Gracias a las pesquisas de la Guardia Civil, que se sumaron a las realizadas por los Mossos d'Esquadra, se pudo contabilizar a 103 víctimas de la trama liderada por los propietarios de productora Aschom SL. Aunque la cifra de niños explotados por la red es superior dado que se descartaron todos los que aparecían en vídeos grabados en el extranjero -salvo los de Marruecos-. Solo ha resultado posible contactar con una tercera parte de los menores. Y, en consecuencia, dos terceras partes jamás serán indemnizados.

"Les hicieron un daño irreparable, que agravó su vulnerabilidad. No tenían ningún derecho, siento rabia. Intuía que en aquella casa de Tortosa podía esconderse un caso de abusos pero no imaginaba que emergería todo esto. Siento rabia e impotencia", se sincera Ester Cabanes, educadora y directora de la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA) desde octubre del 2018.

El visionado de centenares de vídeos y archivos con miles de escenas y fotografías de pornografía infantil fue la labor más difícil y extenuante para todo el equipo. Al finalizar cada jornada, a los policías y la fiscala encargados del caso les tocaba regresar a casa y reincorporarse a la vida familiar. "A veces salíamos a fuera, a pasear, a fumar un cigarrillo y a dejar la mente en blanco durante unos minutos", recuerda el cabo de los Mossos d'Esquadra que dirigió la investigación.

"Yo iba a recoger a mi hijo de 7 años, lo abrazaba con fuerza y trataba de hacerle reír", cuenta la fiscala Ana Farrero, delegada de Criminalidad Informática de la Fiscalía de Tarragona. Solo ha resultado posible contactar con una tercera parte de los niños captados por la organización.