En un mundo sin referentes, las investigadoras se han dado cuenta de la importancia de alzar la voz y hacerse escuchar para que, hasta las niñas más pequeñas, sean conscientes de que la ciencia no es cuestión de sexo y que no hay ninguna barrera que les impida ser lo que ellas quieran. La presencia de las mujeres que investigan en una feria de la ciencia, una charla de instituto o un evento tecnológico es esencial para transmitir vocaciones científicas en las niñas, que serán finalmente las que "hagan presión" para romper finalmente ese techo de cristal que aún hoy lastra la visibilidad de las mujeres en este ámbito. Ayer, en celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, varias de estas científicas se congregaron en el pabellón Rosendo Alonso Tapia de Candelaria para despertar en los estudiantes de la zona la curiosidad por la investigación.

E La entusiasta de los "bichitos". "Desde muy pequeña me han encantado los bichos, especialmente aquellos que viven en el agua". Entusiasta de las enfermedades que se transmiten a través de los ríos, la brasileña Natália Bellini se graduó en Ciencias Biológicas en el año 2012 y se doctoró en 2015. Recientemente ha empezado a formar parte de uno de los equipos de investigación del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, donde continúa mostrando su pasión por esos "bichitos" que tanto le llamaban la atención de pequeña. Lo único que ha cambiado en su relación con los parásitos es que se refiere a ellos por su nombre: amebas. Bellini estudia "amebas de vida libre en un río de Brasil". Allí, estos parásitos causan un verdadero problema de salud pública, pues algunos pueden llegar a fagocitar partes del cerebro de la persona a la que infecta. Bellini es consciente del importante papel que tiene su generación para despertar el interés en la ciencia de las niñas. "Tenemos muchas posibilidades diferentes para la mujer en la ciencia, y tenemos la responsabilidad de contar todo lo que hacemos en los laboratorios y qué investigamos", explica Bellini, que lo compara con "encender una luz" para mostrar todos los campos en los que la mujer está representada.

E Fascinada por los observatorios canarios. "Era bastante chiquitita cuando decidí que quería ser astrofísica". A Adriana de Lorenzo Cáceres Rodríguez le fascinaba subir al Teide y ver la cantidad de telescopios que albergaba. No tuvo ni un referente mujer cuando quiso adentrarse en este mundo, pues todos los protagonistas de sus libros de astrofísica tenían nombres masculinos. Sin embargo, obtuvo el apoyo de su familia y no supo cómo dejar de fascinarse por el cosmos. Hoy, como miembro del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), sabe que aún hay mucho que hacer para conseguir la igualdad de condiciones en la ciencia para las mujeres, pero señala que se han dado muchos pasos hacia delante. En todo caso, insiste en que las mujeres deben ser conscientes de que "somos perfectamente capaces de promocionar y continuar la carrera investigadora, solo hay que ponerle empeño". "Necesitamos a las nuevas generaciones para poder seguir cambiando el sistema", remarca.

E Un currículo excelente. Desirée San Nicolás desde muy pequeñita "soñaba con poder investigar". Su meta siempre ha estado ahí porque la ciencia era algo que le apasionaba de verdad. "Quería descubrir algo y ayudar a la gente", admite la investigadora que actualmente está realizando su doctorado en el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. El año pasado logró el reconocimiento de la Universidad de La Laguna por su excelente currículum académico, lo que denota la capacidad y tesón de esta joven para lograr sus objetivos. Admite, no obstante, que no ha sido un camino de rosas. "Ha habido momentos en los que el camino se me ha hecho más complicado", admite. Sin embargo, con su objetivo siempre en mente, afirma que ha podido conseguir todo gracias al empeño que ha puesto durante su carrera. "Al final es cuestión de ganas y es importante hacer que ellos lo vean, tanto los niños como las niñas", indica.

E La estudiante que se superó a sí misma. Atteneri López no sabía si estaba cualificada para realizar investigación. Mientras estudiaba la licenciatura de Farmacia en la Universidad de La Laguna (ULL) observaba atentamente los laboratorios "y pensaba que sería muy difícil". Esos cinco años, la idea de investigar acudió varias veces a su cabeza a pesar de concebirla, en primera instancia, como una tarea "muy difícil" que "no iba a conseguir". Al final, se armó de valor y, como parte de un reto personal, empezó a pedir becas y ayudas a la investigación. Hoy, como doctora en Biofarmacéutica, estudia la quimioterapia de enfermedades tropicales causadas por protozoos como Leishmania y Trypanosoma, que causan las enfermedades denominadas olvidadas. Asimismo, busca terapias más baratas y menos tóxicas para combatir las amebas. Considera que llegará un punto en el que la situación de las mujeres en la ciencia cambie y, de hecho, se muestra positiva: "Ya está cambiando por lo menos en el mundo sanitario". "Llegaremos a lo más alto, solo nos hace falta un empujón", insiste.

E De Túnez a Canarias. Inés Sifaoui es una estudiante tunecina brillante. Pisó Tenerife por primera vez en 2011, y luego simplemente fue cuestión de acudir varias veces a la isla para entender que su sitio estaba ahí. Hoy firma sus estudios de investigación desde la segunda planta del Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, donde intenta poner freno a la ameba que puede causar la ceguera permanente o la pérdida de un ojo: la Acanthamoeba. "Desde el principio me encantó trabajar aquí porque lo tengo todo, profesional y personalmente. Puedes encontrar laboratorios importantes donde trabajar, y en muchos países, pero el aspecto personal es otra cosa; no es tan fácil que te acepten así como así". Para ella, es muy importante poder mostrar al mundo su labor como científica porque así se logra que las "niñas más chiquitas sepan que tienen la posibilidad de investigar".

E El sueño de llegar a la verdad. La principal razón que llevó a Vinita Mahtani-Chugani, médico de atención primaria de Tenerife, a dedicarse a la investigación fue "la búsqueda de la verdad". Sus ídolos, Albert Einstein y Da Vinci, distaban mucho de la de otros niños de su época, y fueron los que le llevaron a buscar soluciones "para los problemas no respondidos". "La ciencia está para eso", sentencia. Mahtani-Chugani considera que "las cosas han ido cambiando" respecto al papel de la mujer en la ciencia, pero "aún hay una gran diferencia", a pesar de que "es obvio que tienen las mismas capacidades". La médico también hace hincapié en que los jóvenes deben darle el valor que merece a la ciencia, con el fin de que entiendan su papel como transformador social.