Un vídeo en el que se veía a un operario de Loterías introducir "algo" en uno de los bombos y la prisa del Gordo por salir protagonizaron las anécdotas, comentarios y bromas del Sorteo de Navidad. Una hora después del inicio del sorteo comenzó a circular el citado vídeo, que dio lugar a todo tipo de conjeturas en las redes sociales y obligó a Loterías a emitir una nota para explicar que se trataba de algo normal.

Y es que, según aclaró el organismo, una de las circunstancias previstas en el proceso de introducción de las bolas en los bombos es que "alguna pueda rebotar hacia el exterior". Entonces, el operario responsable de la introducción de las bolas "debe proceder a su introducción manual" en el bombo. Fin de las elucubraciones que circulaban por las redes.

"Yo, la verdad, no me he enterado de nada", comentaba a una joven de Utrera ataviada de Wally. Pero sí, al ver las imágenes decía que "todo era un poco raro" y que el asunto debía investigarse. Tampoco se dio cuenta de nada uno de los clásicos del sorteo, el hombre que va vestido "de España", para quien "la bola se ha atascado y por eso la han tenido que volver a meter".

Y mientras fuera se disparaban las teorías de la conspiración por la bola y la mano del operario, el más variopinto público del Teatro Real permanecía ajeno a la polémica, algo aletargado quizá por el sopor en el que le sumió un Gordo muy madrugador.

'Los Rodolfos'

Incluso el ánimo que traían Los Rodolfos, un grupo de jóvenes langostinos de Madrid que acapararon todos los focos desde primera hora de la mañana, flaqueó en algunos momentos, ya que el sueño y el cansancio se hicieron notar en las más de dos horas que transcurrieron entre el primer y el segundo premio.

Ellos y sus coros de "Chúpame la cabeza, la cabeza chúpame" fueron las estrellas de la fila que, desde al menos el viernes y encabezada por Manoli, una octogenaria de Ceuta, se empezó a formar en la puerta del coliseo madrileño para ver en directo el sorteo más esperado del año.