A los hombres los atrapan por el dinero y a las mujeres, por los sentimientos. El Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional en Santa Cruz de Tenerife recibió el pasado viernes por la mañana la última denuncia por la estafa del "capitán americano". La persona afectada es una mujer madura que, durante todo un año, mantuvo conversaciones con un supuesto militar del ejército de Estados Unidos que se encuentra en Irak y tiene una hija enferma, pero no puede salir del país. A lo largo de 12 meses, el contacto diario del ciberdelincuente con la víctima permitió convencer a esta para que, en varias entregas, le enviara a su cuenta unos 80.000 euros.

Una foto con una imagen idílica del héroe de piel blanca y rasgos perfectos resulta un gancho eficaz para que algunas mujeres decidan agregar como amigo al supuesto mando militar destinado en Oriente Medio. A partir de ahí, las buenas palabras de quien deja abierta la puerta a una futura relación sentimental, la paciencia, un adecuado conocimiento del idioma de la presa y dar lástima configuran los ingredientes que aporta el estafador.

Factores como la soledad, el exceso de confianza, la necesidad de recurrir a las redes sociales para relacionarse, la bondad y la atracción física por esa foto irreal ayudan a que algunas mujeres entreguen dinero al estafador. Un inspector del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Tenerife aclara que los delincuentes varían su relato en función del perfil de sus potenciales víctimas. Por ejemplo, si se trata de un hombre heterosexual con unos ingresos medio-altos, el autor le relata que necesita sacar una importante cantidad de dinero de Irak u otro país, gracias a los ingresos obtenidos durante su misión, con los que ambos pueden montar un negocio conjunto. Pero, a cambio, necesita que le remitan algunas cantidades para hacer trámites. El mando policial dice que ambos casos son variedades de las conocidas como "cartas nigerianas" y que muchos de los implicados operan desde países como Costa de Marfil o Nigeria.

Según este agente, que prefiere mantener su anonimato, tanto las estafas como los delitos de extorsión sexual ( sextorsión) que tienen como objetivo a las mujeres requieren que los ciberdelincuentes dediquen un tiempo mucho mayor que si se tratara de varones.

Este investigador explica que hoy la imagen irreal que se ofrece en Facebook, otras redes sociales e internet juega un papel fundamental para atrapar a los incautos. Pero no siempre fue así. Hace años, la citada unidad policial de Tenerife participó en una operación de Interpol contra un "caballero israelí" que aplicó un sofisticado procedimiento. Este individuo llegó a contactar, a través de la red y de forma paralela, con 14 mujeres de diferentes países, pero con el mismo perfil socioeconómico. En la Isla consiguió atrapar a una ciudadana que tenía un cargo intermedio en un hotel de lujo, así como un alto nivel cultural y económico. Hablaban a diario y el señor, elegante y refinando, le prometió a ella y a las otras afectadas una vida de ensueño en una vivienda en Suiza.

A la afectada tinerfeña logró quitarle unos 200.000 euros. De otras obtuvo cantidades superiores. Durante el periodo de enamoramiento, el delincuente llegó a invitar a la ciudadana tinerfeña a un viaje a Israel, donde ambos convivieron durante una semana, con visitas turísticas, comidas en buenos restaurantes y relaciones sexuales en un hotel.

Después de un año, un día la afectada recibió un mensaje de quien se identificó como hija del caballero, quien le dijo que no hacía falta que viajara más a Israel, ya que "a su padre le había dado un infarto, había fallecido y lo iban a enterrar en pocas horas". Un trágico y elegante final al engaño.