El pasado día 10 de enero, la profesora María Isabel Marrero Rodríguez se convirtió en la primera catedrática de Análisis Matemático de la Universidad de La Laguna.

¿Cuál ha sido el proceso que la ha llevado desde que ingresó en la Facultad hasta la cátedra?

De 1979 a 1984 cursé la licenciatura en Matemáticas en la ULL. Defendí la tesis doctoral en 1992, y concursé a una plaza de profesora titular en 1996. En 2016 logré la acreditación nacional como catedrática de universidad en la rama de Ciencias, y los pasados 9 y 10 de enero superé la oposición a catedrática de universidad de Análisis Matemático. Por el camino, docencia, investigación y gestión universitaria.

Es sabido que el Análisis Matemático ha sido la columna vertebral sobre la que se ha sustentado el desarrollo de las matemáticas. Su especialidad, ¿qué aspectos concretos estudia y qué aplicaciones tiene?

Las matemáticas nacieron ligadas a la geometría. Los Elementos de Euclides, que supusieron la geometrización de la aritmética, dominaron las matemáticas durante 2000 años. Pero a partir del siglo XVII, la búsqueda de solución al problema de la cuerda vibrante obligó a clarificar, entre otros, los conceptos de función, límite e integral. El nacimiento del Análisis Funcional, mi especialidad, también está vinculado a este problema. El Análisis Funcional no estudia las funciones como entes aislados, sino como elementos de un conjunto o espacio, dotado de una estructura algebraico-topológica; las propiedades de una función se deducen entonces de la estructura del espacio que la contiene y de los operadores definidos sobre él. Este campo tiene múltiples aplicaciones. Sin ir más lejos, la mecánica cuántica descansa en los espacios de Hilbert, que son los espacios de dimensión infinita más parecidos al espacio tridimensional.

En su área hay pocas mujeres que sean catedráticas, ¿por qué?

Según la última estadística oficial (informe Científicas en cifras 2017, publicado en 2019), la proporción de catedráticas en las universidades públicas no supera el 21%, y en las cinco áreas de conocimiento propias de Matemáticas queda por debajo de esta media (5% en Análisis Matemático o Geometría y Topología, 12% en Matemática Aplicada, 15% en Álgebra y 19% en Estadística e Investigación Operativa). Hasta ahora, la presencia de la mujer en todas las categorías de profesorado era minoritaria: según el mismo informe, el porcentaje de mujeres titulares de universidad en Análisis Matemático, que son quienes podrían optar a una cátedra de universidad, es del 26%; pero en la categoría más joven ya llega al 50%, lo que da a entender que la mujer se va incorporando poco a poco a la carrera investigadora. A medida que esto suceda, habrá más mujeres en disposición de acceder a las cátedras.

En Matemáticas hay menos mujeres que hombres que apuesten por desarrollar una carrera investigadora, ¿qué tipo de medidas piensa que se deberían implementar para corregirlo?

Hasta ahora, efectivamente, venía siendo así. Pero, como digo, las últimas estadísticas apuntan a una mayor incorporación de investigadoras jóvenes a los departamentos universitarios. Sirva como ejemplo que las incorporaciones más recientes a las tres áreas del Departamento de Análisis Matemático de la ULL son sendas doctoras con un futuro profesional muy prometedor.