El Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín prevé realizar una veintena de trasplantes cardíacos cada año y superar los 15 que hasta el momento se practicaban a los residentes canarios en la Península. Así lo puso de manifiesto ayer el jefe de servicio de Trasplantes, Vicente Peña, durante el acto de presentación de este programa quirúrgico, que tuvo lugar en el Aula Diego Falcón del citado centro sanitario. La cita contó además con la presencia del director general de Programas Asistenciales del Servicio Canario de la Salud (SCS), Octavio Jiménez; la coordinadora autonómica de Trasplantes, Gemma García; el director gerente del Negrín, Jesús Morera; el jefe de servicio de Cardiología, Eduardo Caballero; el responsable del servicio de Cirugía Cardíaca, Francisco Portela; y el primer paciente trasplantado en el Archipiélago, Pedro Luis Bordón.

Lo cierto es que desde la puesta en marcha de este programa el pasado mes de noviembre, el hospital capitalino ya ha podido realizar tres operaciones de estas características. El primero, a Pedro Luis Bordón, un paciente grancanario de 63 años, que fue sometido durante la madrugada del pasado 5 de diciembre a este proceso.

"Quiero agradecer en mi nombre y en el de mi familia el esfuerzo que ha hecho el SCS y las personas que han participado directa o indirectamente en el primer trasplante", dijo con emoción el primer paciente trasplantado.

Lo cierto es que Bordón llevaba muchos años aquejado de insuficiencia cardíaca, una patología que le había llevado a requerir ingreso hospitalario en múltiples ocasiones. "Pasaba muchísimo tiempo ingresado. Mi corazón ya estaba deteriorado y, después de una larga estancia en el Hospital Insular, los médicos determinaron que solo podía seguir viviendo con un trasplante", explicó el afectado por la dolencia cardíaca.

Desde entonces, su calidad de vida ha experimentado una notable mejoría. "Me han quitado un saco de cemento de encima. Antes caminaba cuatro pasos y me asfixiaba. Si subía una escalera, tenía que pararme y llegué incluso a perder el conocimiento", confesó. Para después agregar que, "ya todo esto ha desaparecido por completo y ahora le estoy dando caña al nuevo órgano".

Cabe destacar que la "buena evolución" de este paciente permitió que solo permaneciera ingresado en el centro hospitalario 25 días, en contraste con los 46 que suele precisar una operación de esta índole. Consciente de la importancia que tiene la donación de órganos, Bordón quiso hacer un llamamiento a la sociedad para animar a realizar este acto altruista que puede llegar a salvar muchas vidas. "Es fundamental que se hagan donantes de órganos. Si no fuera así, yo no estaría aquí, por ejemplo", sentenció.

Siguiendo esta línea, Peña puso en valor que la mayor fortaleza que tiene Canarias radica en haber "incrementado" el número de donantes en el transcurso de los últimos años. De hecho, el pasado ejercicio anual, las Islas alcanzaron un total de 120 donaciones -un 9% más que en 2018-, registrando una tasa de 50,6 donantes por millón de habitantes y superando la media nacional, que está marcada en 48,9.

"Creemos que un gran porcentaje de nuestros trasplantes se van a poder efectuar gracias a los donantes de Canarias. Esto nos va a permitir obtener aún mejores resultados en las operaciones", adelantó el jefe de servicio de Trasplantes. No obstante, en base a las explicaciones de Jesús Morera, la noche del trasplante cardíaco pionero en el Archipiélago requirió la movilización de 75 profesionales sanitarios, entre los que se encontraban médicos, personal de enfermería, auxiliares clínicos, celadores, conductores de ambulancias, telefonistas y técnicos de laboratorio.

Además, estuvieron implicados los servicios de Cirugía Cardíaca, Anestesia, Cardiología, Medicina Intensiva, Inmunología, Análisis Clínico, Anatomía Patológica, Microbiología, o Neumología, entre otros. "No se puede describir la emoción que vivió el hospital esa noche. Hubo a quién se le saltaron las lágrimas, porque era el momento en que se convertía en realidad muchos años de esfuerzo", enfatizó el gerente. "Esto se llevaba programando desde hace más de dos años", prosiguió, "y representa la culminación de mucho esfuerzo".

Y es que el Programa de Trasplante Cardíaco se había convertido en un auténtico "reto" para los profesionales. "Teníamos la seguridad y la confianza de que íbamos a salir airosos. Sin duda, es un paso más en nuestro compromiso con la sociedad para ofrecer una asistencia sanitaria de calidad", argumentó Morera, al tiempo que valoró la alta capacidad de los trabajadores "para llevar a buen puerto esta iniciativa pionera en Canarias". Sobre la mesa también los datos relativos a los gastos que representa para el SCS el procedimiento quirúrgico. "Más que un coste, podemos decir que es una inversión de 80.000 euros", subrayó el director gerente.

Una opinión que compartió Octavio Jiménez, al garantizar que el programa es un "hito" para el conjunto de la sociedad canaria y para la sanidad de las Islas, especialmente, "por evitar" que las personas tengan que desplazarse a la Península para someterse a estas intervenciones. "En los últimos diez años hemos trasladado a 122 pacientes, lo que demuestra la importancia del proyecto que estamos llevando a cabo", informó el director general de Programas Asistenciales.

La iniciativa clínica tiene por objeto mejorar la asistencia sanitaria que se les brinda a las personas afectadas sobre todo, por insuficiencia cardíaca. "Estamos ante una epidemia cardiovascular que tiene una creciente prevalencia en los países desarrollados. Es la patología más diagnosticada en el marco de las enfermedades cardíacas y conlleva un impacto sanitario, social y económico importante y que se va a ver agravado en los últimos años con el envejecimiento de la población", advirtió el experto.

Asimismo, el doctor Caballero apreció que los pacientes que van a ser trasplantados "se encuentran en una situación clínica extrema". Una realidad que les llevó a determinar la necesidad de implantar el programa en las Islas. Otro de los datos destacados fueron las características específicas del corazón, al no poder estar fuera de una persona en situación de "isquemia -disminución de la circulación de sangre-" más de cuatro horas. "Esto hace que cualquier traslado de un corazón desde las Islas a la Península, o viceversa, sea bastante complicado", señaló.