La Dirección de Salud Pública del Gobierno de Canarias, adscrita a la Consejería de Sanidad, ha notificado a los profesionales sanitarios, a través de un comunicado interno, un posible brote de ciguatera tras hallar seis casos de intoxicación alimentaria tras consumir un medregal negro. Los casos de ciguatera son "habituales" en las Islas, según la propia dirección de Salud Pública, que ha llamado a la calma a la población a raíz de estos casos. De hecho, cada año se notifican entre 3 y 4 casos en las islas, por lo que entra dentro de la normalidad realizar avisos informativos sobre este tipo de circunstancias en los centros de salud.

Más "infrecuente" son los brotes, pues desde 2008 se han notificado una veintena de ellos con 121 casos. Esta patología se añadió a la lista de enfermedades de declaración obligatoria tras la aparición en Tenerife, a finales de 2008 y principios de 2009, de dos brotes de intoxicación alimentaria por ciguatera asociados al consumo de pescado de la especie medregal capturado en aguas cercanas a Canarias.

Desde entonces, Salud Pública ha puesto en marcha una serie de actuaciones dirigidas a evaluar si estos procesos pudieran estar vinculados con la presencia de ciguatoxinas en el medio marino de Canarias (en cuyo caso es posible esperar la aparición de más casos), o si por el contrario se trata de sucesos puntuales relacionados con peces migratorios procedentes de zonas de riesgo y que de forma ocasional fueron capturados a su paso por nuestras aguas.

Por esta razón, cada vez que hay sospecha de que un caso de intoxicación alimentaria pueda tener este origen, se realiza una petición a los profesionales de los centros de salud para que estén atentos a los pacientes que acuden con síntomas relacionados con una intoxicación de este tipo.

Especialmente porque no es posible detectar la toxina que lo produce en el paciente, y hay que tratar de analizar directamente el pescado consumido por los afectados. Los médicos y enfermeros, en este caso, deben verificar si quedan restos del pescado consumido para recoger y analizar.

La ciguatera es un tipo de intoxicación alimentaria producida por el consumo de los peces que, a su vez, se han alimentado de fitoplancton contaminado. La ciguatoxina es sintetizada por las algas microscópicas que forman parte del fitoplancton y que se conocen como dinoflagelados ( Gambierdiscus toxicus). En Canarias, las especies que más frecuentemente sufren esta intoxicación son el medregal, el abade, el mero, el pejerrey, la bicuda, la morena, el peto y la sierra.

Es frecuente que, una vez consumido este pescado, los síntomas empiecen a manifestarse apenas una hora después. Primero aparecen los síntomas digestivos (vómitos, diarreas, náuseas y dolor abdominal) que suele durar un día o dos. A estos indicios les sigue una batería de síntomas neurológicos que van desde el hormigueo en labios, manos y pies hasta los trastornos inusuales en la percepción de la temperatura. También se manifiesta como prurito en la piel, dolor y debilidad en los miembros inferiores. En los casos muy graves -que son muy raros- los síntomas neurológicos pueden evolucionar hasta el coma y el paro cardiaco.

La enfermedad concluye en un par de semanas, aunque el prurito, la sensación de hormigueo y la fatiga pueden persistir durante años o años. A día de hoy no existe un tratamiento curativo específico para esta patología y, al ser sus consecuencias principalmente sintomáticas, lo que se suele hacer es mandar un tratamiento para dichos síntomas.