Un grupo de 57 inmigrantes africanos que llegaron a Tenerife en patera ha pedido ayuda tras conocer que serán puestos en la calle, después de permanecer un mes en dependencias policiales, sin posibilidad de realojamiento ni autorización para viajar a la Península. Lo han hecho por medio de la activista Helena Maleno, fundadora del colectivo Caminando Fronteras, que ha informado a Efe de que se trata de un grupo de hombres de diversos países del África occidental, entre ellos Senegal, Mali y Sierra Leona.

Al parecer, la Policía Nacional tiene previsto desalojarlos de las dependencias de la Comisaría en Playa de las Américas (Arona), al sur de la isla, y los inmigrantes se muestran "desesperados" porque van a quedarse en la calle al negarles la posibilidad de realojo por falta de plazas para ello.

Este grupo de hombres ha pedido además que les den la oportunidad de viajar a la Península o a otros países europeos, donde tienen familiares que les podrían acoger, pero la policía les ha indicado que no tienen autorización para salir de la isla. Helena Maleno precisa que Caminando Fronteras tiene previsto presentar una queja al Defensor del Pueblo en relación con este asunto.

Por otro lado, el coordinador territorial de CEAR en Canarias, Juan Carlos Lorenzo, advierte de que poner en la calle a personas sin ningún tipo de recursos contribuye a aumentar "los espacios de exclusión social", y da idea de la complicada realidad de la inmigración en las islas. Lorenzo alude de esta forma, en declaraciones a Efe, a esta petición de ayuda de los 57 inmigrantes en Tenerife.

El representante en Canarias de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) advierte de que no es la primera vez que se deja en la calle a inmigrantes sin ser devueltos a sus países de origen, lo que da idea de una realidad complicada por falta de instalaciones de acogida para situaciones humanitarias.

Por ello recuerda que CEAR propone trabajar en una triple dimensión y el primer factor es el de crear "un entramado de plazas" de atención social y de emergencias para recibir a las personas que llegan y no son devueltas a sus países de origen.

El segundo factor sería el de crear plazas integrales con carácter estable para poder efectuar con estas personas un trabajo más profundo de integración, de manera que reciban atención psicológica y formación en el idioma.

Como tercer aspecto CEAR defiende la posibilidad de favorecer el tránsito de estas personas a la Península u otros países europeos ya que, asegura Lorenzo, Canarias supone un lugar de paso, no el definitivo de estancia y por ello cada vez que llegan "dos o tres embarcaciones, se colapsa el sistema".

Subraya el representante de CEAR que se trata de realizar un trabajo mucho más profundo con las personas y reformular el proceso migratorio "de una manera más constructiva". En definitiva, cambiar el modelo en la atención a quienes llegan de forma irregular a las costas canarias.