¿Cuál es la razón que le lleva a dejar la Presidencia de Unicef Canarias, cargo que ostenta desde febrero de 2016?

Cuando hace cuatro años tuve la fortuna de que me eligieran presidente de Unicef en Canarias, lo asumí como un reto por dos cuestiones fundamentales. Quería colocar una organización de las características de Unicef, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, en el ámbito canario, en las redes, en la modernidad. Y quería también que la ciudadanía percibiera Unicef Canarias como una herramienta necesaria para mejorar la situación de la infancia en nuestra tierra. Y esto significaba necesariamente trabajar intensamente en la incidencia política; ya que nosotros no tenemos en nuestras manos el tratamiento para mejorar la situación de la infancia, sí teníamos la posibilidad de diagnosticar esa situación e incentivar a los que pueden modificarla, para que actúen.

¿Ha logrado esos objetivos?

Estoy muy satisfecho del trabajo realizado. Como Unicef Canarias nos hemos situado bien en redes, tenemos un panel importante de seguidores en twitter. Y en el ámbito político se consolidó el documento sobre la situación de la infancia y la adolescencia en Canarias, que abrió muchas conciencias en nuestra tierra, y fue la continuación de un trabajo anterior. En este segundo documento se puso de manifiesto que la situación de la infancia es bastante mejorable. En aquel momento el estudio registró un 41,6% de la infancia y adolescencia en Canarias en riesgo de pobreza relativa y exclusión social.

¿Cuál fue la respuesta a este informe?

Posibilitó que pudiéramos empezar a trabajar con rigor en el Parlamento de Canarias, con las distintas fuerzas políticas, para ir consolidando lo que ya estaba aprobado desde hacía muchísimo años, que era el Pacto por la Infancia en Canarias. Y un elemento clave en el que incidíamos mucho era en que se desarrollara la comisión de infancia en el Parlamento de Canarias. Todo ese trabajo empezó a cristalizar en la anterior legislatura, concretamente se creó una subcomisión de seguimiento de la infancia, de hecho estuve en el Parlamento cuando fue aprobada, y fue muy emocionante que todas las fuerzas políticas lo apoyaran. Y además, a pesar de que no se desarrolló el segundo plan integral de atención a la infancia que pretendíamos, si es verdad que se crearon unas líneas estratégicas, que aunque no es lo mismo, al menos era algo. Lo bueno es que en el comienzo de esta legislatura nos hemos reunidos con la fuerzas parlamentarias porque había un compromiso de que la primera comisión que se creara fuera la de la infancia, y todo indica que va a ser así. Ya nos reunimos el otro día en el Parlamento y está todo en marcha. Yo creo que va a ser un broche importante a lo que ha sido la gestión que hemos desarrollado.

¿Por qué han sido tan importantes estos logros en Canarias?

Porque el trabajo de una organización como Unicef lo vemos como algo lejano, que tiene mucha importancia porque trabaja en países en vías de desarrollo, en países con conflictos bélicos o naturales, pero aquí tiene mucha importancia también. Unicef Canarias tiene que actuar como notaria de la realidad de la infancia en las Islas, para conseguir un cambio importante en la forma de percibirse la situación de la infancia. Estoy contento por el trabajo hecho, que hubiese sido imposible sin las dos compañeras, grandes profesionales que trabajan para Unicef Canarias.

¿Qué retos debe afrontar la organización ahora?

Yo entiendo que, una vez se apruebe la comisión, hay que estar permanentemente enfocada hacia ella y trabajar juntos, para que se empiece a desarrollar todo lo que venía expresado en el Pacto Canario por la Infancia. También creo que debe trabajar en el sentido de lo que me parece fundamental en este tipo de organizaciones, que es la renovación, el que seamos capaces de gestionar los cambios que se vayan introduciendo. No podemos ser siempre los mismos los que gestionen una organización, hay que generar elementos nuevos que den una nueva imagen a la entidad, eso es fundamental. Si nos quedamos anclados, enclaustrados en el ámbito de una organización, la dejamos sin capacidad de avance, por eso es tan importante los procesos de renovación. Y esperemos que así se haga.

¿Qué acciones concretas son prioritarias de las que recoge el pacto?

La elaboración de un plan canario de la infancia es fundamental, yo espero que se consolide a lo largo de esta legislatura.

¿Cuáles son los logros de los que se siente más orgulloso?

Lo importante, en mi opinión, era situar a la infancia en la agenda política, y yo creo que ese ha sido mi mayor logro. Ahora hay que seguir trabajando para que no salga de la agenda política , se siga manteniendo y todo lo que estaba ya diagnosticado se empiece a tratar. Una de las cosas con las que me voy más satisfecho es que muchos compañeros y amigos que me ven por la calle, o me saludan, me dicen que Unicef Canarias ha cogido más presencia en la sociedad, y eso me llena de satisfacción. También el cariño y las palabras de afecto de mucha gente que me ha llamado y del resto de presidentes de Unicef de las diferentes comunidades autónomas, que han tenido palabras de aprecio y respeto tras conocer mi marcha.

¿Alguna espinita?

Me hubiera gustado que la comisión se hubiera desarrollado antes y poder asistir a los primeros debates frutos del trabajo de la misma. Pero no todo es posible en la vida y, en cualquier caso, yo seguiré muy unido al proyecto desde fuera, viendo como se van desarrollando estos elementos, claves para mejorar la situación de la infancia en Canarias. Hay que tomarse en serio este problema, y yo sé que hay una sensibilidad, que pienso, hemos impulsado con el documento de la infancia y la adolescencia en Canarias. Estoy muy contento de que se empiece a trabajar en este sentido, y desde fuera estaré vigilante.

¿Qué opina del pin parental?

Es un elemento que debemos configurar desde la siguiente perspectiva: ¿son los niños, niñas y adolescentes, ciudadanos de pleno derecho? Si nos referimos a la convención internacional que más adhesiones ha tenido de todas las que se han hecho en la historia, que es la Convención Internacional de los Derechos de la Infancia en la que se expone que los niños y niñas son ciudadanos de pleno derecho, lo del pin parental choca brutalmente con esa realidad. Si son ciudadanos de pleno derecho, no pertenecen a nadie, sino a ellos mismos, lógicamente unidos al ámbito de su familia. El pin parental choca directamente con la convención que más adhesiones ha tenido en la historia de la humanidad. A veces decimos mucho que hay que trabajar por los niños porque son el futuro, pero es erróneo, los niños y niñas son ciudadanos del presente, con sus derechos y con sus obligaciones.

¿Algún mensaje a dos días de finalizar su etapa al frente de Unicef Canarias?

Que hay que seguir trabajando por la situación de la infancia porque en Canarias hemos mejorado algo las ratios, pero seguimos estando en situaciones que nos colocan en la cola del resto de las comunidades autónomas del país en pobreza relativa. Digo relativa porque un pobre en Canarias no es lo mismo que un pobre en Nigeria, pero es un pobre que tiene una serie de limitaciones a su desarrollo vital, en el ámbito de la salud, de la educación... Fundamentalmente el mensaje es que sigamos trabajando porque es muy necesario que la infancia y la adolescencia en Canarias escapen de se hoyo en el que se encuentra un porcentaje altísimo de la misma, que lo sitúa en unos ratios muy elevados de pobreza relativa o riesgo de exclusión social.