Uno de ellos confesó que realizó actos lascivos en los genitales de una niña de solo cuatro años, hija de su pareja sentimental. El otro admitió que intentó masturbar a un niño de seis, hijo de un amigo suyo, en los asientos traseros de un coche. Ambos han sido condenados por la Audiencia Provincial de València pero ninguno de los dos llegará a pisar la prisión por dichos delitos de abusos sexuales a menor de edad al ser penas de justo dos años de cárcel, barrera fijada para la suspensión de la ejecución de las penas privativas de libertad para aquellos delincuentes no habituales que hayan hecho «un esfuerzo para reparar el daño causado».

Este supuesto «esfuerzo» del que habla el artículo 80 del Código Penal se limita en la práctica a haber abonado las responsabilidades civiles correspondientes, es decir haber pagado la indemnización a la víctima. Circunstancia que en ambos casos se daba y que es conocida por los letrados para apelar el día del juicio a una reducción de las penas solicitadas.

Las dos vistas orales celebradas el pasado martes en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de València se saldaron con sendos acuerdos de conformidad entre las partes tras el reconocimiento de hechos por parte de los acusados, de ahí la reducción de las penas a las que inicialmente se enfrentaban y por las que sí habrían tenido que cumplir prisión.

Dos condenas por abusos sexuales

El Ministerio Fiscal solicitaba para el acusado de abusar de la hija de su compañera sentimental, de solo cuatro años, una pena de seis años de prisión por un delito de abuso sexual a persona menor de 16 años. Los hechos ocurrieron en mayo de 2018 en el domicilio familiar, situado en València, cuando el ahora condenado entró en la habitación de la pequeña, aprovechando que su madre no estaba en la casa, y le realizó actos libidinosos en sus genitales. Después le dijo que no le contara nada a su madre porque si no «le castigaría y le daría en el culo».

El letrado Francisco Ignacio Ferrus logró rebajar la pena para su cliente a solo dos años de prisión y cuatro de libertad vigilada. Así, tras abonar 1.300 euros de indemnización y carecer de antecedentes computables -solo una detención por alcoholemia en 2018- se le suspendió la pena.

Igual suerte corrió el otro acusado, quien confesó haber masturbado al hijo de seis años de un amigo dentro de un coche, en agosto de 2018, mientras el padre del menor hacía unos encargos en una localidad de la Ribera.