Un total de 1.348 médicos, enfermeros, farmacéuticos, físicos, biólogos, químicos y psicólogos canarios recién graduados se presentaron ayer a la prueba que definirá en qué rama podrán especializarse y, por ende, trabajar -al menos- durante los cuatro próximos años. En Tenerife, fueron 667 canarios los que discurrieron por las distintas aulas del Aulario de Guajara de la Universidad de La Laguna (ULL) con los nervios a flor de piel.

En la hora previa a ser convocados a sus respectivas aulas de examen, algunos hablaban de forma despreocupada con sus familiares, otros abrazaban a sus compañeros de fatigas de los últimos siete meses y una gran mayoría repasaba conceptos con la esperanza de poder absorber la máxima información posible antes de enfrentarse a este examen.

Consistió en una prueba tipo test con 175 preguntas -50 menos que el año pasado- que los aspirantes tuvieron que resolver en cuatro horas -una menos que el año pasado-. Este nuevo contexto fue recibido de distintas maneras por parte de los opositores. Los más optimistas señalaron que la mayor ventaja de esta reducción de tiempo y preguntas es el descanso que supone para un cerebro expuesto a un trabajo a máximo rendimiento durante horas. Para otros, la reducción de preguntas supuso que las que quedaban "valían más", por lo que también incrementó la trascendencia de un simple fallo.

Y hasta cierto punto, el temor al error es lógico. Porque estos 1.348 aspirantes tienen que competir con otros 34.125 recién graduados de toda España (son 35.473 en total) que buscan el mejor hospital, centro de salud o unidad especializada del territorio para formarse y especializarse en un área concreta durante los próximos cuatro años. Por áreas, en Canarias se presentaron 644 médicos (317 en Santa Cruz de Tenerife y 327 en Las Palmas), 506 enfermeros (190 y 316), 58 farmacéuticos (48 y 10), 18 biólogos (11 y 7), 147 psicólogos (92 y 55), tres químicos (2 y 1) y siete físicos (7 y 1).

Pero no solo se trata de la búsqueda de la formación de excelencia, el riesgo real se encuentra en la posibilidad de quedarse fuera. Porque del total de los aspirantes, solo el 27% podrá acceder a uno de los 9.539 puestos de formación especializada que ofrecen los distintos sistemas sanitarios en España. De estos, 386 puestos se ofertan en Canarias. Por ende, esto quiere decir que solo tres de cada diez opositores que se han presentado en el Archipiélago podrán quedarse haciendo la residencia en las Islas. De las plazas ofertadas en Canarias 296 se destinarán al área de la medicina, 71 a enfermería, 12 a farmacia, 4 a psicología y 3 a física. De esta manera, serán los médicos los que más posibilidades tendrán para ser residentes en las Islas (46%), seguidos de los físicos (37%) y los farmacéuticos (20,6%). Menores son las expectativas de permanencia de los enfermeros, cuyas posibilidades se reducen hasta el 14% y de los psicólogos, donde la tasa desciende hasta el 2,7%. En el caso de los biólogos y los químicos, es nula, están obligados a formarse en la Península.

Más plazas, pero no suficientes

Este año, la Consejería de Sanidad canaria ha logrado acreditar 62 plazas de formación en el Servicio Canario de la Salud (SCS), que ha puesto a disposición de la próxima generación de residentes. Desde el Sindicato de Médicos de Santa Cruz de Tenerife (CESM), aun viendo positivo este aumento de oferta, resaltan que "hacen falta más", especialmente "para garantizar cobertura de jubilaciones que habrán esta década". En este sentido, el secretario general del CESM, Levy Cabrera, hizo hincapié en el déficit de plazas para la especialidad de pediatría que, a pesar de las continuas demandas, sigue sin haber experimentado un incremento. "Hoy se forman los mismos pediatras que el siglo pasado y necesitamos muchos más", sentencia.