle a un niño de tres años un móvil... siempre que no tenga internet", advierte.

Con tres o cinco años saben buscar en Google. Es innato en ellos. Tienes que disponer de mecanismos técnicos de control para que no accedan a determinadas contenidos. Si no lo haces, estás minimizando el riesgo. En el momento que le pierdas de vista puede aparecer en la pantalla un banner publicitario, que le lleva a un casino. Si tú le dejas tu móvil a tu crío para que juegue tienes que saber que tu teléfono tiene tu historial y tus aplicaciones. Todo eso lo rastrea el videojuego que le has descargado y tendrá contenidos publicitarios relacionados con lo que tú has consumido, así que no te extrañes si tu hijo acaba en un casino online. Y si tienes vinculada tu tarjeta de crédito? La red lo pone todo fácil y rápido.

¿Qué armas tenemos para combatir todo esto?

Predicar con el ejemplo. Pasar el menor tiempo posible en internet delante de los hijos. Si estamos todo el día publicando en redes vídeos e información personal, lo terminarán viendo como algo natural. Cuando nos enfrentemos a ellos por este asuntos nos podrán contestar: Si tú lo haces ¿Por qué yo no? Antes de dar un móvil con internet, establece normas y límites. Con un contrato, por ejemplo.

¿Un contrato?

Sí, para dejar muy claras las normas. Los menores se comprometerán a navegar solo en las páginas y aplicaciones en las que sus padres le hayan dado permiso. También se comprometerán a usar internet de forma positiva, sin insultar a nadie. Se pactará el tiempo de conexión y se aceptará que los padres revisen el móvil de vez en cuando. Si tu chaval firma todas esas condiciones, entonces dale un smartphone. Y déjale claro que si las condiciones se incumplen habrá consecuencias, que pueden ser, por ejemplo, dos días sin teléfono. O un mes.

¿Tenemos más armas?

Establecer relación de confianza con ellos. Si tú estás todo el día diciendo que el móvil es una mierda y que internet es lo peor no consigues nada porque es el mundo en el que han crecido y van a vivir. No es una moda pasajera, es una realidad con mucha información, mucho consumismo, muchas relaciones sociales y muy rápida. Si le privamos de eso, te cogerá el móvil a escondidas o se lo cogerá a otra persona. No criminalices internet y la tecnología. El niño debe saber que puede contar contigo. Las redes sociales se pueden utilizar desde los 14 años. ¿Quiere hacerse un perfil? Pues lo creáis juntos.

Advierte de que nunca deberían poner su foto. También recomienda a los padres no poner las imágenes de sus hijos en su WhatsApp.

Hay que respetar la privacidad del menor y nunca sabes qué puede pasar. Muchos padres, por no decir todos, ponen en sus perfiles las fotos de sus hijos. Como excusa dicen que poca gente tiene su teléfono. Es verdad que no hay tanto depredador suelto por ahí, pero intentemos respetar al máximo la privacidad de nuestra prole.

A muchos padres y madres les preocupa el ciberbullying

Los padres no deberían permitir a los niños hacer grupos de WhatsApp. ¿Para qué? Para empezar si tienes menos de 16 no puedes usar esa red. Como adultos sabemos que esos grupos duran mucho tiempo y que en muchas ocasiones solo sirve para enviar vídeos y cosas estúpidas. ¿Por qué permites a tu hijo que lo haga? ¿Quién va a estar en ese grupo? ¿Quién lo va a administrar, un niño de 12 años?

Si no les dejamos estar nos dirán que son los parias de clase.

Vale, pues entonces estáte pendiente de ese grupo y dile que a la mínima que veas fotos sospechosas o insultos se saldrá.

¿Podemos espiar el móvil de nuestros hijos?

Hay quien lo hace, pero los niños tienen derecho a la intimidad. Eso sí, si sospechas de algo raro tu deber es asegurarte de que tu hijo está a salvo.