Descartes explicó el Mundo con la Teoría de los Vórtices. Desde que Galileo dirigiera su telescopio a la Luna era solo cuestión de tiempo encontrar una justificación de los movimientos planetarios distinta de la aristotélico-ptolemaica, y ello requería una explicación en términos de física terrestre, una vez comprobada la idéntica naturaleza de los planetas y la Tierra. Ya en el siglo XV, el pensador renacentista Giovanni Pontano, poeta y diplomático napolitano, en lugar de la complicada explicación ptolemaica de los epiciclos, encontraba mucho más natural considerar ANIMÍSTICAMENTE que los planetas se movían en el espacio como los pájaros en el aire o los peces en el mar. Habría un fluido espacial en el que los planetas "planearían" por fuerzas internas, por voluntad propia, o por estar sometidos a movimientos provocados por el fluido, como en el caso de un río con sus torbellinos y corrientes. Explicación animista y mecanicista.

La teoría de los vórtices puede ser descrita como la aplicación de una física de la impulsión a un problema técnico ciertamente complejo. Descartes reemplazó las esferas sólidas y cristalinas de la antigua astronomía por un sistema de vórtices fluidos idénticos en naturaleza y que se extendían indefinidamente, y en lugar de los movimientos circulares naturales propone un mecanismo de impulsión. Aristotélicamente, para Descartes no existía el vacío pero sí, claro está, el movimiento. Las cosas se mueven en vórtices, en torbellinos, en remolinos. Que los planetas del sistema solar estuviesen situados como "en un mismo plano" ayudaba, y la potente imaginación de Descartes puso el resto. Iba a terminar así un MUNDO ANIMISTA, mágico, para dar paso a un MUNDO MECÁNICO, matematizado.

Descartes no dedica una línea al estudio cuantitativo de los cielos, esto es, al perfeccionamiento de los cálculos astronómicos (como sí lo hacía Kepler). Él desea escribir una gran obra cosmológica, opuesta a Aristóteles, en la que se dé razón de los principales fenómenos celestes y terrestres en función de las causas mecánicas que los producen. Mientras Descartes se interesaba en una amplia visión cosmológica, Kepler incidía en los precisos detalles técnicos de los movimientos planetarios, opción seguida posteriormente por Newton.

En la explicación mecanicista cartesiana el Universo es un pleno, mientras que la luz solar y el movimiento de caída de un cuerpo en la superficie terrestre son producidos por los efectos centrífugos de gigantescos vórtices de materia celeste que giran alrededor de un centro. Con esta teoría, Descartes explica también el movimiento de los planetas alrededor del Sol. Dios habría creado un pleno, sin espacio vacío, en el que inmensos remolinos de materia fluida girarían alrededor de soles centrales arrastrando los cuerpos celestes. La Tierra y los planetas serían transportados por los cielos fluidos y girarían alrededor del Sol, pero propiamente hablando no se moverían, o al menos no lo harían como de hecho no lo hacen? "aquellos que duermen en un barco y son transportados de Calais a Dover".

... Hay que señalar que Huygens, Leibniz, Malebranche y los Bernouilli prefirieron la teoría de los vórtices de Descartes a la de Newton. Para evaluar la teoría de los vórtices se requiere conocer las corrientes del pensamiento científico de ese tiempo y especialmente lo que se pensaba entonces sobre la Naturaleza y el propósito de las teorías científicas. Únicamente en ese contexto resultan entendibles la originalidad de la teoría, el grado de éxito en relación con sus objetivos, la fuerza de las críticas contra ella y la amplitud de su aceptación.