Humanizar la atención social a través del rigor metodológico. Es la apuesta la asociación Sumas para combinar la dura realidad con la que se encuentra a diario el profesional del trabajo social y el rigor científico. Para eso elige arma: la formación. Abierta a sus 60 trabajadores, pero también a los usuarios y, sobre todo, a sus familiares y a su entorno más directo.

Sumas tiene una génesis multidisciplinar y una clara vocación regional. De ahí el que esté formada por profesionales de distintos ámbitos con un amplio recorrido, que han desarrollado un estilo de intervención basado en unos principios regidos por los valores humanos y la rigurosidad, orientado hacia la atención a familias con perfiles complejos que no han encontrado el sentido adecuado en otros servicios.

Walter Martín, coordinador del colectivo, y Damián González, pedagogo y responsable de la Escuela de Formación, reciben a El Día en la sede de La Laguna. Lo explican: "A partir de esta orientación inicial proponemos un modelo de trabajo donde destacan aspectos como la adaptación a la realidad que nos encontramos en cada caso, las intervenciones específicas según necesidad desde un posición cercana y honesta, la capacitación a las familias para que descubran sus propios caminos de crecimiento y la clara apuesta por la prevención y preservación del núcleo familiar".

Sumas, entidad homologada y colaborativa con el Gobierno de Canarias, plantea "el trabajo desde los contextos familiares, la intensidad y la creatividad de las intervenciones a partir de las fortalezas con una visión opuesta al tradicional modelo enfocado en los déficits y carencias de las familias. Esto nos permite abordar cualquier situación por complicada que pueda parecer desde una mirada positiva y centrada en generar herramientas de forma continuada".

Este modelo de trabajo es "parte del ADN de Suma" y se inserta en todos los proyectos. Con tres patas: Acogimiento Familiar Especializado, Intervención familiar ambulatoria y Programa SÚMATE para mayores de edad.

Esa es la teoría pero hay ejemplos prácticos. Como el de Carlos. Tras pasar once años en un hogar del sistema de protección de menores cumplió la mayoría de edad sin recursos materiales ni apoyo familiar al salir. SÚMATE ha intervenido para su inserción laboral y hoy vive en un piso compartido.

Otro caso real. Dos hermanos, de 16 y 12 años, derivados al programa de intervención ambulatorio. Presentaban graves problemáticas conductuales y traumas debidos al abandono de sus progenitores. Tras la intervención familiar de un año, en el que pocos apostaban por la recuperación, conviven felizmente con su madre.

Tercer ejemplo. Niña de 13 años con discapacidad intelectual y graves problemas de salud. Acogida por una familia del programa de especializado, sus patologías fueron tratadas y el seguimiento es idóneo. Desarrolla una vida normal junto a su nueva familia.

La Asociación Sumas intenta transmitir una visión más humana de la atención social, pero siendo rigurosos con ella. Esta visión les ha llevado a organizar en colaboración con la Dirección General de Protección al Menor y la Familia y la Universidad de La Laguna, las jornadas De la preservación familiar a la parentalidad terapéutica. En este marco nace la Escuela de Formación de Sumas. La intención es "aportar al ámbito de la preservación familiar y la protección de menores el conocimiento adquirido a través de nuestra práctica profesional corroborado a través de diversos modelos de intervención internacionales con evidencia científica".

En este escenario metodológico son abordadas temáticas como la gestión de entidades sociales; los modelos de trabajo con familias e intervención especializada en discapacidad o los problemas mentales y/o de conducta. A través de una cartera de cursos, seminarios y talleres para profesionales del ámbito social, entidades y colectivos. Actividades presentadas en distintas modalidades -on-line, semipresenciales, presenciales...- pero siempre con criterios de calidad y utilidad práctica.

Desde esta Escuela de Formación "contemplamos las necesidades específicas para la adaptación de contenidos a las demandas o la generación a la carta". Walter Martín, a manera de conclusión, lo resume en una propuesta: "Unir la capacidad profesional con la empatía imprescindible al afrontar problemas tan graves. Para eso resulta clave una preparación que tiende a humanizar nuestro trabajo sin perder el rigor".