Las curiosidades acumuladas en los últimos meses en torno a la compra de décimos en La Chasnera, la famosa estación de servicio de Granadilla, son numerosas. La hija del propietario fundador de la mercantil que la administra, Míriam González, relata algunas anécdotas. Hace días recibió la llamada de una mujer de avanzada edad que reside en un geriátrico, que le dijo que quería que le enviara por correo un décimo porque "quiero salir de aquí". Toda una metáfora de los sueños que genera este sorteo.

Otras veces llaman desde asilos para adquirir décimos para sus nietos. Una mujer llegó para comprar un número terminado en cinco, "aunque no salga". Pero reconoció que ella ya se había sacado la Lotería, "porque he superado un cáncer", cuenta Míriam. Y un grupo de 170 mayores de Fuerteventura que realizó un viaje a Tenerife también la llamó.

El colectivo quería comprar otros tantos décimos, pero no tenían tiempo ni podían hacer cola en la Repsol La Chasnera. Por eso, pararon sus guaguas en la gasolinera de la localidad de El Porís y compraron sus números allí. Míriam González manifiesta que "mucha gente tiene puesta su ilusión en un solo décimo y en nosotros".