¿Cómo han sido estos intensos días en Tenerife?

Yo había estado antes tres veces en Canarias, pero con otra perspectiva. Muy distinta a la de ahora. Me voy impresionada. No sólo por el extraordinario trato personal recibido sino por el conocimiento respecto a la idea que he venido a exponer, algo que he podido comprobar estos días. Me emocioné tanto después de la primera charla en la Real Sociedad Económica de Amigos del País que no pude conciliar el sueño esa noche. Un centenar de personas atentas e interesadas y una batería de preguntas inteligentes. La experiencia ha siso enriquecedora y que voy a recordar siempre con mucho cariño.

Ha ofrecido, además, una charla a un auditorio de alumnos de Secundaria. Valórela.

Impresionante. Me sorprendió de entrada ver un montón de guaguas, como las llaman ustedes, en la puerta del Seminario Diocesano y luego dar la conferencia ante un auditorio de 600 jóvenes. Un montón de alumnos de Bachillerato, de ente 14 y 17 años, delante de mí. He dado muchas charlas porque llevo bastantes años divulgando esta idea, pero ninguna con tantos chicos y en ese ambiente de máximo respeto. Silencio absoluto y mucha curiosidad. Una mezcla perfecta. Reitero mi agradecimiento tanto a quienes lo organizaron como a ellos como protagonistas directos y a sus profesores que los acompañaron durante la mañana.

¿Cómo recuerda la figura de su madre, Violeta Friedman?

Nació en 1930 en la ciudad de Margerita, en la región de Transilvania, entonces parte del Imperio Austrohúngaro -ella se consideraba una judía húngara- y hoy Rumanía, y falleció en el año 2000. Fue superviviente del campo de concentración de Auschwitz-Bierkenau, murió en España y sus restos reposan en el cementerio judío de Madrid. Pertenecía una familia de clase media a la que todo el proceso de la guerra y la posterior deportación le pasó por encima. Era una buena estudiante. Mi recuerdo durante mucho tiempo fue el de una mujer sumida en una depresión casi constante que lloraba por todo y más si se tocaba este tema. Pero en 1985, justo 40 años después del fin de la guerra, cambia todo. Mi madre se indigna ante unas declaraciones que ve en TVE con motivo del descubrimiento en Brasil de la supuesta tumba del médico nazi Mengele, de infausto recuerdo. El ex jefe de las Waffen SS belga, León Degrelle, refugiado en España donde llega a moverse con otra personalidad y un nombre supuesto -Hitler llegó a decir que le hubiera gustado que fuera su hijo- niega el Holocausto y vierte opiniones antisemitas y racista. La posición de mi madre se transforma y decide desenmascarar al personaje. Tras una larga lucha judicial para el reconocimiento de la existencia y consecuencias del Holocausto, y su posterior condena, Violeta ve çomo le dan la razón. Destaco aquí la intervención en aquellos momentos del abogado Jordi Trías Por fin el 11 de noviembre de 1991 el Tribunal Constitucional de España considera que Degrelle había atentado contra el honor de Violeta Friedman y de las víctimas de los campos nazis. Esta sentencia, además, sentó doctrina y sirvió como precedente para la reforma del Código Penal español. Así, en 1999 queda determinado por ley que enaltecer o negar el Holocausto es delito. Hubo un retroceso en 2007 peor se gana otra batalla en 2015 con la entrada en vigor de la jurisprudencia supranacional de la Unión Europea sobre el Holocausto, Hoy está vigente.

¿Y a nivel personal?

Pues debo decir que me di cuenta de su ingente tarea y lo que significaba después de que muriera, por desgracia. Yo no tenía tiempo de casi nada, con dos hijos pequeños y mi trabajo. Fue después, con toda la repercusión mediática que tuvo su desaparición, diría que a nivel mundial, fui consciente de lo que significaban su figura y su obra.

Violeta tuvo una vida de película en un mundo especialmente convulso.

Mejor contarlo para que se hagan una idea. Mi madre fue deportada en 1944 al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau con catorce años de edad. El mismo día que llega allí, tras un viaje en tren que hubiera sido inaceptable para el ganado, pierde a la mayor parte de su familia directa a manos de los nazis: padres, abuelos, tíos.. Todos mueren gaseados como estaba reservado a los menores y a los viejos que no eran productivos según esta idea que roza la locura. Sólo se salvan ella -porque aparentaba más edad con su pañuelo, sus pies hinchados y sus zapatos de tacón- y su hermana Eva, algo mayor. Todo eso tras la selección del médico del campo, el Ángel de la muerte, Josef Mengele. Pasa un año allí y mejor obviar lo que padece. Basta decir que como secuelas sufrió para siempre dolores en la columna vertebral.

Disculpe. Ayudemos al lector. ¿Podemos concluir aquí la primera parte de la historia de Violeta Friedman? Si es así pasemos a la segunda

Por supuesto, creo que es lo mejor para hacer más atractivo el guión. Los soviéticos liberan el campo de Auschwitz el 23 de enero de 1945, cuatro días antes de que lleguen los aliados. Violeta vuelve a la casa familiar en Transilvania donde se reencuentra de forma inesperada con su hermana Eva a la que no había vuelto a ver. Tenía la idea fija de ir a Canadá donde vive una tía. El 1 de enero de 1948 cae el telón de acero en todo el este de Europa controlado por los rusos, Violeta protagoniza a partir de ahí una auténtica odisea, que ya sería el guión de una película o una serie de televisión, hasta llegar a la frontera de Hungría y terminar en el lejano Canadá. En concreto, al puerto de Halifax desde donde se traslada a Montreal. Allí su tía tiene un negocio de modas y ella, espoleada por su experiencia vital, de modistilla se convierte en diseñadora. Su tía le encarga un trabajo en Venezuela y en Caracas, por otro giro del destino, conoce al que sería su marido, o sea mi padre, Oriundo de Budapest también tiene su historia porque estuvo escondido durante toda la II Guerra Mundial y vio como fusilaban a toda su familia, Luego se hace policía en Francia y acaba emigrando a América porque no encuentra a los culpables del asesinato. Allí se enamora de mi madre. Contraen matrimonio, pero se separan y en 1965, tras el divorcio, ella se traslada a España con mi hermano Ricardo y yo que éramos unos niños Esta nueva etapa de su vida está contada en la pregunta anterior. Y esto es verdad aunque pueda parecer que no. (Lo dice porque los interlocutores se quedan con la boca abierta).

¿Cuál es el momento actual del legado que heredó y tiene como base la Fundación que lleva el nombre de su madre?

La Fundación fue constituida en 2010 para defender la memoria de las víctimas del Holocausto. Una manera de luchar contra la xenofobia, el racismo y la intolerancia. Mi madre quiso siempre que se formara pero no pudo en vida. Tomo la bandera en la labor por el respeto de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales.

Se cumplen este mes 75 años de la liberación de Auschwitz. ¿Qué le sugiere esta fecha?

Que hay que mantener la lucha y por eso estoy contenta de que cada año la conmemoración de la liberación tenga una mayor repercusión mediática. Para que la gente sepa hoy qué ocurrió ayer y no lo olvide. Desde la cultura porque pienso así y lo digo, desde el otro lado está la poca formación, la simplicidad para aceptar los mensajes. Pregunto: ¿por qué odias a los judíos si admites que no conoces a ninguno? Me parece increíble. Pero también pienso que una figura como Hitler es irrepetible. Para eso trabajamos.

Por una cuestión biológica no deben quedar muchos nazis de la época, pero ¿pasa lo mismo con ese ideario?

Nunca hablo de neonazis sino simplemente de nazis. Creo que están vivos y si no es así, al menos reencarnados en las nuevas generaciones. Lo más importante es conocer la realidad de lo ocurrido, algo fundamental para no repetirlo. Y nunca banalizar o frivolizar. Por ejemplo, haciéndose selfies delante de los hornos crematorios o lanzando publicidades con lemas como e l Holocausto de los coches por la crisis de unas empresa de automoción. Me quedó impactada ante eso. Hace poco escucho en el metro de Madrid que alguien baraja elegir disfraz entre Stalin y Hitler, No me cabe en la cabeza.

Hay en la actualidad un repunte del antisemitismo en Europa, sobre todo en el Este. ¿Le preocupa este fenómeno?

Por supuesto que sí. Ya lo vivieron generaciones anteriores de judíos y hoy se repite Contra eso, lo mejor es informar y educar. Creo que son las armas fundamentales para contrarrestar esta visión simplista y reducida de la realidad.

¿Qué piensa de quienes niegan el Holocausto de los judíos?

He tenido alguna experiencia personal en este sentido. En mis conferencias hay un ambiente de respeto y pero siempre alguien, al que huelo ideológicamente a lo lejos, pregunta y yo contesto. Les digo antes de la guerra Europa estaba llena de cementerios judíos. ¿Dónde están ahora enterrados? Lo que queda son cenizas.

Resalta el papel de la educación para no olvidar el Holocausto y evitar que se repita.

Es clave y con ella posible. Mi madre tenía un firme compromiso, que he asumido, de divulgar las circunstancias de su vida y su legado, a través de su testimonio personal, para que lo tengan presente tanto las actuales como las futuras generaciones. Intentamos materializar cuantas iniciativas permitan contribuir a eso con una triple finalidad: evitar que semejantes crímenes puedan repetirse en el futuro; que no sean relativizados o negados, y, sobre todo, que no se borren de la memoria. Era el deseo que Violeta manifestó reiteradamente. El camino que he seguido y entiendo el único posible es conseguirlo a través de la educación. Y se puede. Estoy completamente segura.