Casi cuatro de cada diez alumnos canarios abandonan cada año alguna de las universidades públicas de canarias. Son así los que más renuncian a los estudios superiores de toda España y lo hacen, incluso, a pesar de bordar las pruebas de la EBAU, es decir, la selectividad. Los universitarios abandonan antes de tiempo la universidad en un 22,7% de los casos durante el primer curso, asemejándose así a la tendencia de otras comunidades autónomas. Sin embargo, el porcentaje se dispara cuando se observa la cantidad de alumnos que decide dejar su carrera a la mitad, especialmente en segundo (10,6%) y en tercero (5,5%). En ambos indicadores, los canarios son los más proclives de España a tomar de forma tardía esta decisión.

El abandono universitario no va de la mano, sin embargo, con el desempeño de los estudiantes canarios cuando realizan las pruebas de la Selectividad. Según el informe Datos y cifras del Sistema Universitario Español referentes al curso 2018-2019 y publicado por el Ministerio de Ciencia y Universidades, los canarios son los que mayores tasas de éxito logran tras la realización de sus exámenes de acceso a la universidad. En el año 2017 se presentaron a estos exámenes 10.935 alumnos recién egresados de segundo de Bachillerato. Solo 476 se quedaron fuera, lo que quiere decir que un 96,8% aprobaron. Un porcentaje que no solo destaca entre todas las comunidades autónomas, sino que se coloca incluso seis puntos porcentuales por encima de otras regiones, como Madrid.

Conocedora de la situación, la consejera de Educación del Gobierno de Canarias, María José Guerra Palmero ve con preocupación estos datos. En este sentido, afirmó estar en contacto con los vicerrectores de sendas universidades para "poner en marcha un programa de pasarela" que evite esos abandonos que, a su juicio, resulta de que "el alumnado no tiene, en muchas ocasiones, idea de lo que quiere hacer". Para ello, el área está ultimando varios preparativos para convocar una comisión que aborde esta problemática.

Aunque las tasas de abandono son altas en prácticamente todos los estudios de Grado de las universidades canarias, no sucede en igual proporción en todas ellos. Según la estadística proporcionada por el Ministerio de Ciencia y Universidades, las carreras que cuentan con todas las papeletas para ser abandonadas de inmediato son las que tienen relación con el campo de la informática (33,65%), seguida de las ingenierías (28,11%) y las ciencias sociales (25,96%). No obstante, cuando se disgrega en áreas más específicas, la tasa más altas de abandono se encuentra en aquellas carreras cuyo eje central es el comportamiento humano, como la sociología, donde este indicador alcanza el 42,86%.

Cambios recurrentes

El cambio de estudio también es recurrente en el Archipiélago, mucho más que en otras comunidades autónomas, aunque en este indicador es superada por los estudiantes riojanos y asturianos. Al 15,5% de los alumnos canarios no les convence la carrera en la que entraron y, a en el siguiente curso recurren a la tramitación de un de expediente. Esto sucede en mayor proporción en las carreras con componente científico-técnico, tanto de ciencias puras -especialmente Matemáticas- como en Informática y las ingenierías. A ello se suma la incapacidad para culminar sus estudios en el tiempo prescritos para ello -entre cuatro y cinco, dependiendo de la carrera -. De media, los canarios tardan al menos un año más en acabar sus estudios y tardan más en carreras de Ciencias del Deporte y en Filología.

En todo caso, los alumnos que logran culminar la carrera en las universidades canarias y deciden subir un escalón más en su formación cursando un Máster, son menos propensos a renunciar a sus estudios. El 22% de los egresados en estudios de Grado en el curso 2015-2016 se matricularon en estudios de Máster el curso siguiente y el 10,3% lo hicieron en la universidad canaria donde cursaron sus estudios de Grado.

Más éxito en máster

La tasa de rendimiento de los alumnos matriculados en Máster en el curso 2018-2019 alcanza el 92,1%. Una cifra notablemente superior a la que hace referencia al desempeño de los alumnos durante sus estudios de Grados, que se sitúa en el 75% e, incluso, superior a la media estatal (89,3%).

No es de extrañar que la tasa de abandono en los estudios superiores sea también muy inferior. Solo uno de cada diez estudiantes de Máster abandona estos estudios -que suelen prolongarse durante un año- antes de tiempo, concretamente un 12%, diez puntos por debajo de la media nacional, situada en el 22,1%. Pero aún más irrisorio es el volumen de alumnos que deciden cambiarse a otro Máster. De hecho, Canarias se sitúa entre las comunidades autónomas en las que esto ocurre con menor frecuencia. Solo el 1,3% de los casos, solo superando a Navarra (1%) o La Rioja (1,1%) y muy lejos de otras comunidades como la Comunidad Valenciana (4,3%) o Castilla y León (9,7%), donde este tipo de casos se ven en más ocasiones.

Tanto la Universidad de La Laguna (ULL) como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) han mostrado sensibilidad ante esta problemática. Ambas han puesto en marcha acciones orientadas a flexibilizar las normativas por las que se regula el acceso y permanencia de los alumnos que deciden cursar estudios en estos centros académicos. En este sentido, el pasado mes de julio, el Consejo Social de la ULL aprobó una nueva Normativa de Progreso y Permanencia de la Universidad de La Laguna que, entre otras novedades, planteó flexibilizar el número de créditos en los que se tienen que matricular los alumnos cada año y evaluar cada caso de manera individualizada para decidir si es posible adaptar la normativa a su situación concreta.

La nueva Normativa de Progreso y Permanencia de la Universidad de La Laguna (ULL) se ha implantado para paliar este problema. Por ejemplo, hasta ahora, era indispensable que todos los alumnos se matricularan cada año al menos de 60 créditos. Con las modificaciones esto solo sucederá el primer curso. En posteriores matrículas, el alumno podrá completar su matrícula con un mínimo de 42 y un máximo 78 créditos. También se han reducido la cantidad mínima de créditos que se deben aprobar a partir de la tercera matrícula y se ha introducido un método para contemplar, regular, y ampliar las causas por las que se puede matricular un estudiante a tiempo parcial, y así favorecer la conciliación.