La obesidad es un factor determinante en el riesgo de contraer enfermedades mortales en Canarias y en las Islas, muchas personas son portadoras de este factor. Según la Encuesta de Salud de Canarias del año 2015, el 17,14% de la población en las Islas tenía obesidad. Un porcentaje que es levemente superior en hombre (17,86% con respecto a un 16,40% de mujeres), pero que ha ido descendiendo en los últimos años.

Sin embargo, las consecuencias de esos kilos de más siguen siendo palpalbes en el Archipiélago, ya que son, finalmente, los que derivan en complicaciones realmente mortales como la diabetes tipo 2 o las enfermedades cardiovasculares, entre las que destaca el infarto de miocardio. La mortalidad por diabetes crece de una forma inusual del norte al sur de España y Santa Cruz de Tenerife es la provincia con mayor riesgo de fallecer debido a un mal control de esta patología. Y todo parte de una misma base: la pobreza.

Es "destacable", según el jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, Amós García Rojas, que las comunidades con una estructura social más pobre cuenten con mayores tasas de riesgo de mortalidad. Y que, de estas, sea la diabetes y la obesidad de las patologías más frecuentes."La obesidad tiene mucho que ver con la clase social", explica García Rojas. El experto relaciona los malos hábitos alimenticios con las altas tasas de pobreza, que en Canarias supera el 36%, según el IX informe El Estado de la Pobreza elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en Canarias (EAPN-Canarias).

"Si no tienes suficiente dinero para comprar comida saludable, que es más cara frecuentemente, tenderás a comprar bollería industrial u otros alimentos ultraprocesados", lamenta García Rojas. Según el epidemiólogo, los canarios pecan de un "exceso de mala comida" debido a sus bajos precios. "Hay que tomarse en serio las políticas", insiste García Rojas que considera que, para conseguir que Canarias se aleje de los primeros puestos del ranking de la obesidad, es condición sine qua non reducir los niveles de pobreza. Como señala Dominic Royé, experto en salud ambiental, en última instancia todo se explica por "la desigualdad" que puede influir tanto en el acceso a la sanidad como en alimentación.