Testigo y protagonista de la construcción de la etapa democrática en España -fue diputado en las Cortes que aprobaron la Constitución-, el exalcalde de La Coruña Francisco Vázquez, más conocido como Paco Vázquez, pronunciará hoy un Elogio de la transición en la sede del Real Casino de Tenerife.

El que fuera regidor de la capital gallega durante 23 años, en las filas del PSOE, y después ejerciera como embajador de España ante el Vaticano expondrá su visión del proceso mediante el que se recuperó la democracia, no solo desde una perspectiva histórica, sino también como fuente de valores que no ha perdido vigencia para la práctica política y la convivencia ciudadana.

Vázquez será presentado por el jurista herreño Eligio Hernández, que compartió militancia socialista con Vázquez y fue gobernador civil de Tenerife, delegado del Gobierno en Canarias y fiscal general del Estado. El acto comenzará a las 19:30 horas.

Paco Vázquez ingresó en el PSOE en los últimos años del franquismo, cuando los partidos políticos aún no habían sido legalizados. Al mismo tiempo formalizó su incorporación a UGT. Fue el primer secretario general de los socialistas gallegos y se desempeñó como diputado en el Congreso durante las primeras seis legislaturas nacionales, además de la constituyente. En su paso por la Cámara baja trabajó en la elaboración de la Constitución Española y del Estatuto de Autonomía de Galicia y defendió este último ante el pleno del Congreso.

Un político inexpugnable

Su primera elección como alcalde La Coruña se produjo en 1983. Luego la revalidó en cinco ocasiones, siempre por mayoría absoluta. En las sucesivas contiendas electorales se mostró inexpugnable a la competencia planteada por candidatos tan populares como César Augusto Lendoiro, del PP, que presidió el Deportivo de la Coruña en los mejores momentos de la historia del club.

Sin embargo, en 2006, cuando todavía no había finalizado su mandato, Vázquez dimitió como alcalde para ser designado embajador ante el Vaticano. De profundas convicciones católicas -y considerado, por ello, una rara avis dentro del PSOE-, el coruñés fue elegido por el Gobierno que presidía Rodríguez Zapatero como un signo de distensión en sus relaciones con la Santa Sede en unos momentos en que la tensión parecía adueñarse de ellas como consecuencia de las diferencias que despertaban algunas políticas del Ejecutivo, caso de la aprobación del matrimonio homosexual o la enseñanza de la religión. De hecho, Paco Vázquez, que entonces ocupaba un asiento en el Senado, había votado en contra de los enlaces entre parejas del mismo sexo, aunque como presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), cargo que también ostentaba, se comprometió al cumplimiento de la norma por los ayuntamientos. Su estancia en Roma como el principal representante de España ante la cúpula de la Iglesia Católica se prolongó hasta 2011, cuando fue sustituido por María Jesús Figa, la primera mujer nombrada embajadora ante el Estado Vaticano.

Tres años después, y tras casi cuarenta de militancia, Vázquez abandonó el Partido Socialista. Su descontento con la orientación que había tomado la formación era cada vez más patente. No se trataba solo del choque entre su fe católica y las políticas defendidas por el PSOE, sino de profundas diferencias en asuntos como el acercamiento al nacionalismo y el polémico -y parcialmente cercenado por el Tribunal Constitucional- Estatuto de Autonomía de Cataluña. Una década antes de su baja, había mostrado su escepticismo sobre el concepto de nacionalidades históricas y reafirmado su convencimiento de que, en el ámbito territorial, la unidad de España debía estar por encima de cualquier otra consideración.

Vázquez aseguró recientemente que el acuerdo entre el PSOE y Podemos supone la "ruptura de la transición" y el abandono de "la idea de una España común" y calificó el gobierno resultante de ese pacto de "social-comunista".