Canarias es la región europea, y también española, que peor recicla. Ni el Plan Integral de Residuos de Canarias (Pircan) ni las diversas acciones orientadas a la implantación de la economía circular en las Islas han tenido aún un efecto suficiente para que la región pueda cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12. Este indicador, que rige los esfuerzos que deben hacer los países para ser más sostenibles en 2030, aboga por "hacer más y mejores cosas con menos recursos". Algo para lo que España en general, y Canarias en particular, no se ha preparado correctamente.

Así lo constata un reciente informe del Observatorio de Sostenibilidad (OS) que realiza un resumen sobre el desempeño de España en economía circular en la Unión Europea a través del análisis cuantitativo de los indicadores seleccionados por la Comisión Europea. No se suele prestar atención al sector de residuos por "no ser de los sectores más contribuyentes al cambio climático", pero, como señala el informe, la economía circular puede tener repercusiones en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. "La circularidad es un potente motor de cambio de paradigma en la producción y el consumo: ahorra recursos, reduce la huella de carbono derivada de su ahorro e influye positivamente en otros muchos aspectos de impacto ambiental", versa el informe.

Pero "la situación de España es muy desventajosa", y aún peor es la de Canarias. Así lo demuestran los datos. En 2017, el Archipiélago fue una de las comunidades autónomas que peor desempeñaron el que se puede considerar el primer paso de la cadena del reciclaje: la recogida selectiva.

Muy pocos se separan

Ese año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo el 11% del total de residuos recogidos en la isla se separaron. Estos datos sitúan a Canarias no solo muy por debajo de la media nacional (18%), sino a verdaderos años luz de comunidades como Navarra (39%) o País Vasco (38%). A eso se le añade que, según recoge el Pircan, de la cantidad de residuos que se recogen de manera separada (85.190,53 toneladas en 2016), solo el 18% se recicla. Eso quiere decir que el 81% sigue vertiéndose al medio, a pesar de haber pasado por un ciclo de recogida selectiva previa.

El informe del Observatorio hace hincapié en los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la gestión de residuos en España. Según los datos proporcionados por el Ministerio para la Transición Ecológica, nuestro país emite un 4% de gases contaminantes desde que recoge los residuos en un contenedor hasta que los elimina o los aprovecha, fundamentalmente metano (CH4) y dióxido de nitrógeno (N02). Un porcentaje de emisiones que puede resultar irrisorio al ser comparado con el de otros sectores -en transporte es un 26% y en electricidad un 20%- , pero que se encuentra muy por encima de la media europea, situada en el 2,75%, e incluso supera a las emisiones de nuestro país a principios de la década de los 90, donde este indicador se localizaba en el 3,8%. El Observatorio califica el esfuerzo en la separación en origen de los biorresiduos como "insuficiente", más aún considerando "nuestra enorme tasa de vertido". De hecho, en Canarias, cada ciudadano vierte 500 kilos al año de basura.

Falta de legislación

Para el consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, este mal desempeño de Canarias en la clasificación europea se debe a que ni se ha legislado correctamente ni se han establecido sanciones para quien lo hacía mal.

"El ciudadano ha seguido pagando sus impuestos igual, tomara la postura que tomara frente a este reto del reciclaje y eso no puede ser así", concluye el consejero, que insiste en que debe haber "algún beneficio" para los que separen correctamente la basura y una "sobrecarga" para los que no traten esos residuos de manera selectiva. "Los tiempos en los que todos pagan por igual se tienen que acabar", sentenció.

El responsable del área achaca la incorrecta implantación de la economía circular en Canarias a un carente esfuerzo legislativo. En este sentido, remarca que la mayoría de iniciativas realizadas estos años han estado lideradas por entidades privadas como Ecoembes o Ecovidrio que son buenas iniciativas pero "no tienen carácter legislador, por lo que todo se reduce a buenas intenciones". De ahí que el responsable de la Consejería insista en que ahora la pelota está en el tejado de la Administración, que es quien debe "tomar las riendas de la gestión".

El Pircan, elaborado por el anterior equipo de Gobierno, según Valbuena, "no es suficiente" para asumir este reto de cambio de paradigma, pues no se configuró con "carácter normativo". De ahí que, tras culminar la redacción de la Ley del Cambio Climático de Canarias, el próximo paso consistirá en "centrarse en la gestión de residuos".

El camino que debe tomar Canarias en torno a la economía circular, además, tiene que estar alineado con la reducción de los residuos que se vierten al medio. "Tenemos que focalizar nuestros esfuerzos en evitar los sobreenvases y reducir el compost", señala Valbuena, que se muestra confiado: "es factible".

A este respecto, el consejero afirma que el público está concienciado con el reciclaje pero "está exigiendo que se les dé salida a sus necesidades". Valbuena entiende que las medidas a tomar por este gobierno deben ser "disruptivas" y de ellas emanarán voces críticas, pero indica que "se pondrán en marcha con firmeza" para que puedan tener una repercusión real en la lucha contra el cambio climático.