Época de reencuentros con familiares y amigos, generalmente alrededor de una mesa, lo que supone cenas y comidas que se salen de la dieta habitual. Así son estas fiestas, en las que más allá del disfrute para algunos puede convertirse en un quebradero de cabeza y, sobre todo de estómago.

No se trata solo de indigestarse a base de atracones, sino que para una parte de la población estos momentos pueden convertirse en un riesgo para su salud. Se trata de aquellas personas que padecen alguna intolerancia alimentaria, dolencias que deben abordarse también desde el plano social.

El incremente de este tipo de patologías supone un nuevo reto para grandes superficies de alimentación, restaurantes y hogares y, por tanto, es una cuestión para que la que aparecen dudas y más dudas. Con la intención de responderlas, El Día ha preparado una mesa de expertos en la que se intentará resolver en directo este tipo de cuestiones que preocupan a la ciudadanía.

Para ello cuentan con la participación doctor en Farmacia y profesional especialista en Análisis y Control de Medicamentos y Drogas, Arturo Hardisson de la Torre; el director de Relaciones Externas de Mercadona en Las Palmas, Arcadio Peñate; el presidente de la Fececan, Aaron Santana, y el médico y exjefe de Nefrología del Hospital Universitario de Canarias, Benito Maceira.

Las estadísticas sanitarias cifran en torno a dos millones los españoles que sufren algún tipo de alergia alimentaria y además entre el 15 y el 20 por ciento de la población padece intolerancia. Son procesos diferentes, aunque según explica Arturo Hardisson, "con síntomas similares". El riesgo está por tanto en conocer su origen para actuar ante un síntoma.

En ese sentido, el profesional aconseja a padres y madres que "ante una reacción más o menos pronunciada y reiterada, es importante llevar al niño al médico, preferentemente un especialista" y alerta de que no se debe confundir "el hecho de que a un niño un alimento le siente mal y las preferencias de gusto".

Al respecto, el portavoz del colectivo de celiacos, Aarón Santana, asegura que uno de los principales problemas respecto en concreto a esta intolerancia es precisamente su detección. De hecho, calcula que "en torno al 1% de la población es celiaca y de ellos más del 85% no está diagnosticado, es decir, no sabe que lo es".

Por su parte, , Benito Maceira alerta de la relación entre las propias condiciones socieconómicas de la población y sus afecciones alimentarias, puesto que a su juicio cumplir con una dieta equilibrada y sana tiene un coste que no todas las personas pueden permitirse: "¿Qué familia puede pagar para cinco piezas de fruta al día para cada miembro?", se preguntó antes de recordar que tampoco la producción de alimentación ayuda a conservar una dieta sana puesto que "más de la mitad de los alimentos procesados contienen gluten".

En ese sentido, el director de Relaciones Externas de Mercadona en Las Palmas, Arcadio Peñate, admite que desde la empresa se realiza un importante esfuerzo en organización para ofrecer al cliente el producto que mejor se adapta a sus necesidades y en este caso en el que se trata de alergias o intolerancias señala que "se trabaja junto con colectivos y asociaciones de pacientes tanto para crear nuevos productos como para mejorar los que ya tenemos". "Además, es fundamental la transparencia en el etiquetado de los productos puesto que deben tener toda la información alimentaria que contienen", concluye.