Sobre el horizonte de las políticas culturales en el Archipiélago, el presidente de la Fundación CajaCanarias, Alberto Delgado, manifiesta un natural optimista y ciertamente confiado. "Sigo teniendo una gran vinculación, especialmente con un organismo como es Canarias Cultura en Red", al que denominó como el brazo armado para desarrollar las políticas culturales cuando él se encontraba al frente de la consejería. En este sentido, tiene la impresión de que el nuevo equipo que se ha hecho cargo del área de Cultura "ha entrado con ganas de cambiar cosas", y puso como ejemplo la modificación de las bases para solicitar ayudas. "Es un buen síntoma", subraya, y hasta entiende que los clásicos 100 días de gracia que se conceden a los nuevos gobiernos, en este caso "son pocos para formarse un juicio de valor. Creo que hay que tener algo de paciencia". Sobre el leitmotiv que impulsa a la fundación no tiene dudas. "¿Qué podemos hacer por la gente?". Y puso el acento en un dato importante: "Antes éramos una entidad bancaria y hacíamos cosas. Se podía pensar que la obra social de una entidad bancaria formaba parte de la publicidad". Y se pregunta: "¿Quién puede ahora decir eso, si ya nosotros no vendemos nada?".