"Ahora hablo abiertamente de masturbarme, especialmente con mis amigas". E. Cabrera, una estudiante de 24 años, narra así su experiencia con el succionador de clítoris que adquirió recientemente impulsada por la expectación que se había generado en su grupo de amigas. Como ella, otras tantas mujeres jóvenes han descubierto -o redescubierto- la masturbación gracias a este juguete sexual. Pero no se ha quedado ahí.

La irrupción de este aparato en el debate social ha supuesto una excusa para hablar libremente de la sexualidad femenina entre amigas, compañeras de trabajo o de clase e, incluso, con familiares. "Es muy importante la repercusión social que ha tenido este aparato en intentar normalizar la masturbación femenina", insiste Cabrera.

Anabel Santos, otra joven canaria de 32 años, narra con asombro como, incluso en su puesto trabajo, "hay chicas que se preguntan si lo has probado". Ella, que afirma nunca haber tenido ningún problema hablando abiertamente del tema, asegura habérselo contado con la naturalidad que requiere: "sin ningún tabú por delante".

Una situación similar ha ocurrido en el entorno cercano se ha de R. Gómez, otra joven canaria de 27 años. "He visto un cambio en gente que conozco", señala. Y es que la joven se ha percatado de como "amigas que ni se les ocurriría hablar ni sexo ni de sus experiencias sexuales, ahora comparten opiniones y consejos sobre este tema".

La eficacia del producto

Dada la eficacia del producto, después de probarlo muchas acaban recomendándolo a sus amigas. Santos lo descubrió por las divulgadoras sexuales de YouTube Noemí Casquet y Yaiza RedLights. "En un principio no entendía muy bien de qué iba y hasta me parecía que estaba sobrevalorado", recuerda, pero una tarde, le picó la curiosidad y decidió "lanzarse". "Compré la versión básica en una sex shop de La Laguna", narra Santos que, entre risas bromea con haberse convertido en "una evangelizadora de Satisfyer" por haber impulsado a las mujeres de su entorno a comprarlo. Ese boom que vivió el aparato en redes sociales, y que constatan las estadísticas de Google Trends, es lo que hizo a la joven de 27 años, Yasmina Rodríguez "obsesionarse", literalmente, con el aparato. "No podía pensar en otra cosa, necesitaba tenerlo y comprobar si realmente era algo tan maravilloso como todas decían", explica.

Aunque ella estaba acostumbrada a masturbarse frecuentemente, cuando probó Satisfyer comprobó que no tenía nada que ver con la masturbación tradicional. "Realmente era una locura", afirma entre risas. Ese boca a boca ha sido lo que realmente ha redundado en el éxito del Satisfyer. Es el caso de Cabrera que lo conoció por una compañera de clase que le hablaba "maravillas" del aparato, también de R.G, de 27 años, que supo de él por los comentarios de la gente que contaba su experiencia en las redes sociales. "Al final decidí comprarlo cuando una amiga me contó que estaba encantada", afirma.

Ahora que lo ha probado, R. Gómez lo recomienda incluso a las personas con vagina que crean estar ya "complacidas con la masturbación tradicional". "Yo pensaba lo mismo, pero la verdad es que el aparatito es de otro mundo", resalta la mujer. En este sentido también se manifiesta Rodríguez que insiste en aconsejar el uso de este aparato "especialmente a mujeres que tengan dificultad para tocarse a sí mismas o que tengan problemas para llegar al orgasmo". Y tampoco se olvida de los hombres, pues recientemente Satisfyer ha lanzado al mercado un masturbador masculino para personas con pene que usa el método del vacío. "No sé si será igual pero puede valer la pena comprobarlo", admite.

Una de las principales bondades de este aparato es su funcionalidad, pues sus vibración por medio de ondas incide directamente en la estimulación del clítoris. Cabe recordar que, en una encuesta realizada por la compañia sueca de estilo de vida íntima, Lelo, se señalaba que el 26% de las mujeres identifica la falta de estimulación clitoriana como el principal problema para llegar al clímax. Porque el clítoris, con sus más de 8.500 terminaciones nerviosas, juega un papel fundamental cuando hablamos de placer femenino. De hecho, es el único órgano humano dedicado exclusivamente a esta tarea. Según esta misma encuesta, cuatro de cada diez mujeres llegan al orgasmo simplemente al recibir sexo oral. Y así, la sitúan como la práctica predilecta para ellas. Con el succionador de clítoris, además de probar una forma pionera de estimulación, la masturbación resulta mucho "más fácil". "Lo enchufas y en un par de minutos acabas", señala Gómez. Además, para muchas otras mujeres ha supuesto una forma de conocerse más y para darse cuenta de "que podía salir de lo que siempre hacía", explica Santos, por su parte.

Un arma de doble filo

Algo, que por otro lado, resulta un arma de doble filo a largo plazo, como ellas mismas alertan. "En los últimos meses he dejado de usarlo como antes (incluso con mi pareja) porque me daba cuenta de que en la vida real, cuando tienes relaciones sexuales sin el Satisfyer, ni por asomo tienes la misma intensidad en los orgasmos", explica Santos. Y a Rodríguez le pasa algo similar: "su uso me ha hecho más difícil tocarme a la antigua usanza jajajaja, lo que antes hacía sin pensarlo ahora me lleva un poco más de tiempo, es como si me hubiera olvidado". "Es como cuando hablas de que tienes el umbral del dolor alto o bajo. Después de probar el Satisfyer puede que se te haga muchísimo más difícil llegar a un orgasmo sin él, porque ya probaste lo que de siente hacerlo con una altísima intensidad usando el aparato", concreta Santos.

No obstante, incluso con este obstáculo, todas coinciden en que el aparatito no solo les ha permitido conocer un nuevo método para divertirse en la cama, sino que también ha mejorado su relación con su propio cuerpo y les ha permitido abrir el debate de la sexualidad sin miedo con su entorno.