Ayer continuó en la Sección VI de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife el juicio contra una red de trata y prostitución de jóvenes nigerianas en Benidorm y El Fraile. La fiscal efectuó un extenso interrogatorio a uno de los principales acusados por la red, conocido popularmente entre su comunidad como Papá Blessing, que más de tres años después continúa en prisión preventiva en la cárcel Tenerife II. Ante las preguntas de la representante del Ministerio Público sobre las escuchas efectuadas por la Policía Nacional, en las que se registran conversaciones del citado procesado en las que abiertamente utiliza palabras como "prostitución" o "prostituta", así como los ingresos bajos de una determinada afectada, el citado individuo aseguró que no se acordaba de haberlas pronunciado o que están en el atestado por un error en la traducción de sus comentarios, principalmente con su mujer, con la que usaba un dialecto de su región. Y así durante las cuatro o cinco veces que la portavoz de la Fiscalía trató de ponerlo en apuros.

En todo momento negó su participación en la organización que presuntamente se dedicaba a captar a jóvenes compatriotas en Nigeria, favorecer su entrada en Italia de forma irregular en embarcaciones peligrosas, introducirlas en España y controlarlas para que ejercieran la prostitución. Papá Blessing señaló que no tenía vinculación con nadie en Tenerife y que desconocía a la mujer identificada como Mamá Osato, que presuntamente era la encargada de vigilar a varias perjudicadas en una vivienda de El Fraile y que les recogía la recaudación que obtenían tras prestar servicios sexuales en las proximidades de los centros comerciales Verónicas, en Playa de las Américas (Arona).

Sobre si acogió en su vivienda de Madrid a chicas subsaharianas durante varias semanas, aclaró que lo hizo dos veces y fue para hacer "un favor" a su pareja, ya que dichas mujeres eran familiares o hijas de amigas de la misma. Al igual que otras declaraciones de acusados efectuadas en días anteriores, ayer volvió a quedar claro que hubo una época en que Papá Blessing tuvo serios problemas en su relación sentimental y que fue ayudado a resolver los mismos gracias a otros hombres que frecuentaban la misma iglesia y que también están acusados de trata de personas. Negó que realizara prácticas de vudú, ya que tanto él como su entorno son cristianos. Cabe recordar que, según explicaron las testigos protegidas, antes de salir de Nigeria los integrantes de la red las obligaban a someterse a prácticas rituales por las que quedaban obligadas a pagar la deuda económica que estipulara la banda, si no querían que el grupo criminal les hiciera daño a ellas y a miembros de sus respectivas familias. También afirmó desconocer al individuo que supuestamente se encargó de trasladar a una víctima desde una localidad de Italia a España.