Cuando pensamos en Matemáticas y Medicina, podríamos creer que más allá de la Estadística no hay aplicaciones directas de una ciencia en la otra. Pero lo cierto es que las Matemáticas nos permiten comprender muchos fenómenos biológicos que ocurren en nuestro cuerpo, así como las relaciones que creamos con nuestro entorno.

Por ejemplo, las ecuaciones diferenciales se emplean en Biología Molecular para modelizar la interacción entre fármacos y enzimas, en Epidemiología para predecir cómo se propagará un virus o en Neurología para analizar la transmisión de las señales nerviosas.

La Geometría y la Topología se aplican en Oncología para analizar la forma de los tumores o en Óptica y Neurología para estudiar el cerebro, las redes neuronales y las oculares.

Los modelos continuos y los elementos finitos son de gran utilidad en Cardiología para modelar el corazón y el sistema circulatorio, o en Oncología para comprender el impacto de las vibraciones mecánicas producidas por la radioterapia.

Por supuesto, en los campos de la Bioinformática y de la Biotecnología no faltan las Matemáticas para analizar la estructura de las proteínas, estudiar el ADN o diseñar prótesis.

Y es que como dijo Galileo Galilei ya en el siglo XVII: Este libro (el de la naturaleza) está escrito en lengua matemática.